En ocasiones pareciera que los grandes artistas e intelectuales se nos van de poco, lo pensamos sin darnos cuenta de que los nuevos representantes del arte vienen rompiendo barreras y alzando la voz para lograr ser reconocidos y ganar un lugar.
Parecería que es más fácil el hacer carrera política que en el arte. Se llega mucho más rápido y hay un montón de puestos, hasta parece que a algunos no les cuesta trabajo y que solo con un chasquido llega a una curul u otro puesto de representación, mientras que los artistas tocan y tocan piedra sin lograr algo inmediato y con mucho trabajo, poco apoyo y dinero.
Para el arte hace falta algo más que padrinos, hay que reconocerlo, pues conozco a personas muy talentosas que, aunque cuidadas y apoyadas por alguien importante, encuentra de una forma u otra las puertas cerradas.
Los intereses entorpecen el crecimiento artístico, sin embargo, cada vez hay más lugares donde se puede exhibir obra, cualquiera que esta sea.
Tampoco debemos olvidar que “no hay profeta en su tierra” por lo que algunos hacen carrera en otro lado sin ser conocido o reconocido en su terruño.
Lo cierto es que para que podamos vivir de nuestro arte es necesario unirnos y apoyarnos sin egos para que las cosas fluyan y se pueda crecer.
Es urgente que en Aguascalientes el arte se convierta en una fuente de ingreso bien remunerada para impulsarlo y proyectarlo, en conjunto, al extranjero.
Tenemos que agradecer que hay más grabadores en la ciudad, eso es magnífico, pues así podemos conservar el legado de Posada, sin embargo, en pocos hogares se ven grabados, imagine usted que tiendas de decoración como Cantia ofrecieran grabados originales de los artistas locales, además de dejar de vender cuadros repetidos ofrecerían un espacio para que los grabadores encuentren recursos para continuar su pasión y mercado donde colocarse.
Lo mismo pasaría si agregara a sus productos los deshilados. Los deshilados son la manualidad con la que nos reconocen en otros estados, sin embargo, su uso en los aguascalentenses ya no es tan popular, lo ven como si fuera algo “de la abuela” pero no una tradición que podemos continuar en nuestra persona y nuestros hogares a precios que no pagan lo que vale en realidad.
Los motivos de las blusas y los vestidos oaxaqueños se pusieron de moda en el ámbito global, ya ve, hasta el gobierno mexicano señaló a la marca Carolina Herrera por plagio a la iconografía de los pueblos indígenas, lo que provocó un repunte en la compra y uso de las vestimentas de ese tipo, sin que aún sea valorada completamente pues se regatea el precio sin respetar el trabajo manual que estas conllevan.
Hasta las playeras originales de los equipos de futbol tienden a tener más valía que lo que nos une a nuestras raíces y antepasados.
Pero entre la ropa hecha artesanalmente, la pintura y escultura, así como otras manifestaciones el malinchismo es el mismo pues no valoramos, sino que solo calculamos si el gasto, a partir de nuestra observación, corresponde al costo que presenta la pieza, dejando a un lado la inversión completa de materia prima y tiempo.
¿Cómo educar a nuestros co-ciudadanos es lo interesante? Pues es un estilo de vida tan marcado que erradicarlo puede llevarnos toda una vida.
Agradezcamos que hay más lugares donde se puede vender arte o exhibir, así como los esfuerzos de los profesores por educar con orientación artística y respetando el trabajo de los individuos dedicados a ello.
Las tendencias globales nos pegan también, como ahora los productos orgánicos y artesanales, pero ¿por qué para productos de uso común y alimentos sí y para lo artístico no?
Por ejemplo, los fotógrafos ofrecen una sesión de 10 fotos de productos en 3,000 pesos, el cliente acepta y al final solo paga la mitad porque le parece caro, pues a su parecer podría el logar un producto final parecido con su teléfono de menos resolución y sin conocimientos de fotografía. Imagine usted, es como comer una pizza de 400 pesos y solo pagar 100, pues el sabor no era lo que decía la carta, sin embargo, lo que hacen estos jóvenes es poco trabajo artístico y muchas bodas porque ahí sí invierte la gente y paga, mientras que para sus negocios no.
Lo mismo ocurre con las decoraciones, imprimen los cuadros y los ponen en un bastidor antes de pensar en comprar una obra única que fue diseñada artísticamente para decorar una pared, invirtiendo en calidad y no en cantidad.
Pero la calidad y la cantidad son los cocos con los que tendremos que luchar para vencerlos y que gane la calidad, ahora que el arte está más consolidado gracias a los colectivos y los movimientos que han surgido en los últimos años como consecuencia de las carreras con perfiles artísticos de la universidad y es que, si crean esas oportunidades de estudios lo lógico es que el estado les provea de espacios para trabajar y exponer y al no encontrarlo entonces la inventiva se manifiesta y tenemos como resultado uniones que crecen y unen a los artistas.
Quizá donde aún nos falta trabajar más es en lo literario pero eso, eso también tendrá que cambiar, pues los libros impresos siguen vigentes y son nuestro elixir para crear y motivarnos, conocernos y ser parte del imaginario colectivo, pues cada uno de nosotros somos narradores.
Vienen ya las compras navideñas, digo, si con tiempo las realiza, compre local y consuma arte, que Aguascalientes somos todos y si nos unimos creceremos juntos, conviértase en un héroe del arte.
Laus Deo
@paulanajber