Cronista del municipio de Aguascalientes
El 14 de septiembre se celebra la Exaltación de la Santa Cruz, una festividad no tan popular como la del 3 de mayo. De hecho, hasta donde tengo noticia, únicamente se recuerda la recuperación de la cruz de Cristo de los persas y su regreso a Jerusalén, en Pabellón de Hidalgo, y se festeja de una manera singular en la región. En la tarde se ilumina un sendero prácticamente desde el pueblo hasta la protuberancia de roca que los habitantes de La Haciendita nombran “El pabelloncito”, que tiene un árbol y una cruz monumental, tal y como muestra la imagen. Los valientes, junto con aquellos que tal vez tengan una manda muy pesada que pagar, pasan ahí la noche, quizá entre cantos, rezos y alguna bebida que caliente un poquito el torso y permita ver con mayor claridad las estrellas.
En el lado contrario al que se observa en la fotografía, esta protuberancia tiene una explanada y una pared prácticamente vertical, en la que existe un altar. Ahí se celebra una misa cuando el sol regresa a iluminar y calentar estas tierras.
El paisaje es, por decir lo menos, memorable, así como para quitarle a uno el aliento en los primeros momentos de observación, y si es la primera que tiene la suerte de contemplar el valle desde esa altura -todas las primeras veces quitan el aliento-. Lo malo es que algunas personas llevan hasta ese lugar lo peor de la ciudad, y allá lo dejan, en forma de omnipresente basura.
Francamente no entiendo… La degradada fealdad de la basura contrastada con la belleza del entorno; no entiendo cómo haya quienes no se conmuevan ante ese paisaje monumental y lo respeten como se merece. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]).
