- Frente a la progresiva abstracción digital, no podemos dejar de hacernos preguntas, si queremos ser contemporáneos, en el sentido de escribir para los lectores del presente
La escritora, editora y agente cultural independiente Vivian Abenshushan ha venido desarrollado un proceso cultural interdisciplinario centrado en explorar las relaciones entre arte y acción política, pedagogías alternativas y procesos comunitarios, redes afectivas y feminismo, la cultura como recurso compartido. En su más reciente libro, Permanente Obra Negra (Editorial Sexto Piso) extiende los límites de la narrativa, de las posibilidades que aún guarda la narrativa, de las posibilidades de ese objeto conocido como libro, y de las muchas interpretaciones que la escritura permite como actividad creativa. Permanente Obra negra es un libro no narrativo que nos cuenta una historia sobre la negrería literaria. Al mismo tiempo se puede decir que Permanente Obra negra es un fichero que reconstruye la historia del libro y de las escrituras alternativas o experimentales. Pero al mismo tiempo Permanente Obra negra es un experimento que se encuentra en permanente escritura y que puede ser visitado en el sitio de Internet www.permanenteobranegra.cc
Pero Permanente Obra Negra también es una reflexión sobre el despojo intelectual, sobre la precarización del trabajo intelectual en el mundo contemporáneo, en donde los escritores, los artistas, los periodistas, los diseñadores, trabajan por las migajas de las grandes industrias simbólicas, permitiéndole a ésta obtener grandes ganancias con la venta de productos culturales que están resguardados por el halo de la belleza, de la cultura, del conocimiento.
La obra de Vivian Abenshushan es al mismo tiempo un proyecto de escritura experimental fundado en la copia, la reescritura, el cut-up, el montaje de citas y la activación de máquinas de escritura colectiva. Un artefacto textual concebido como un fichero, es decir, como un mecanismo de fragmentos, de lectura no lineal, escritos sobre tarjetas 4 x 6 (index cards), que circula en cuatro soportes: un fichero, un libro de montajes, un libro suajado y un algoritmo: “Permanente Obra Negra fue un proceso largo, dilatado, porque frente a la prisa de la hiperproducción contemporánea, en todos los aspectos, siempre he operado a partir de la resistencia, y una de las formas de la resistencia es justamente la lentitud, y este libro nació imaginado como una novela, pero al mismo tiempo frente al género novela y sus particularidades y sus convenciones, incluso frente a su prestigio y su rentabilidad, sentía una enorme distancia, por lo que la idea de escribir una novela sobre negros literarios que trabajaban de en condiciones carcelarias en un barco, en una maquila china, donde echaban a andar la fábrica de la novela universal, entonces se fue postergando, lo que decidí hacer fue una serie de preguntas sobre esa resistencia hacia la novela, eso se convirtió en este desmontaje, y lo que descubrí investigando sobre negrería literaria, y otras formas de explotación simbólica, es que el procedimiento central del “negro” literario es el plagio, puesto que él ha sido a su vez plagiado, porque plagiar significa robar el esclavo de otro, entonces su propia escritura, su ser, su subjetividad, su deseo, han sido plagiados por la industria y por el negrero literario, y advertí que en varios casos de plagios literarios que se descubría el empleo del negro literario a través del plagio, como en el caso del escritor Bryce Echenique, que declaró que él no había sido el plagiario sino su secretaria, que es un eufemismo para la “negra” literaria, decidí convertirlo en una forma, es decir, en un mecanismo que se introdujera en el libro, entonces esta fábrica que había imaginado se convirtió en una fábrica de plagios, en una maquinaria que se echó a andar a través de muchos recursos de escritura contemporánea, como la copia, el tachado, la transcripción, la apropiación, es decir, distintas formas de plagio, y así empezó esta colección un poco maniática de copias.”
Platicamos con la autora de los libros Una habitación solitaria, El clan de los insomnes, con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen y Escritos para Desocupados, publicado bajo una licencia copyleft que alienta su reproducción y descarga libre en línea a partir del sitio ww.escritosdesocupados.com. También es cofundadora de la cooperativa Tumbona Ediciones (tumbonaediciones.com), de la colectiva Disoluta y fundadora de Burda::: Espacio de Experimentación Escrita.
Javier Moro Hernández (JMH): Permanente Obra Negra se puede pensar como una constelación de textos que te abren al mismo tiempo una nueva constelación de textos y de niveles, tanto literarios como sociales, políticos.
Vivian Abenshushan (VA): La industria está construida en distintas formas de simulación, no sucede siempre, pero está muy extendido, está en los pasillos del sistema literario, siempre un poco oculto, hasta que el “negro” canta, como sucede en varios casos que se han conocido, me parece que hay una pequeña venganza del ser que todavía tiene un deseo vivo por la escritura o por dignificar su lugar en el mundo, que canta, acá en el libro los pongo a croar, en algún momento.
JMH: Ese mito de los barcos chinos que funcionan como factorías en medio del mar, sin ningún tipo de vigilancia, y por supuesto, sin ningún tipo de seguridad para los trabajadores, es una industria en donde los “negros” están sentados escribiendo todo el tiempo, plagiando todo el tiempo es una imagen poderosa y terrorífica al mismo tiempo.
VA: Muchos de los libros se han producido en buques maquila, que son sobre todo imprentas, se imprimen en grandes máquinas y se ahorra en tiempos, porque el tiempo de traslado es también el tiempo de producción, y está ahí operando la lógica capitalista, para ahorrar dinero y costos, llegan a las costas mexicanas ya con los libros hechos, manufacturados, pero hay algo más ahí, porque cuando estuve investigando sobre negrería literaria, por supuesto el concepto de “negro literario” tiene una relación con el despojo sistemático de los cuerpos, el trabajo y la vida de los esclavos africanos durante el primer periodo del capitalismo, estos esclavos africanos eran trasladados en grandes barcos, que se llamaban barcos negreros, de los que encontré un archivo visual, que también forma parte del libro, en donde los ingenieros náuticos para administrar mejor el espacio hacían distintas distribuciones de los cuerpos, como si fueran mercancía o cosas desechables, ahí había un vínculo, una metáfora viva sobre algo, que para mí es muy importante en el libro, y es alguien que está citado frecuentemente en el libro, que es el filosofó camerunés Achille Mbembe, que esribió recientemente un libro que se llama Crítica de la razón negra, donde tiene esta hipótesis sobre el devenir negro del mundo, en donde dice que estamos viviendo en condiciones de despojo sistemático de la vida y los cuerpos y el tiempo, como sucedió con los esclavos africanos del primer capitalismo, y que esos objetos de despojo o esos sujetos de despojo son los migrantes, las mujeres, los niños, y se materializar a través del tráfico de personas, los trabajadores precarizados de la maquila o del trabajo simbólico, que es el nuestro, y entonces es una metáfora que recorre todo el libro.
JMH: Así también lo podemos ver con el despojo intelectual, pues todo el trabajo intelectual que se realiza y que es mal pagado, significa plusvalía, ganancia para la industria intelectual contemporánea.
VA: También está sutilmente sugerido en el libro, cada vez que ponemos algo en redes sociales, en Twitter, en Facebook, estamos haciéndole el trabajo de manera gratuita a las grandes corporaciones, es decir, somos los obreros sin pago y sin objeto del capitalismo digital.
JMH: Es muy interesante la idea del plagio como resistencia, pero al mismo tiempo de apropiación del conocimiento.
VA: Claro, pero ahí entramos a la parte peliaguda de la discusión, porque a mí me interesaba hacer una especie de hackeo del sistema, o de convertir a los “negros” literarios que plagian en los Robín Hood del lenguaje, como lo digo en el libro, es decir, ladrón que roba a ladrón, de algún modo hay una práctica anarquista del plagio, que existe desde hace más de siglo y media, como forma de redistribución del lenguaje como bien común, desapropiarlo, extenderlo, ponerlo en circulación, entonces hay en el libro otro libro escondido, que está hecho de fragmentos, de pedacitos, de palabras de otros, que los “negros y negras” literarias del barco, un libro que se va escribiendo de manera comunal, sin autoría del anonimato, ahí es donde por un lado en donde la negrería y este lugar de invisibilidad o de nombre propio, también adquiere un sentido distinto o una resignificación, y se convierte en una especie de caballo de Troya, una inversión de sentido del ser invisible, se convierte en una potencia en vez de una impotencia.
JMH: La idea del hackeo me parece muy interesante, en relación justo con la idea que se ha ido construyendo del libro, la industria juega con la imagen del objeto libro, que se presenta como algo noble, como un objeto que otorga sabiduría, es noble, pero al mismo tiempo puede estar basada en el despojo.
VA: Claro, siempre con muchos matices, frente a la vorágine del mundo actual en donde todos los juicios son brutales, uno debe hacer estas afirmaciones con matices, a mí lo que me parecía importante en este libro era mover el lugar del libro como objeto sagrado, intocable, pero no solo para la industria, sino también para la cultura occidental, que observa al libro como un objeto permanente, estable, fijado en el tiempo, valores que se han ido agregando al libro, justo en el momento de su mayor crisis, justo por la revolución digital, entonces por eso en Permanente Obra Negra el libro también se va desmontando, se va convirtiendo en otra cosa, y tiene varios soportes, es un fichero, que circula de manera casi secreta, de boca en boca, porque hicimos sólo cien ejemplares, hay un algoritmo en Internet, porque me interesaba a la idea de la fábrica digital, y que fue programado por MediaLabMx, entonces hay distintas interfaces para distintos lectores, entonces el libro se va desplegando en distintas formas.
JMH: Emily Dickinson es uno de los personajes que retomas en el libro, cuando mencionas que no solo escribía, sino que ella misma auto editaba sus libros. Eso me hace pensar en que Permanente Obra Negra es una visión del libro que busca ampliar la visión del libro.
VA: Y Sus posibles motivaciones, ya existentes, porque la historia de la escritura experimental es la historia de la edición experimental, de distintas formas de entender el libro, de distintas formas de circulación, y en ese sentido también son distintas políticas de la escritura y del libro, que es una preocupación que ha estado cerca de mí desde que fundamos Tumbona Ediciones, como escritora y como editora.
JMH: Poner al libro en otro lugar, ampliar las posibilidades del libro, porque el libro ha circulado de muchas maneras, y sigue circulando.
VA: Así es, hay una historia de la mutación del libro, entonces frente a esta especie de histeria contemporánea sobre la posible muerte del objeto libro, y los esfuerzos inauditos de la industria para que no muera, condenándolo a morir más rápidamente, en esta histeria, lo que podemos ver en su historia, es que su forma también fue distinta, en ese sentido hay un recuento que se hace de la evolución del libro, desde las tablillas de arcilla, hasta el Codex, que pasa por el pergamino enrollado, y como algunas cosas permanecen, por ejemplo la idea del rollo se encuentra en el scroll de las páginas de Internet, o sea el objeto material sigue manteniendo algunos ecos del pasado, pero también evoluciona, pero el hecho de que los escritores y escritoras, nos hagamos preguntas, sobre qué representa para nosotros la evolución del libro, también implica pensar en otras formas de escritura, en otras formas de entender la página, en la materialidad del libro, frente a la progresiva abstracción digital, yo creo que no podemos dejar de hacernos esas preguntas, si queremos ser contemporáneos, en el sentido de escribir para los lectores del presente.