- Se deja a las mujeres en la base de las organizaciones y se limita su acceso puestos directivos o candidaturas
- Son necesarias acciones que permitan transformar la cultura política al interior de los partidos políticos
Toda democracia requiere que haya mujeres, el 50 por ciento de la población, para que realmente sea paritario, por lo cual es de suma relevancia que se involucren en la vida política del país; la investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Flavia Freidenberg, subrayó que si bien en México, como en otros países, hay mujeres dentro de la política, su participación se limita a formar parte de la militancia, en puestos de menor decisión y no se garantizan sus derechos electorales.
“El problema está en que dentro de los partidos políticos mexicanos tienen techos de cristal, es decir, dejan que las mujeres estén en la base de las organizaciones, pero ponen obstáculos o prácticas informales o simulaciones que evitan que las mujeres accedan a la dirección del partido e incluso a las candidaturas”, enfatizó la también autora del libro La representación política de las mujeres en México.
Destacó que es fundamental que las mujeres conozcan y ejerzan sus derechos, pero se debe poner atención a las prácticas que tienen los partidos políticos al momento de impulsar los liderazgos femeninos; si bien dijo que México registra importantes avances en los últimos años, especialmente en la normativa para alcanzar la paridad en la postulación de candidatos a un cargo de elección popular, así como en términos del empoderamiento de las mujeres, aún no es suficiente: “Las mujeres son cada vez más conscientes de sus derechos, pero persisten estas resistencias que dificultan sus accesos al poder; la violencia es sistémica y es estructural, pero además tiene perspectiva de género, entonces hay una violencia estructural que tiene que ver desde el aspecto social, hay un sentido de posesión de muchos hombres que creen que las mujeres les pertenecen y ellos limitan no sólo la vida política, sino la vida social y civil de las mujeres”.
Flavia Freidenberg lamentó que no haya ley que sancione a cabalidad la violencia política en razón de género, por lo cual urgió a que se le otorguen a las autoridades dientes que permitan fomentar la cultura de la denuncia y las sanciones a las que haya lugar.
Rosa Elena Anaya Villalpando, especialista en política pública y de género, condenó que el principal obstáculo y la carrera más fuerte y difícil a las que se enfrentan las mujeres en la política sea al interior de los partidos políticos, para poder ser candidatas, aunado a lo que tienen que pasar para llegar a ser electas.
Subrayó que estos ejercicios se dan en un ambiente plagado de opacidad, están decididos y controlados por núcleos de poder generalmente masculinos, con base en sus propios intereses de grupo, con las estrategias que más beneficien a sus carreras políticas.
Muchas de las mujeres que buscan acceder a los cargos de elección popular no tienen el respaldo de una carrera partidista, un trabajo político detrás, o el trabajo con líderes de colonias o comunidades que apoyen su postulación, como se les facilita a los hombres: “Ahí está el viacrucis, realmente así es, primero el tema de la competencia interna en los partidos, con hombres, con mujeres, pero sobre todo por la falta de transparencia en los procesos internos de selección de candidatos (…) colocan a las mujeres cual fichas en un tablero de ajedrez”.
Anaya Villalpando recalcó que esta situación implica un reto muy importante para que se trabaje con un marco normativo en favor de las mujeres, pero la mayor necesidad es que se pongan en marcha acciones que permitan transformar la cultura política al interior de los partidos políticos.f