Ecumenismo ambiental (2ª parte) - LJA Aguascalientes
15/11/2024

  • Sergio Reyes Ruiz
  • Movimiento Ambiental de Aguascalientes, A. C.

 

La creación es un regalo de Dios para toda la humanidad. Es en la creación, en la que participan los seres humanos, donde se realiza la gracia salvadora de Dios para la salvación del mundo. Por lo tanto, siempre hemos estado particularmente apegados a la idea de que la destrucción de la naturaleza es sobre todo una cuestión espiritual y un pecado.

Bartolomé, Patriarca Ecuménico de Constantinopla.

 

El lapso del 1 de septiembre al 4 de octubre se ha construido como la Temporada de la Creación, un esfuerzo ecuménico cristiano para orar, reflexionar, actuar y cuidar la Creación. El 1 de septiembre fue originalmente proclamado como Día de la Creación por el Patriarca Ecuménico Dimitrios (Iglesia Ortodoxa) en 1989. En 2001, la celebración fue acogida por otras iglesias cristianas europeas y el Papa Francisco la adoptó para la Iglesia Católica en 2015. La celebración comenzó a tomar más de un solo día y se vinculó con el 4 de octubre, Día de San Francisco de Asís: el santo de la naturaleza, los animales no humanos, la vida silvestre y la ecología, de cuyo Cántico de las criaturas se escribió en la primera parte de esta entrega.

En observancia tanto de la Temporada de la Creación como de los Viernes por las Huelgas Climáticas y las Movilizaciones Globales por el Clima, iniciadas por la activista sueca Greta Thunberg, Movimiento Ambiental decidió atender tanto a la convocatoria de Fridays For Future como a la del Movimiento Católico Global por el Clima e invitar a una reunión ecuménica para hablar sobre la ontología de la Creación, para compartir perspectivas sobre nuestro papel como especie humana en relación con ella, y para discutir nuestros deberes y responsabilidades como personas cristianas frente a la Emergencia Climática.

El conversatorio llevó por nombre “Los Ojos Verdes del Cristianismo: las Huelgas por el Clima” y el resultado del llamado superó las expectativas cuantitativas y cualitativas: se presentaron 16 personas en total, que se identificaron con diversas manifestaciones de fe: Catolicismo, Protestantismo Evangélico y Presbiteriano, de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (también conocida como Iglesia Mormona) y Judaísmo, así como quien se denominó creyente pero no se adscribió a denominación alguna o incluso quien no declaró credo alguno.

Como cualquiera podría anticipar, no tardaron en surgir diferencias importantes. Sin embargo, imperó el ánimo de encontrar las coincidencias sobre los desacuerdos, y el espíritu de construir una visión común a futuro que trascendiera los desencuentros del pasado. No se trató, desde luego, de ignorar dichas diferencias, sino de celebrarlas y aprovecharlas para el enriquecimiento mutuo, pues se coincidió en el valor de conocer los distintos puntos de vista y perspectivas. A la luz de los diversos enfoques, se concordó en que se había contribuido al aprendizaje y a la reflexión colectiva y que se había puesto en relieve la comunión de las almas y el amor por la Creación.

Si bien la relación con la Creación se abordó en varios momentos, en todos ellos se convergió hacia ideas fundamentales: la indicación bíblica de la administración humana de la naturaleza bajo la figura de la mayordomía, que incorpora el derecho a utilizarla sin maltratarla; la consideración de que la Creación y la Tierra pertenecen a Dios y que el pecado se configura como la ruptura de la comunión con Dios y su Creación con los evidentes efectos negativos, como la Crisis Climática; y la responsabilidad de cuidar y procurar la Creación y al resto de las creaturas, actuando desde la humildad, el servicio y el amor, con un espíritu de comunión en el que nos reconocemos en unión e interdependencia con el resto de la Creación.


Además de aquilatar el encuentro en sí mismo, se coincidió en la necesidad e importancia de seguir colaborando en un ejercicio ecuménico que, por un lado, permita a quienes participan construir un aprendizaje compartido, pero también proyectar hacia la sociedad la urgencia de realizar cambios significativos en bien de nuestra Casa Común, así como emprender proyectos y actividades en conjunto para entrar, a través de la práctica inspirada en la fe, en comunión con la Creación y el Creador.

Queda pues, estimada persona que hace el favor de leer estas líneas, invitada a participar en estos esfuerzos ecuménicos, con la siguiente aclaración: Movimiento Ambiental de Aguascalientes, A. C. no pertenece institucionalmente a ninguna asociación religiosa ni endosa credo alguno, y participa desde hace años organizando y acompañando actividades culturales ambientales y antiespecistas de cariz religioso, como la bendición de animales no humanos, que se realiza cada año en torno al Día de San Francisco de Asís (y que este año será brindada por un fraile franciscano el domingo 6 de octubre), el rezo del Rosario por el Bosque en el Cobosfest, así como el Kukur Tihar: celebración del hinduismo en la que se reconoce y agradece la lealtad y el amor de los y las compañeras caninas en nuestras vidas. Adicionalmente, en el Primer Seminario de Decrecimiento y Ética Ambiental (2017) se incorporó el análisis de la Encíclica Laudato Si’ en una de las ponencias.

Con esta invitación, cerramos este texto, así como con la esperanzadora mención de esta otra conclusión importante del conversatorio: que todo credo, lejos de ser un obstáculo, debe ser un factor de inspiración para actuar por la Casa Común ante la Emergencia Climática.

 


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