- Justina obtuvo el segundo lugar en el certamen mundial RoboCup, en la categoría Home League, sólo superada por la Universidad de Koblenz-Landau, Alemania
- RoboCup es una iniciativa científica internacional que pretende avanzar en el desarrollo de los robots inteligentes
Justina, la androide de servicio de la UNAM, refrendó su importancia mundial al obtener el segundo lugar en el certamen internacional RoboCup 2019, en la categoría Home League, realizado en Sidney, Australia. Sólo fue superada por la Universidad de Koblenz-Landau, Alemania.
En poco más de una década, Justina ha competido en todos los frentes del ámbito robótico, y en casi todos los continentes: en Asia visitó China, Japón, Singapur y Turquía; en Europa estuvo en Holanda, Alemania, Austria y Francia; en América fue a Brasil; y ahora a Oceanía.
Fue creada en 2006, en el Laboratorio de Biorrobótica de la Facultad de Ingeniería (FI), encabezado por Jesús Savage, donde participan alumnos de licenciatura y posgrado.
“Tenemos nivel para competir por los primeros sitios, y es producto de la constancia y el rigor de trabajar hasta los fines de semana y días de asueto. La clave es convocar estudiantes nuevos que sean instruidos por los de mayor experiencia, de esta manera no se empieza de cero y se refrenda como proyecto a largo plazo”, expuso Savage, investigador de la FI.
La competencia
En el certamen, realizado recientemente, el equipo Pumas del Laboratorio de Biorrobótica fue nutrido por nuevos integrantes, destacó Hugo Enrique Estrada León, del Posgrado en Ciencia e Ingeniería de la Computación de esta universidad. “A mi parecer Justina tuvo mejor desempeño que el robot ganador, se notaba en la manipulación de los objetos y en su navegación, lo que constata que no estamos tan lejos de equipos asiáticos o europeos, aunque el reto es afinar la parte mental”.
Reynaldo Martell, líder del equipo, agregó que Justina y Pumas han ganado respeto y ahora son percibidos como auténticos rivales.
En esta ocasión, terció Savage, se modificaron algunas reglas, situación que fue sorteada sobre la marcha: “Dentro de estas reglas nuevas, el robot podía pedir ayuda. Por ejemplo, en una de las pruebas en las que se tenía que tomar un objeto y ponerlo en otro lugar, a veces los sistemas de visión fallan, y el robot puede pedir a la persona acercar el objeto. Nosotros quisimos hacer toda la rutina completa sin ayuda humana y nos restó puntaje”.
Justina tenía que abrir un gabinete donde había trastes, utensilios y frutas, encontrar en qué panel estaban los objetos e ir a una mesa; los estudiantes la entrenaron bien, pero su extremidad se atoró con una pestaña del repositorio, la robot empezó a jalar y se rompió el brazo. Aun así, lograron repararla y conseguir un buen puntaje. Sólo fue superada por la Universidad de Koblenz-Landau, Alemania: “La RoboCup no es la meta, sino una muestra de lo que hacemos; no es el objetivo final, la finalidad es preparar a los estudiantes y emprender investigación en esta área, y a la larga consolidar un robot de servicio en casa”.
En el mismo certamen, pero en la categoría Standard Platform League, el robot Takeshi, con software de la UNAM, consiguió el cuarto sitio en apenas su segunda competencia internacional. Estuvo a cargo de Edgar de Jesús Vázquez Silva, estudiante de Ingeniería Mecatrónica de la FI e integrante del laboratorio.
RoboCup es una iniciativa científica internacional que pretende avanzar en el desarrollo de los robots inteligentes. Cuando se estableció, en 1997, la misión original era desplegar un equipo de robots capaces de ganar contra los campeones de la Copa Mundial de fútbol humano para el año 2050.
Con información de la UNAM