- Esperan en breve contar con nueve refrigeradores para mejorar servicio
- Este año se han sacrificado 100 mil animales, entre vacas, puercos y borregos
Disminuye el consumo de carne que sale del rastro municipal entre un 15 y 20 por ciento, aseguró el titular de la Secretaría de Servicios Públicos del municipio capital, Claudio González Muñoz, quien dijo desconocer si se debe a la calidad del servicio, que reconoció que bajó por la falta de refrigeradores, o por la demanda del mercado.
El funcionario recordó que no toda la carne que sale del rastro municipal abarca la demanda total del estado ni de la capital, pues una gran cantidad viene del norte del país a través de grandes cadenas de tiendas departamentales, por lo que sólo un 15 por ciento es de productores que utilizan estas instalaciones para matar animales.
Externó que constantemente realiza visitas sorpresa por la madrugada para supervisar que los procesos se realicen de manera adecuada, dada la delicado que representa que la carne que de ahí sale llegue a muchos hogares del estado, no sólo de la ciudad capital.
Detalló que este año se han sacrificado alrededor de 100 mil animales entre vacas, puercos y borregos, además de que son alrededor de 90 introductores de carne que vienen desde los municipios y algunas entidades cercanas, quienes después del sacrificio tienen hasta 48 horas para recoger el producto que permanece congelado en las cámaras de refrigeración para posteriormente distribuirlo en las carnicerías; de esta manera resulta más económico para los consumidores comprarla en mercados o tianguis.
Informó que en lo que va de este año se han invertido casi dos millones de pesos en la remodelación y rehabilitación del rastro, aunque aún quedan pendientes aspectos como las cámaras de refrigeración, aunque esperan que antes de terminar el presente año puedan estar en funcionamiento nueve refrigeradores donde se almacena el producto luego de la matanza, pues actualmente sólo funcionan cinco.
González Muñoz aseveró haber establecido controles con los usuarios del rastro para evitar que algunos de los productores dejen su carne hasta por un mes en congelación, situación que quita espacio en el lugar y resta frescura a los productos que se ofrecen en las carnicerías locales.