Los baños de pueblo y Maten al León/ De imágenes y textos - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Cómo me gustaría ser ya sabe quién para decir “lo que diga mi dedito” y fijar mi postura, aunque terca pareciera; señalar a todos los que no piensen como yo, a los adversarios de cabecera, a mis contras; pero no, soy un simple mexicano y aunque a veces gana el hígado, la lógica y el análisis salen a flote. Por ahí dicen que no hagas lo que no quieras que te hagan y es verdad, creo que es lo más sensato, ¿no cree? Si el jefe supremo se la pasa diciendo ternuritas y fifís a los que no le simpatizan, por lógica deja abierta la puerta a que se le regrese la mala leche que envía, el que se lleva se aguanta, así dicta la norma. Yo pensé que por su perfil, tan ecuánime y profesional iba a abstenerse de los llamados días del presidente, con o sin acarreados, para el caso es lo mismo, recuerda aquellos años donde Jolopo, el buen Miguelón y hasta don Carlos (porque aunque neoliberal también le tocó) cada año hacían su “día del presidente”, sólo que los antecesores a ya sabe quién preparaban la fiesta el día del informe presidencial, por lo regular los primeros días de septiembre de cada año, como para indicar la antesala de las fiestas patrias, así lo marca el artículo 69 de nuestra Carta Magna. Recuerda aquellos buenos tiempos, donde en cadena nacional el Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales CEPROPIE cubría desde la salida de la residencia oficial de Los Pinos del presidente en turno, su paso por Paseo de la Reforma donde la multitud (acarreada) lo ovacionaba, le lanzaba “papelitos” de colores y vitoreaban su nombre como si fuera el triunfador de una justa épica; después del trayecto aderezado por porras, la llegada a la Cámara de Diputados donde no podía faltar el pueblo agradecido saludando al preciso afuera del recinto, luego el interior, el espectáculo que, dicho sea de paso, don Jolopo hasta el día de hoy ostenta el récord de más ovaciones durante su intervención de 1982, cuarenta interrupciones para ovacionarlo, qué tal, eso ni “ya saben quién lo logra”, después, la salida del Congreso de la Unión, el trayecto de regreso a Los Pinos con la misma dinámica, se imagina la logística del día del presidente conocido oficialmente como el día del Informe Presidencial, y no sólo para los responsables del evento como tal, para los señores de CEPROPIE, la producción televisiva, la responsabilidad de sacar sendo evento al aire y sin errores, cuidar los tiros de cámara para que las calles lucieran llenas y las tomas abiertas repletas de mexicanos satisfechos con el trabajo de su presidente; sí, estimado lector, la magia de la televisión. 

Ahora y con eso que todo es diferente, que el gobierno no es neoliberal, de derecha, pero tampoco de izquierda o progresista, más bien populista, la juagada cambia, a romper paradigmas aunque se rompa la estructura que funciona en este país, y conste y lo reitero como en muchas de mis columnas, no estuve de acuerdo con las administraciones pasadas, pero creo que al preciso se le está pasando la mano, en fin; la jugada cambia, para qué esperar al 1 de septiembre si lo podemos hacer el domingo 30 de junio para celebrar el aniversario del triunfo de Andrés Manuel en las elecciones de 2018, cómo no se les ocurrió a sus antecesores hacer lo mismo, usted me dirá, porque no llegaron por la vía legítima, sino por el fraude electoral, tal vez, pero Zedillo ganó por la buena, Fox también y no hicieron ni dieron tal espectáculo. No resistió la tentación de un mega baño de pueblo, acostumbrado a las giras por las entidades de la República quiso tener una audiencia de más de 1500 escuchas, que tal vez es lo que junta en sus mítines fuera de la Capital. 

Juntar a la raza, usar las redes sociales para autentificar el momento; decir que es raro el evento porque la gente dice que está decepcionada y aun así fueron a apoyarlo, que no hubo acarreados, que la convocatoria fue auténtica eso es especular y hablar sin pruebas, así como refutar la postura y decir que la plancha del Zócalo estuvo llena de acarreados, tal vez no todas las personas fueron invitadas al mitin a cambio de algo, pero no fue limpia la audiencia, eso es un hecho, a varios reporteros les constó el traslado y permanencia de los famosos “acarreados” a cambio del refrigerio para entretener a la tripa. 

Para qué sirven estos baños de pueblo, para demostrarle a la opinión pública nacional e internacional que el pueblo está con ya sabe quién, para que a través de los medios tradicionales y digitales quede de manifiesto y evidencia que el arrastre del preciso es de tal calibre que está listo para la reelección y crear la dictadura que tanto está negando, si no lo va a hacer para qué lo comenta y lo niega, al tiro con eso.

De verdad aún no entiendo la lógica del jefe supremo y mire que de verdad trato de comprender su estrategia que utiliza día a día, esa 4T está más rebuscada o confusa que qué cosa, don Andrés prefirió aventarse su mega baño de pueblo que estar en la reunión del G20, y si estos son sentidos como nosotros los mexicanos jarritos de Tlaquepaque, no se van a hacer esperar las repercusiones internacionales, nuestro presidente no tiene interés en la política exterior; aguas con eso, prefiere un mitin que una cumbre internacional…

Yo le pido, estimado lector, que para este verano se haga la firme promesa de leer a Jorge Ibargüengoitia con su novela Maten al León, no se por qué la historia me parece que, si no nos ponemos buzos, nos podría pasar, estamos tan cerca que la piel se me pone de gallina, no, no es una historia de terror, pero si una prospectiva a una realidad que no debemos dejar que llegue. 

Lea, diviértase, disfrútela y reflexione, puede que México no se convierta nunca en la isla caribeña de Arepa, de nosotros depende. 

[email protected] | @ericazocar



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