Bolsonaro, el ecocida / Taktika - LJA Aguascalientes
22/04/2025

Biarritz, Francia. 26 de agosto de 2019. El presidente Emmanuel Macron comenta una foto aparecida en el Facebook del mandatario del Brasil, Jair Bolsonaro, quien se mofa de la edad de la primera dama francesa, Brigitte, y la compara con la hermosura y juventud de su mujer, Michelle. El líder galo comenta: “Es triste, y primero que todo es triste para él y los brasileños. Las mujeres brasileñas probablemente se sienten avergonzadas de su presidente”.

Cinco días después, el campeón de artes marciales mixtas, Renzo Gracie, quien además funge como embajador turístico del Brasil, concede una entrevista al medio informativo OUL. En el encuentro, Gracie defiende a Bolsonaro y ataca ferozmente a Macron: “Yo lo llamaría una gallina porque su hombría es cuestionable, pero no. He encontrado a muchos gays que son más viriles que este imbécil”. Por último, el practicante de Jiu-Jitsu se refiere a Brigitte Macron: “El hecho de que (él) duerma con el dragón no lo hace un experto en incendios. Ella es fea, mi hermano”.

La escena arriba descrita sirve como prólogo al presente artículo el cual pretende analizar y explicar por qué la disputa diplomática entre Jair Bolsonaro y Emmanuel Macron, provocada por los incendios en la Amazonia, ha mostrado que el presidente brasileño es un ecocida. Es decir, un destructor ambiental.

Desde la campaña presidencial en 2018, Jair Bolsonaro carioca provocaba sueños húmedos entre los estrategas del Pentágono y los conservadores latinoamericanos por su postura a favor de una mayor cooperación militar con los Estados Unidos y en contra de China y de la Venezuela chavista. Asimismo, el exmilitar destacó por su postura en contra de los ambientalistas y los pueblos indígenas del Brasil. 

Ejemplo de lo anterior, fue la diatriba, escrita por su asesor en materia de política exterior Ernesto Araujo, en contra de los ambientalistas y defensores de los pueblos indígenas: “Este dogma ha sido utilizado para justificar el incremento en el poder regulatorio de los estados sobre la economía y el poder de las instituciones internacionales sobre los estados nacionales y sus poblaciones, también para sofocar el crecimiento económico de los países capitalistas democráticos y promover el crecimiento de China”1.

Al llegar al poder, Bolsonaro implementó una política en contra de los ambientalistas: suprimió la dirección de Cambio Climático en el Ministerio de Asuntos Exteriores y eliminó dos departamentos del Ministerio del Medio Ambiente encargados del cambio climático y de combatir la deforestación en la Amazonia. Asimismo, el gobierno federal de Brasil efectuó una política de manos caídas ante la tala ilegal de bosques, la ganadería extensiva y la minería en la zona del Amazonas. Esto provocó que la deforestación de la selva amazónica se incrementara en un 88 por ciento en junio de 2019.

En el frente internacional, el destino de la Amazonia atrajo la atención de los líderes europeos: la canciller germana, Angela Merkel expresó su preocupación por la deforestación y manifestó que sería un tema que trataría con Bolsonaro en la reunión cumbre del G-20 en Osaka. Igualmente, Macron condicionó la ratificación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur a la permanencia de Brasil en el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Sin embargo, la reunión del G7 en Biarritz, Francia, expuso las fisuras entre Bolsonaro y Macron: el día 22 de agosto, el mandatario carioca acusó a su contraparte francesa de “tener una mentalidad colonialista fuera de lugar en el siglo XXI” y agregó: “Lamento que el presidente francés busque instrumentalizar un asunto interno del Brasil y otros países amazónicos para ganancias políticas personales”2.

La respuesta francesa fue elegante pero brutal: “Dada la actitud de Brasil en las últimas semanas, el presidente puede concluir que el presidente Bolsonaro le mintió en Osaka. Bajo esas condiciones, Francia se opondrá al Mercosur como está”3.


A continuación, siguieron los dimes y diretes en las redes sociales, los cuales se volvieron personales, tal y como se describe al inicio de esta colaboración. Sin embargo, la presión mundial -caracterizada por los comentarios de líderes mundiales y las manifestaciones afuera de las representaciones diplomáticas cariocas, tuvieron el efecto deseado: Bolsonaro tuvo que recular y enviar al ejército brasileño a combatir los incendios forestales.

Por cierto, el único apoyo internacional que tuvo Bolsonaro fue por parte del crótalo neoyorquino: Donald Trump, quien escribió en su Twitter: “Nuestras perspectivas comerciales futuras son muy emocionantes y nuestra relación es sólida, quizás más fuerte que nunca. Le dije que, si Estados Unidos puede ayudar con los incendios de la selva amazónica, ¡estamos listos para hacerlo!”. 

El escribano concluye: Jair Bolsonaro es un ecocida, debido a que no le importa la suerte del pulmón del mundo, la Amazonía, mientras que su base -los rancheros y los mineros- se llene los bolsillos con dinero. Asimismo, canceló su asistencia a una reunión entre Brasil, Colombia y Perú, en la cual se trataría los incendios en la Amazonía. Por último, anunció que asistiría a la Asamblea General de la ONU, “aunque sea en silla de ruedas” para exponer su postura sobre la jungla.

Aide-Mémoire.- El Reino Unido está en el umbral de una crisis política, provocada por el primer ministro Boris Johnson. Los británicos tendrán que escoger entre: elecciones adelantas o un Brexit sin acuerdo.

 

1.- Sequestrar e perverter, https://bit.ly/2lw7oHS 

2.- Bolsonaro diz que Macron busca “instrumentalizar uma questao interna” e critica “tom sensacionalista” sobre a Amazonia, https://glo.bo/2jXdwbF 

3.- Ireland, France set to block EU-Mercosur trade deal over Amazon, https://bit.ly/33SOiNU 

 

 

 


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