- Protección al ecosistema no es sólo tarea de los ambientalistas
- Urge frenar permisos de construcciones que impactan al ambiente
La protección y cuidado del medioambiente no es sólo responsabilidad de los ambientalistas, quienes de manera voluntaria y sin fines de lucro han conformado asociaciones para hacer frente a la devastación del ecosistema, ya que es necesario que la sociedad en general se involucre para poder frenar la deforestación que se vive en el estado, siendo los lugares más afectado las orillas de la mancha urbana.
Si bien se ha avanzado considerablemente en la preservación de las áreas naturales con la declaración de zona protegida del Bosque de Cobos, hay otros puntos aún vulnerables, donde con el crecimiento de las zonas habitacionales se ha vulnerado a las especies de árboles nativos, algunos de estos con cientos de años de antigüedad, en zonas de recarga de los acuíferos, señaló la presidente de la asociación Movimiento Ambiental, Guadalupe Castorena Esparza.
Precisó que es preocupante la tala de árboles que implicará la construcción de los pasos a desnivel y puentes vehiculares que se pretenden construir en el Segundo Anillo de Circunvalación, siendo el más próximo a arrancar obras el que se ubicará en el cruce con la calle Salvador Quezada Limón, para el cual la Secretaría de Medio Ambiente del estado ha reconocido dicha afectación.
No obstante, la activista destacó que si bien la remoción de cualquier especie arbórea implica un impacto negativo al ecosistema, es común que las especies que actualmente se encuentran en los camellones sean introducidas de otros lugares, siendo exóticas, por lo que es más imperante que la población voltee a ver lugares como La Ribera, cercano al Puertecito de la Virgen, o el Lunario, que formaba parte del Bosque de Cobos, por mencionar algunos, que las fraccionadoras están deforestando completamente.
Castorena Esparza detalló que en estos sitios se puede apreciar la tala masiva que se ha hecho de mezquites, huizaches, nopaleras, entre otras especies de la región, que tienen una afectación mayor e implican severas consecuencias climatológicas y ambientales para el Valle de Aguascalientes: “Era un matorral enorme y arrasaron con todo; no se cuanto se pudieron haber llevado con el ecosistema”, enfatizó Castorena Esparza.
Lamentó que prevalezca la construcción horizontal en estos sitios, ya que se afecta drásticamente al ecosistema natural, siendo que las viviendas que apenas se entregan, ya se encuentran desocupadas y vandalizadas, sin considerar la devastación natural que implicó su edificación.
“Es el problema con los nuevos fraccionamientos, además del problema social y de movilidad; ojalá la gente volteara a ver ese problema y defendiera las zonas naturales; para las organizaciones ambientalistas es imposible abarcar todo”, declaró la presidente de Movimiento Ambiental, a la par de exhortar a la sociedad a sumarse a estas causas y a las instancias responsables para que no se otorguen más permisos de construcción que impliquen un impacto tan grave al ambiente.