- Existe resistencia a lo nuevo
- Nuevo tratamiento provoca menos secuelas
Desconoce Julián Elizalde Peña, integrante de SerGay, el porqué algunas asociaciones civiles denuncian desabasto de medicamentos para el tratamiento del VIH, lo cual atribuyó a que existe resistencia al cambio y a recibir mejores medicinas.
El activista hizo un llamado a investigar a las organizaciones que aseguran que la distribución de medicamentos contra el VIH, cuando hay, se realiza de manera acotada y en bolsitas de plástico con las dosis exactas para pocos días.
“Sacan ahí unas manitas en una bolsa, perdón, no hay credibilidad y no hay más que dar testimonio de viva voz, nosotros investigamos y sabemos que los últimos medicamentos son de última generación”, señaló al referirse al Bictegravir/Emtricitabina/Tenofovir alafenamida, tratamiento que ahora se distribuye en el sector salud para controlar a personas con VIH/SIDA.
Aseveró que todos los medicamentos que se expedían anteriormente provocaban una serie de secuelas, ya que el efavirenz producía sicosis, insomnio y pesadillas: por ello pugnaron por que fuera retirado del cuadro de medicamentos para el VIH, al asegurar que el nuevo fármaco provoca así nulos efectos secundarios.
Consideró que falta hacer investigación por parte de las sociedades civiles, aunque no negó que haya personas que aseguran sentirse mal con el nuevo tratamiento, lo cual atribuyó a que lo rechazan cuando tienen apenas un par de días con él: “Es el miedo al cambio y cómo hay información errónea sobre los nuevos medicamentos y que dicen que son peores, eso es lo que perciben del entorno, pero no, lo tenemos bien investigado, tenemos documentado que es de lo mejor para los pacientes”.
La situación que considera sucedió es que durante la transición hacia el nuevo medicamento hubo un mínimo desabasto o entrega limitada de los que integraban el anterior tratamiento, ya que el objetivo era que los pacientes llegarán a los nuevos.
Según la European Medicines Agency, la Unión Europea aprobó en el 2018 el uso del Biktarvy al demostrar que era tan eficaz como los antivíricos de comparación. Los efectos adversos fueron similares a los de los medicamentos de la misma clase. De igual manera, la Agencia decidió que los beneficios son mayores que sus riesgos y recomendó autorizar su uso.