Hacía ya un buen tiempo que no escuchábamos la palabra amenazante de “crisis económica” en México o en Aguascalientes. Silencio saludable que, ahora mismo, está siendo interrumpido con rumoroso ruido por todo tipo de notas periodísticas que siguen tan nerviosamente los gráficos lineales -como de un electrocardiograma- de indicios ominosos por lo que se atisba e interpreta como una “recesión económica”; pero ahora de amplitud mundial. Gráficos que pintan curvas epilépticas descendentes, como de viaje dantesco a los infiernos, tanto en el orgulloso norte Americano, como en la Unión Europea, el sin-arreglo en el Brexit del flemático archipiélago británico, o en la otrora pujante economía China -con Hong Kong o sin él-, el desafiante oso transiberiano Soviético -sospechoso de inmiscuirse en elecciones presidenciales y/o ahora de franco espionaje-, o el mercado especulativo/de casino mundial del Petróleo tanto del Oriente como del Oriente Medio, o el Sudeste Asiático, ya no se diga en el subcontinente de América Latina, etc., etc. El hecho es que el radar pita una alarma pan-global.
En México, hasta nos regocijamos que hayamos crecido el último bimestre/junio a “0”, -pues vamos re-quete-bien o muy plausiblemente en promedios históricos de 0.2 del PIB, y como que nos anima la comparación contra datos de Austria, en el segundo trimestre de 2019 ha crecido un 0,2% respecto al trimestre anterior. Esta tasa es 2 décimas menor que la del primer trimestre de 2019, cuando fue del 0,4%. La variación interanual del PIB ha sido del 1,6%, 1 décima menor que la del primer trimestre de 2019, cuando fue del 1,7%. La cifra del PIB en el segundo trimestre de 2019 fue de 99.291 millones de euros, con lo que Austria se situaba como la economía número 24 en el ranking de PIB trimestral de los 50 países que publicamos (Fuente: Expansión. Datos macro.com/ https://bit.ly/2zifd7J ).
En Aguascalientes, con los datos peñistas y lozanistas, de los 7 puntos porcentuales de crecimiento que traíamos, ahora nos quedan 2/ o un desempleo del 3.5 y eso es motivo de febriles arengas políticas. Ah! Pero Estados Unidos va mucho peor, a tal grado que el presidente Trump vocifera contra sus “pusilánimes” jefes financieros de la Reserva Federal y de Wall Street, en obvia preocupación por su potencial reelección.
A la par. Las huestes políticas se alborotan, debido a los inminentes recambios de presidencias de mesas en el poder Legislativo Federal, salen a flote los conflictos internos al “grupo en el poder”, de Morena, y sólo se escuchan los chasquidos de patada de mula entre las tribus de Martí Batres y de Monreal Ávila. En Aguascalientes, la brújula anda loca entre su dirigencia estatal y su representación institucional, al punto que no se ve liderazgo fidedigno alguno que se atreva a asomar la cabeza ante la superviniente gubernatura o presidencia municipal. El PAN, un poco más encanchado en el ámbito local, ya está formando las banderas de su correligionarios dispuestos a echarse un chapuzón al juego político por hacerse con el poder gubernamental y/o municipal.
El caso es que ya la palabra “crisis” no nos espantaba tanto. Sin embargo, hoy, la experiencia de crisis va creciendo un tanto soterrada, vista desde aquellas crisis económicas -ahora históricas-, como la del petróleo en 1979 con la caída del Sha de Irán -al que hospedamos brevemente-, la nacionalización de la banca anunciada el 1° de septiembre de 1982, durante el último informe de gobierno del presidente José López Portillo en que emitió el decreto que sentó las bases de operación del nuevo régimen, así como las reformas a los artículos 25° y 28° de la Constitución; luego la impensable inflación rampante de 84 lamadridista, el “error de diciembre” de 94 y el septiembre negro de 2008 en la Bolsa de Nueva York. Experiencias ciertas de crisis que le ha tocado vivir –de cabo a rabo- a la llamada generación del “baby boom” de la posguerra mundial, que hoy somos y convivimos con la de los “millenials”, nacidos de mediados de los ochenta. Pero, que hemos probado –yo me incluyo- esa pavorosa secuela de crisis repetitivas y de efectos al parecer interminables. En realidad hemos aprendido a las malas, aquello de esperar un “mejor mañana” y a luchar infatigablemente por él. (Nota mía: LJA. Dos generaciones en crisis. Sábado 25 de noviembre, 2017).
El asunto de fondo, en este contexto, nos lleva indefectiblemente a recapacitar sobre “la pobreza”, porque se erige como la esfinge enigmática que debemos sortear y vencer. Recuperemos el valor de estas definiciones: La publicación de los resultados estadísticos respecto de los factores multidimensionales de la pobreza, que son producidos por el Inegi mediante el llamado Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS) de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), al alimón con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Y su forma de agregación se concentra en un reconocido instrumento de medida llamado Índice de Gini (por su creador, el estadístico italiano Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). (Nota mía. LJA. También la Bioética se mete con el Gini. Sábado 15 de agosto, 2015).
Hoy, de manera distinta pero semejante, Julio Boltvinik en su columna Economía Moral se mete con lo que llama: “la deconstrucción del método de medición de pobreza por el Coneval” (Fuente: La Jornada. https://bit.ly/33QyGdD ). En sustancia, cito el punto No. 8, que considero señero de su reflexión (y enfatizó con negritas, los conceptos que pienso destacar):
- “Si bien la presencia de carencias asociadas a cada uno de los espacios impone una serie de limitaciones específicas que atentan contra la libertad y la dignidad de las personas, la presencia simultánea de carencias en los dos espacios agrava de forma considerable sus condiciones de vida, lo que da origen a la siguiente definición de pobreza multidimensional: una persona se encuentra en situación de pobreza multidimensional cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y sus ingresos son insuficientes para adquirir los ByS que requiere para satisfacer sus necesidades” (p.38). Comentario. No basta, para ser considerado pobre, con limitaciones que atenten contra la libertad y la dignidad de las personas, sino que para ser pobre es necesario que sus condiciones de vida se agraven de forma considerable más allá del atentado en una dimensión. Esto supone adoptar el criterio de intersección de los conjuntos: sólo los que están en la intersección son pobres, que podría defenderse para un criterio de pobreza extrema, pero no para uno de pobreza, como lo expresa involuntariamente el término agravar. Esto significa que mientras una persona con ingreso igual a la línea de bienestar (LB) y con carencias en las seis dimensiones directas no es pobre, una persona con un peso menos de ingreso que la LB y con carencia sólo en un indicador social, sí es pobre. De lo que no se da cuenta el Coneval, al adoptar el criterio de intersección para identificar a los pobres, es que ello implica adoptar el criterio unión para identificar a los no pobres: en efecto, para el Coneval son no pobres todas las personas que sean no pobres en una de las dimensiones o en las dos. Con ello se minimiza el error de inclusión (considerar pobre a alguien que no lo es) pero se maximiza el error de exclusión: considerar no pobre a alguien que sí lo es”.
La expresión gráfica de este argumento de Boltvinik, que falsea el criterio de medición del Coneval, corresponde al esquema ya generalmente aceptado en los famosos Diagramas de Venn (Debidos al lógico británico, John Venn. Él escribió sobre ellos en un artículo redactado en 1880 titulado “De la representación mecánica y diagramática de proposiciones y razonamientos” en la revista Philosophical Magazine and Journal of Science). Lo que aplicado al caso presente, se puede representar mediante dos círculos u óvalos cuyos arcos respectivos se cruzan o intersectan en un determinado punto, ya sea ampliando o reduciendo el espacio que encierra su intersección, dejando libre la superficie restante de ambos elementos, que lógica y matemática quedan fuera del espacio ocupado por dicha unión.
En concreto, lo que argumenta Boltvinik es que para el Coneval, basta con que el ingreso de familia esté por debajo de la línea de bienestar LB, digamos $1.00, para que la persona(s) sea considerada pobre; así tenga o no acceso a las 6 variantes de carencias del índice compuesto para medición. En cambio, seguimos con el Coneval, si la unidad familiar evaluada, no tiene acceso a dos o más carencias de tal conjunto, pero tiene acceso a igual o mayor ingreso sobre la línea de bienestar, no es pobre.
Entonces, aquí interviene la corrección diagramática de Boltvinik, para ser definido como pobre, alguien debe integrar los dos criterios indicados: la unión de los factores del bienestar y el nivel de ingreso bajo la LB. Es decir, ocupar positivamente el campo de unión e intersección de los 2 factores que satisfacen o no la línea de bienestar. En conclusión, el espacio que está intersectado por ambos arcos forma el área de impacto de los elementos que intervienen en la medición de la pobreza, tanto el elemento monetario-económico propiamente dicho, sea el ingreso de familia; como parte o todo el elenco de las 6 carencias que contabiliza el índice de medición de la pobreza. Ergo, la pobreza se mide por la concurrencia de los 2 factores y no por sólo uno de ellos.
Esta aparente digresión del tema de la desigualdad sociopolítica y económica, es sólo eso: apariencia. En gran síntesis: La desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables. Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. (Fuente: 210 Informe de OXFAM, confederación internacional formada por 17 organizaciones no gubernamentales, del 18 de Enero de 2016. www.oxfam.org/ Intitulado: Una Economía al Servicio del 1%). Y refrendo mi convicción, para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad, desde la política.