17 de octubre. En el centro, Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, a su lado, en silencio, Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional; Rafael Ojeda, secretario de Marina, y Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional. Alfonso Durazo cuenta una historia inverosímil, que hace agua por todos lados, y confirma que fue arrestado Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo, Joaquín Guzmán Loera, en Culiacán, alrededor de las 15:30 horas una patrulla con 30 elementos de la Guardia Nacional y de la Defensa Nacional patrullaban el fraccionamiento Tres Ríos cuando, sorpresivamente, fueron agredidos por hombres armados, “el personal de la patrulla repelió la agresión y tomó el control de la vivienda, localizando en su interior a cuatro ocupantes, durante dicha acción se identificó a uno de ellos como Ovidio Guzmán López”; así explicó que la violencia que se desató en Culiacán, cuando grupos de la delincuencia organizada rodearan la vivienda con una fuerza mayor a la de la patrulla, mientras otros grupos realizaban acciones violentas en contra de la ciudadanía en diferentes partes de esa ciudad, generando pánico, miedo, terror. En las redes se difundían, se viralizaban, los videos de las balaceras, los ataques con armas de alto calibre, la toma de la ciudad por el crimen organizado. Alfonso Durazo confesó el desastre operativo: con el propósito de salvaguardar el bien superior de la integridad y tranquilidad de la sociedad, los funcionarios del gabinete de seguridad acordaron suspender dichas acciones y decidieron trasladarse a Culiacán para conducir personalmente las acciones correspondientes.
Desastre de comunicación. El presidente Andrés Manuel López Obrador abordaba un avión comercial rumbo a Oaxaca, la serie de enfrentamientos violentos dejaron al menos 21 personas lesionadas por arma de fuego y agresiones a miembros del Ejército y la Guardia Nacional, los reporteros demandan al presidente información, López Obrador insiste en que el gabinete de Seguridad ya había dado a conocer los hechos, se le reitera una y otra vez que no, el presidente entonces ofrece que lo harán más tarde y que él ampliará toda la información “mañana”. Un paréntesis, era obvio que el presidente no había sido informado, que no tenía una comunicación clara y constante, una que sí podría tener si viajara en un avión acondicionado para esos menesteres, una nave diseñada para el intercambio de datos y la pronta toma de decisiones y su oportuna difusión, tras ser interceptado por la prensa, López Obrador asciende al avión comercial y demasiado tiempo después, Alfonso Durazo sale a dar su explicación a través del video ya reseñado; otro apunte, la seguridad del presidente de la República, ante un chantaje violentísimo del crimen organizado, mucho mejor armado que los cuerpos policíacos de los gobiernos, ¿en serio nadie piensa que esos criminales conocen el trayecto y ubicación exacta de Andrés Manuel López Obrador?, ¿a nadie se le ocurre cómo ponen en riesgo al presidente? Nadie sabe nada con certeza, el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda, en diversos medios de comunicación, da por terminadas las agresiones en Culiacán, establece que poco después de las 21:00, se hicieron recorridos policiacos para detectar las secuelas de los enfrentamientos; diversos vídeos desmienten a Cristóbal Castañeda, siguen los disparos, aún hay vehículos en fuego por la ciudad, el responsable de Seguridad Pública estatal indica que el saldo de lesionados por bala es de 21 personas, un elemento del Ejército fallecido y uno de los civiles armados muerto, no se reporta deceso de otros civiles.
Desastre político. La versión de Alfonso Durazo es vergonzosa por inverosímil. El silencio de Luis Cresencio Sandoval González; Rafael Ojeda; y Luis Rodríguez Bucio, lamentable por la forma de lavarse las manos. Al presidente, primero, lo dejan aislado y sin información, enseguida lo obligan a responsabilizarse de la aclaración de los hechos en la conferencia mañanera, a López Obrador no le dejan otra opción. En la conferencia de hoy, el presidente será expuesto a las preguntas que aclaren, se verá obligado a justificar la ineptitud de Alfonso Durazo. Una vez más, ese funcionario oportunista pone en riesgo al líder de la Cuarta Transformación, una vez más. Desastre político porque, sin importar la violencia, las víctimas, la rendición del Estado al terrorismo del crimen organizado, subrayamos: las víctimas, los muertos, nuestra penosa clase política, esos que no saben ser oposición, agitan a través de sus redes sociales e irrelevantes grupos de chat donde revelan su miseria, demandan, gritan, claman sangre, se recuperan tuits de Andrés Manuel López Obrador, gritan que renuncie, con el lenguaje soez del que se quejan cuando son señalados por su incapacidad de integrarse como contrapeso al poder, tuitean o escriben de falta de huevos, mandan a la chingada a todos los funcionarios del Gobierno Federal, como ya nos tienen acostumbrados, exhiben su machismo, muestran su clasismo al escudarse en la falta de honorabilidad, no hay voces sensatas, no hay argumentos ni posibilidad de diálogo para no permitir que el Estado se rinda a los caprichos del crimen organizado, mezclan gimnasia y magnesia para festejar que, ahora sí, haya revocación de mandato…. la idiocia salvaje de la oposición perdida.
Un caballito de tequila. Si en la comparecencia de los titulares de la Secretaría de Salud, del Instituto de Educación de Aguascalientes y del coordinador general de Planeación y Proyectos del Gobierno respecto a la glosa del Tercer Informe de Gobierno, nos hubieran dado un caballito de tequila por cada vez que algunos de los diputados preguntaban, de nueva cuenta, sobre los datos que el funcionario acababa de presentar en su introducción o de las respuestas que ya había dado a otro diputado, ya hubiéramos salido bien borrachos del Congresito. Tal parecía que, en primera, los diputados no leyeron el Informe de Martín Orozco pero tampoco escucharon las presentaciones de los funcionarios, ni estaban dando seguimiento a los cuestionamientos del resto de sus compañeros. Por tales motivos el director del IEA, Raúl Silva Perezchica trató en al menos tres veces dar una información distinta de la que ya había externado con relación a los maestros de inglés, y una vez más sobre deserción en el nivel medio superior. Para el director del Issea no fue distinto con el programa Médico en tu Casa, del cual reiteró los datos, igual que con el tema del desabasto de medicamentos. A Ricardo Serrano le fue mejor, aunque el pillín comenzó su exposición explicando a los legisladores qué hace exactamente la instancia que coordina; seguro por aquello de que aterrizarán las razones por las que lo mandaron llamar. Por último, hago patente nuestra queja para quienes estructuraron las preguntas a los diputados, parecía competencia para encontrar la más rebuscada. Es cuanto.
La del estribo. Del Estado fallido al Estado rendido, sometido por el crimen organizado, ¿en serio le vamos a pedir sacrificios humanos, la cabeza de funcionarios? No se necesitan culpables que satisfagan la venganza, se trata de construir un modelo de justicia en la paz, de una estrategia de pacificación que no dependa de un solo hombre y de los errores de un inepto como Alfonso Durazo. Se requiere la claridad de la rendición de cuentas, la transparencia de la información oportuna y veraz. No nos despedimos, nos leemos el lunes.
@PurisimaGrilla