Pues ahí estudié la secundaria, en lo que en aquellos años era una escuela muy conocida, por no decir que famosa, se le identificaba simplemente como “la uno”, ahí viví unos de los mejores períodos de mi vida y conocí algunos de mis mejores amigos, tengo la fortuna de contar con algunos excelentes amigos, quizás más de lo que la media indica que cada persona tiene, y más de uno surgieron de aquellos compañeros con los que dejé la pubertad y entre en la complicada pero alucinante adolescencia, y he decidido preparar el banquete de hoy con estos ingredientes considerando el hecho de que este verano se han cumplido 40 años de nuestra graduación, ese mismo año en que aparecieron algunos de mis discos favoritos de rock, entre ellos, The Wall de Pink Floyd, Supertramp publicó Breakfast in America, Police daba a conocer Reggatta de Blanc, The Clash se hace presente con el imperdible London calling, Fleetwood Mac y Neil Young impresionan con dos soberbias producciones, Tusk y Rust never sleeps respectivamente, Led Zeppelin publicó In through the outdoor, y así muchos más, sería inútil hacer una lista de aquellos grandes discos de hace 40 años, pero estos son algunos de los que más me gustaron y significaron mucho para mí, el impacto en el momento en que los conocí y lo que posteriormente significaron en mi vida, aunque evidentemente, muchos de ellos, quizás la mayoría los conocí un poco después de su publicación.
Pues bien, el asunto es que se me ha ocurrido la idea de relacionar mis años en secundaria y específicamente el año de mi graduación con la música, aunque claro, tú sabes, todo en mi vida está relacionado con la música y todo surgió como consecuencia de estar viendo con mi esposa el pasado fin de semana la película Grease, Vaselina que aunque si no me equivoco es de 1978, definitivamente estaba de moda cuando me gradué de la secundaria.
Repasando la película y escuchando la banda sonora recordé que yo me la pasaba discutiendo con todo mundo, o casi con todo mundo precisamente por mis gustos musicales, en esos años la moda era la música disco, yo siempre he pensado que ver un foco encendido durante cinco minutos tiene más variedad que escuchar un minuto de música disco, es monótona, repetitiva y consecuentemente predecible y aburrida, claro que comparándola con otros lenguajes sonoros, por no decir que musicales que hoy están de moda, la disco music no resulta tan mala. En fin, el asunto que en aquellos años en los que todavía no llegaba la contaminación con ese terrible sonidero llamado reguetón o como sea que se escribe, a mí me parecía que la disco era una terrible perversión de la música.
Yo estaba descubriendo nuevos grupos de rock y empezaba a sumergirme en los encantos de rock progresivo, mi buen amigo Alejandro Arenas Martell, por supuesto, compañero de la secundaria, se convirtió en una especie de gurú y con él conocí algunas de aquellas grandes expresiones musicales que se han convertido en la banda sonora de mi vida, con él conocí a Le Orme, específicamente con el disco Uomo di pezza, con él conocí a Led Zeppelin, inolvidable la primera ocasión que escuché The immigrant Song, o Supertramp, The Who, Deep Purple y algunos más, todos esos grupos marcaron mi vida para siempre, y bueno, mientras que los de mi generación, no solo mis compañeros de secundaria, en general todos, se volvían locos con Fly Robin fly y Play me like a yoyo de Silver Convention o a Village People, éstos sí, la verdad, infumables, o los Bee Gees cuando traicionaron la música e hicieron el soundtrack de la película Saturday night Fever, yo estaba demasiado ocupado descubriendo parte de la historia de la música contenida en aquellos impresionantes discos de rock, Nazareth, Crosby, Stills & Nash, The Cream, Rush, en fin.
Bien, al punto donde quiero llegar es que toda la película de Grease está salpicada de buenos temas de rock & Roll, ya sabes, la historia está ambientada en los años 50 y es como estar en la ducha con agua tibia, rica, deliciosa, y de repente viene aquella secuencia en donde Sandy (Olivia Newton John) pretende llamar la atención de Danny Zuko (John Travolta) y se viste despampanante, con un pantalón negro ajustado, una blusa que para la época resultaba demasiado atrevida y unos horribles zapatos de tacón en lugar de las tobilleras típicas de los años del buen rock. Mira amigo melómano, lo entendí de esta manera, esa secuencia de la película es una forma de decirnos que la disco music llegaba para sustituir al viejo y deteriorado rock & roll y en lo que a mí respecta fue como recibir una cubeta de agua helada después de ese baño tibio y reconfortante.
Así estaba yo como salmón, nadando contra corriente, y sigo estando, sin embargo ya ves, Vaselina o Saturday Night Fever fueron una moda y pasó, se les recuerda como una curiosidad del pasado, pero sin mayor trascendencia, en cambio Led Zeppelin, The Who, Supertramp, Le Orme, Genesis, y otros que yo descubrí por aquellos años son ahora…, bueno, ¿qué te puedo decir?
Por cierto, recordé aquellos años porque mañana sábado tengo la reunión del 40 aniversario de graduación con mis compañeros de la secundaria, si alguien de ellos leyó esto, seguramente más de uno me va a querer linchar, a ver si voy.
Que nostalgia!
Yo soy de esa misma generación, estudie en el turno vespertino. Creo que estaba en el grupo D.
Por cuestiones del destino, hice mi vida fuera de Aguas y un tiempo después ya no volvi a tener contacto con nadie.
Presisamente mañana cumplo 35 años que me vine a radicar a Los Cabos., Aunque desde el 81 salí a otros destinos.
Si hubiera tenido más tiempo para planear un viaje y asistir, sin lugar a dudas ahí estaría el día de mañana.
Un fuerte abrazo a todos los de la generación!