- La investigación demuestra que emisiones de gas de industrias aledañas a la institución no son reguladas, lo que podría provocar daños en la salud de los ciudadanos de la zona
- Entre las afectaciones a las personas de la comunidad que están respirando ese exceso de partículas se encuentran enfermedades crónicas conocidas, asma, bronquitis, entre otras, así como también cardiacas
Elsa Marcela Ramírez López, profesora del Centro de Ciencias Básicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), está trabajando en una investigación en relación con la contaminación ambiental del aire en el Campus Sur de dicha institución. Comenzó a trabajar en el proyecto nombrado Monitoreo de Partículas Respirables en la Zona Metropolitana de Aguascalientes, dadas las quejas de algunos de los vigilantes nocturnos, quienes señalaban que en las noches se generaba una neblina por los gases expedidos de las industrias aledañas. La investigadora lleva poco más de cuatro meses haciendo un monitoreo manual de aire conforme a la normativa estipulada. Éste consiste en poner un filtro en el que se dejará pasar el aire 24 horas para detectar qué partículas lleva en él.
Apenas se está en la etapa de observación y actualmente se han encontrado que los filtros que se ponen para analizar el aire terminan negros, lo que quiere decir que “se está haciendo mucha quema”, confirma la académica. Aunque todavía no se realiza la caracterización química de las partículas que se quedan en los filtros, a primera instancia se puede decir que las concentraciones sí sobrepasan la norma oficial, lo cual representa un daño para la salud de quienes están expuestos a esta contaminación: estudiantes, maestros, trabajadores y la ciudadanía en general de aquella zona.
La normatividad, según explica la doctora, en partículas PM 2.5 (material particulado respirable) si se sobrepasa 45 microgramos por metro cúbico se está excediendo el límite; en el caso de la PM 10, 75 microgramos cúbicos es el tope de concentración que se permite dentro de un intervalo de 24 horas. Elsa Marcela Ramírez dice que hay momentos en los que se ha encontrado números más altos que los de la normatividad, lo que quiere decir que la contaminación ambiental en el Campus Sur de la UAA es una realidad. Ésta se debe a las emisiones de las industrias que trabajan regularmente en las noches, para que durante el día no sea tan fácil percatarse del aire contaminado, no obstante, asegura que es fácil detectarlo, pues es visible y tiene un olor distintivo.
Entre las afectaciones que se puede ocasionar en las personas de la comunidad que están respirando ese exceso de partículas tanto PM 2.5 como PM 10, se encuentran enfermedades crónicas conocidas, asma, bronquitis, entre otras, así como también cardiacas.
El problema se encuentra en la reglamentación y su implementación, mientras no haya un control de esas emisiones la contaminación ambiental seguirá aumentando. Todo parte de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) que puede ser de orden federal, estatal o municipal; para las industrias extranjeras como Nissan la reglamentación es federal.
Tanto la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa), como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), dependiendo de la jurisdicción de la empresa, necesitan hacer un análisis profundo sobre las condiciones a las que está expuesta la ciudadanía cercana al Campus Sur de la UAA, de tal modo que puedan sancionar a las industrias que no están regulando sus emisiones conforme a la ley. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es la encargada de clasificar cuáles industrias son federales, estatales y municipales.
La investigación termina este año y a partir de ella se comenzará a trabajar con otras ramas de la ciencia para asociar la respiración de estas partículas con enfermedades como la depresión. Lo anterior porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya marcó que sí hay un efecto de las partículas respirables con respecto a depresión y a suicidio. Países como Turquía o China (entidades con exceso de contaminación) sí han encontrado asociación entre partículas respirables y el suicidio y depresión.