Uno de los problemas recurrentes en cada sexenio federal y estatales, es el tema del campo y su aportación tanto en recursos públicos como en programas prioritarios. Si bien es un asunto político y social de mucho estudio y análisis, considero relevante tomar estas líneas para expresar mi preocupación sobre el enfrentamiento que se presenta entre la sociedad y el Gobierno Federal.
Esta semana se anunció la realización de un paro nacional en el sector agrícola, como consecuencia de considerar estar en total olvido de la autoridad federal. En todo el país -especialmente en la región centro/occidente- se denunció que el presidente Andrés Manuel López Obrador, “dejó de velar por los pobres y comenzó a gobernar para los ricos”, palabras del secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) en Guanajuato, además de las múltiples quejas del Frente Auténtico del Campo (FAC), de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), del Movimiento Social por la Tierra (MST), de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (Coduc), entre otras organizaciones. El movimiento consiste en salir a las calles, a las carreteras y a las plazas públicas a manera de manifestación pacífica, bajo el derecho de la libre expresión ciudadana. En Aguascalientes, por ejemplo, se propuso cerrar la salida a la Ciudad de México, la salida a Zacatecas (en colaboración con organizaciones zacatecanas), la salida a San Luis Potosí y la salida a Calvillo.
Entre sus demandas se encuentra el establecer un diálogo democrático y directo con el Ejecutivo Nacional y los Secretarios federales relacionados con el campo; información veraz y transparente sobre los recursos públicos aplicados en los programas de apoyo al campo; no a los subejercicios y la ejecución plena del Presupuesto de Egresos aprobados por la Cámara de Diputados en diciembre del año pasado; así como una mejor visión política en materia agropecuaria.
El problema que estamos viviendo como mexicanos es que se generaron tantas expectativas hacia esta denominada Cuarta Transformación, que buscamos resultados inmediatos, sin tomar en cuenta que un problema de tal magnitud requiere tiempo y mucha responsabilidad. Entiendo que los programas como el Fondo de Apoyo a Pequeños Productores que estaba dirigido por Sagarpa desapareció del PEF 2019, así como otros recursos destinados a este sector como la investigación, innovación y desarrollo tecnológico con los proyectos estratégicos. Las razones las ha explicado en un sinfín de comunicados la autoridad federal, la visión que está teniendo cuenta con una base sobre el combate a la corrupción y al derroche de recursos públicos.
Soy un convencido de que para cortar con la corrupción hay que realizar acciones que en ocasiones parecieran radicales; sin embargo, es pertinente el evaluar costo-beneficio de estas estrategias desde una visión autocrítica. Antes que cualquier enfrentamiento, nosotros desde la CROM hemos llamado siempre al diálogo social, a la negociación y a la búsqueda de acuerdos en donde todas las partes se beneficien. Aplaudo las acciones de las organizaciones campesinas por la coordinación que están teniendo, al final todo movimiento social requiere de organización y sensibilización de sus líderes. Llamaría a la no afectación a terceros, a que por la presión política que buscan tener, no se tome en cuenta los daños que pueden causarle a la ciudadanía que en nada tiene de responsabilidad. Acciones pacíficas para resultados pacíficos y efectivos.
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