Estimado lector, dejaremos de lado el aniversario de la elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente, que estará en boca de todos esta semana, tanto los que están a favor, como de los que están en contra, diciendo nada más que tenemos un presidente de claroscuros, más oscuros que claros, que sus promesas de campaña las quiere cumplir a pesar de que en su mismo equipo le muestran datos que muestran un deterioro de la economía si se siguen, y con un subejercicio tremendo en el primer semestre del año, en áreas prioritarias, por su famosa lucha contra la corrupción. Sus decisiones a “mano alzada” votaciones hechas a modo en lugares donde está reunido solo con sus incondicionales no dan certidumbre a nuestro país y, por tanto, estamos ante un escenario de inmovilidad, en donde al no tener la certidumbre necesaria para invertir, entonces los capitales, la inversión privada se mantiene al margen y el presidente López piensa que con el consumo público podrá solventar esta indecisión, pero no se da cuenta de que no es así, ya que el consumo público representa sólo el 15% del consumo del país, mientras que el consumo privado es aproximadamente el 51%. ¿Por qué digo todo esto como introducción? Porque los ciclos económicos están cumpliendo una etapa de crecimiento global, que, aunque fue discreto, estuvo vigente por más de 9 años (2009-2018) y actualmente estamos viviendo ante un escenario de franca desaceleración global, y no sólo eso, con el fantasma de la recesión mundial, que más que fantasma, es un francotirador que está esperando el mínimo descuido de las economías para pasar facturas a los que no se previenen.
Ante este escenario que todos están vislumbrando, es que las economías mundiales empezaron a tomar decisiones rápido y en algunas de ellas verdaderamente sorprendentes, como es el caso de la economía de Estados Unidos, que pasó de una franca lucha contra China en el comercio, a una conciliación para lograr en conjunto, los mejores acuerdos para enfrentar esta recesión.
La Federal Reserve, que es la encargada de mantener las tasas de interés de forma productiva para la inversión, y que estaba en la expectativa de subir de forma constante las tasas durante el 2018 y parte del 2019 por el crecimiento que se veía en la economía Estadounidense, acaba de percatarse que no podrá hacer eso, sino todo lo contrario, en la última reunión mantuvo la tasa de interés estable y dio a conocer que probablemente tendrá que bajar en los meses siguientes la misma tasa para ser competitivos en el ámbito mundial.
Mientras tanto, en nuestro país, el Banco de México mantiene la tasa de interés a los niveles altos del 8.25% y no están previendo bajar la tasa, ya que gracias a ese retorno tan alto de interés, los capitales extranjeros están entonces en posibilidades de invertir en México y por tanto, mantener bajo el tipo de cambio, que no está bajo como presume la famosa 4T por la confianza de los mercados estadounidenses. En cuanto algún otro país dé un rendimiento mayor al que da México los capitales se irán y, por lo tanto, el tipo de cambio se moverá.
Además, la deuda del país, contrario a lo que prometió López, está aumentando, casi llegando al 50% del PIB. Mucho criticaron a los gobiernos de los panistas y de los priistas, sobre todo de estos últimos debido a que endeudaban al país y esto no se reflejaba en una mejora de la ciudadanía.
En el caso actual, es el caso de que el país se está endeudando para tener a flote Pemex, un barril sin fondo que no ha podido estabilizar sus finanzas, y que desafortunadamente, debido a los condiciones globales del petróleo, dudo que se pueda estabilizar de forma adecuada y hacerlo rentable.
Además, el problema de la generación eléctrica es complicado, hay zonas que tienen desabasto de la energía y que será más recurrente por la falta de inversión en ese sector.
La recesión está a la vuelta de la esquina, y lo que se debe hacer es:
*Buscar mercados alternos más rentables y cuidar los que ya se atienden.
*Reducir los costos fijos a niveles tales que sea adecuado el funcionamiento de las empresas y se eficiente de manera adecuada la productividad de esta.
*Ser eficientes y productivos.
*Evitar el endeudamiento excesivo que no retorne en mayores rendimientos para la empresa.
Esto es lo que deben hacer las empresas y agarrarse muy fuerte, porque el gobierno no se ve como vaya a actuar en beneficio de la IP en esta recesión.
Excelente aportación. Cuál sería la propuesta para las finanzas personales bajo este escenario?
Saludos y muchas felicidades por las constantes publicaciones