Víctor Hugo Salazar Ortiz y Sergio Reyes Ruiz
Movimiento Ambiental de Aguascalientes A. C.
El 18 de junio de 2015 el Papa Francisco dio a conocer su Encíclica Laudato si, nombre que es tomado del Cántico de las criaturas escrito en el siglo XIII por San Francisco de Asís (https://bit.ly/2GGOe9T).
El significado de esta frase es “Alabado seas” y ésta se repite siete veces en el cántico. La primera vez que aparece es en la tercera estrofa y se emplea para enaltecer la existencia de todas las criaturas, especialmente la del hermano sol que es quien ilumina el mundo y con ello hace posible la luz del día; vuelve a emplearse al inicio de la quinta estrofa para reconocer la belleza de la noche, pues ésta permite percibir en el firmamento a la hermana luna y las estrellas; en la sexta estrofa San Francisco alaba a Dios por el hermano viento, el aire las nubes y el cielo, origen del sustento de todas las criaturas, y en la séptima honra al fuego, el cual representa el conocimiento, el logos que nos aparta de lo meramente sensorial e instintivo y, gracias a ello, puede la especie humana reconocer la existencia de un ser o fuerza sobrenatural que gobierna el universo y, por tal motivo, éste debe recibir el agradecimiento consciente de nuestra especie.
La octava estrofa merece ser citada textualmente: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”. Sin temor a equivocarnos esta parte del cántico puede ser la más significativa para el momento actual en el que vivimos, pues hoy en día se hace referencia a la Tierra como un ser vivo responsable de nuestro sostenimiento, y esto no sólo metafórica y románticamente, sino que es la opinión de un reconocido científico, James Lovelock, quien ha obtenido fama (buena o mala) por su hipótesis de Gaia, en la que afirma que la atmósfera de la Tierra se comporta como un organismo vivo, ya que se encarga de regular las condiciones esenciales de la vida (temperatura, composición química, salinidad de los océanos, etc.). Gaia fue el nombre empleado por los griegos para designar a la diosa Tierra y con éste se hacía alusión a ella como una madre, como el origen de todo lo que existe, inicio del orden y fin del caos. Así mismo esta idea de la Tierra como una madre protectora nos lleva a rescatar las imágenes de algunas culturas precolombinas, como la quechua o la aimara en el sur del continente americano, para las que la Tierra era, y sigue siendo, la Pachamama, ella es quien protege a las personas y les permite vivir gracias a que les proporciona agua, alimento, ropa y por tal motivo debe respetarse (cuidar esos regalos) y rendírsele culto. En México tenemos a Tonantzin, la diosa Madre de la tierra a quien debe agradecérsele antes que todo por el maíz, principal alimento, desde entonces y hasta ahora de los mexicanos, pero además por el agua, la golondrina, el calor, el aire, la mariposa y la flor. “¿No sería justo que hoy que ya se terminó el ciclo de las lluvias, los verdes campos, la vida y el canto del ruiseñor LE AGRADECIÉRAMOS A QUIEN TANTO Y TAN AMOROSAMENTE NOS DIO?” (https://bit.ly/2kyBBGg). San Francisco de Asís alaba al creador por darnos como hermana a la madre tierra; por su parte, varias culturas que antecedieron al cristianismo alrededor del mundo (no únicamente las precolombinas aquí referidas) no sólo alaban al creador, también agradecen a la madre tierra por los dones que dadivosamente entrega ésta a la especie humana; y desde el ámbito científico se reconoce a la Tierra como un organismo viviente que vela por la salud del planeta, a pesar de que la especie humana se esfuerza tanto por hacerla explotar (con esta frase hacemos alusión al texto de Lovelock (2007) La venganza de tierra. La teoría Gaia y el futuro de la humanidad).
En la octava estrofa del cántico, San Francisco hace referencia a todos aquellos que son capaces de perdonar a pesar de sus tribulaciones y en la novena exalta a la hermana muerte corporal de la que no podemos escapar. Hasta el momento podemos ser testigos del perdón de nuestra Madre Tierra para con nosotros sus hijos, pues nos sigue regalando aire, agua, alimento, vivienda, etc., a pesar de todas las tribulaciones que le hacemos pasar, más aún, por el empeño constante de nuestra especie por dominarla, controlarla, manipularla a nuestro antojo con el único objetivo de sacar provecho de ella, lo que podría llevarla a la muerte apocalíptica, tal y como está anunciado en la Biblia.
La encíclica Laudato si del Papa Francisco es un llamado a tomar consciencia del daño que estamos provocando a nuestro planeta y una invitación a poner en práctica un ecumenismo a favor de Nuestra Casa Común, pues sin importar el tipo de creencia religiosa que se tenga (o no se tenga) todos podemos hacer algo y contribuir a disminuir el daño antropogénico que, de forma sistemática, causamos a nuestra Madre Tierra cotidianamente.
Movimiento Ambiental de Aguascalientes A. C. ha hecho un llamado a trabajar en este rubro, para ello se convocó, el día 20 de septiembre del año en curso, a representantes de distintas doctrinas religiosas para que ofrecieran los puntos de vista de sus respectivas iglesias en este tema.
En el artículo del próximo domingo les entregaremos una breve reseña de los puntos de vista ofrecidos por cada uno de ellos.
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