“el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”
De El informe Brundtland
Cuando uno llega al gobierno, una de las inquietudes es equiparar lo que uno pensaba que era el trabajar en el gobierno (desafortunadamente muy desacreditado hoy en día), y lo que en realidad es y en qué consiste estar en la burocracia. Trabajar en el gobierno debe ser un honor y un deber que todos alguna vez en la vida debemos asumir. Trabajar de la mano con el gobierno, un deber todavía mayor-se sobreentiende que nuestro interés legítimo de la sociedad, es por ayudar a otros a que hagan mejor su trabajo-, y al final poder coproducir los proyectos que la sociedad necesita y que estará en la voluntad del estado que se realicen.
Sigo con lo de trabajar en el gobierno. En estos días, me ha tocado ver a varios compañeros y compañeras de diferentes niveles del gobierno estatal el poderse ir después de algunas décadas de entrega al servicio público, jubilarse o pensionarse. Algunos relativamente jóvenes, otros no tanto, pero eso sí, todos muy bien trabajados. Me gustaría que se fueran con los vítores que se llevan los militares cuando se retiran y les hacen los honores. A quien piensa que en el gobierno no se trabaja, se equivoca, se trabaja mucho, pero muchas veces ese trabajo se refleja poco. Es un tanto injusto, pero, bueno, así es esta vocación.
Me enlazo con nuestro tema. Prospectar, es una palabra interesante. María Elena Tello afirma de ello que es “un movimiento de anticipación que puede ser definido como el esfuerzo de hacer probable el futuro más deseable” por lo que hablamos entonces de construir un proyecto de un futuro que no existe, pero que queremos tener cuando se llegue el tiempo. La pauta es el tiempo y el recurso. En primer lugar, prospectar implica pensar algo a partir de la realidad. Sí de la actual, pero no la que nos distraiga totalmente -gobernar es precisamente eso, cuidar el presente sin descuidar el presente del futuro, ahí está la complicación o como dicen en mi rancho San Rafael de Ocampo, ahí es donde muchas veces “la puerca torció el rabo”- para poder pensar en lo que no veremos en nuestro periodo y que se va a requerir. Mi papá me decía que cuando llegó a Aguascalientes, el Segundo Anillo Poniente era terrenos y pocas casas. Nunca pensó que el crecimiento iría robándole el espacio a las piedras. Pero alguien pensó en que algún día ese terreno serviría para hacer las colonias y los fraccionamientos donde muchos crecimos. Alguien que no sé quién es, pero les prometo investigar, pensó en un futuro que quizás no vería, pero que si no se planificaba, de todos modos llegaría de manera desordenada. La planeación, es la brújula que nos permite avanzar en la penumbra de la obscuridad llamada tiempo, pero que nos sigue marcando en fluorescente para dónde es el norte.
Si el tiempo fuera la única restricción, los gobernantes se dedicarían a hacer lo que mejor les luzca en el periodo que les otorgue la ley para gobernar. Si fuera así, y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, cada sexenio o trienio sería una especie de sello único del gobierno en turno, con lo que se estaría haciendo un pedacero de ideas y proyectos de acuerdo a los intereses, vocaciones y convicciones de cada líder que nos gobierna. Ya ve, lo de la coincidencia era en serio. Pero en Aguascalientes, a pesar de la alternancia de personajes y de partidos, ha habido una especie de continuidad en ciertos temas que a pesar de las ideologías ha permitido ir creando una simbiosis en los proyectos que mejor le convienen al estado. Infraestructura, salud, educación, vivienda, desarrollo económico, son sólo algunos de los temas que han tenido algún tipo de ilación metodológica que ha proporcionado cuando menos un sentido de terminación de ideas. Los anillos periféricos son un ejemplo, la planeación del desarrollo urbano -al menos hasta hace algunos años- era un ejemplo. Pero con el tiempo esta situación se vino a menos. Quizás los egos o las necesidades de renovación gubernamental provocaron que se haya perdido esta visión conjunta que era necesario retomar, y que se está forjando en un plan integral para Aguascalientes.
El Plan Estratégico Aguascalientes 2045, es una propuesta de este gobierno, el gobierno de Martín Orozco, cuya prospección, implica la conjunción de muchos esfuerzos, y que sin duda es un tema que no se ve (a la luz de cualquier interés político), que quizá muy pocos reconocerán en su momento, pero que será un legado muy importante para nuestro estado. Este, consiste en la elaboración más que de un documento muy bien impreso y con fotos nostálgicas y enternecedoras, en un sistema de administración de los procesos de planeación estratégica prospectiva. Es decir, la planeación es dinámica y no puede quedar únicamente remitida a un documento en PDF, sino que tiene que ir más allá de tal modo que sea más que una guía recetaria, un método de funcionamiento para lograr lo que queremos en el año 2045.
El Plan Estratégico Aguascalientes 2045, surge de un diagnóstico que se hiciera hace poco más de un año y que daría un diagnóstico vocacional económico y social para el estado, con la intención de construir un plan de largo plazo que permitiera reducir la incertidumbre, regenerar las vocaciones económicas, educativas y sociales e involucrar a la sociedad en la construcción, ejecución y medición del mismo.
Con lo anterior, los productos más importantes del plan serán los siguientes:
- Un sistema de administración de la planeación gubernamental con participación social estratégica;
- La creación de un instituto de planeación. El Instituto de Planeación del Estado de Aguascalientes, Iplanea;
- Un observatorio ciudadano que permita revisar con indicadores construidos de manera tal, que se vea claramente el avance en cualquiera de los temas torales del mismo. Por ejemplo, educación, si se genera una meta, poder estar revisando qué tanto nos vamos acercando al cumplimiento del indicador;
4. La participación ciudadana a través de la creación de un Consejo de Planeación Participativa y Prospectiva que acompañará al instituto de planeación en su quehacer de prospección y análisis.
Todo lo anterior se está construyendo de la mano con expertos de la sociedad y con el Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del CIDE, asimismo, se han llevado a cabo diez foros municipales para la integración del plan y se han realizado 25 mesas estratégicas con diferentes temas divididos en dos grandes vertientes: las mesas tractoras (del desarrollo económico pasando educación superior y hasta llegar a desarrollo agroindustrial entre otras), y las mesas del deber ser: educación, agua, salud, infraestructura para el desarrollo, cultura, movilidad y otras que se refieren a los deberes indispensables que un gobierno debe aportar.
Con ello se busca como ya se dijo, pensar el futuro, desde el futuro y empezar a construir el escenario más deseable para las siguientes generaciones.
La prospección es una necesidad vital para el buen funcionamiento de una sociedad. Traspasa las acciones de gobierno y aunque pueda surgir de este, es la ciudadanía la que debe darle el seguimiento correspondiente. Para ello, siempre hay que dejar los planes en las dos nubes -ahora que la tecnología nos habla en ese lenguaje- la nube digital, para que nadie diga “cuando yo llegué a gobernar no había nada” y la nube social, en la que se enriquecerá y se dimensionará el plan, y que corresponde a las organizaciones sociales, colegios de profesionistas, universidades, organismos empresariales, entre otras muchas, y con ello que sea la sociedad que en una primera instancia coprodujo esta planeación de largo plazo y que en un segundo momento, estará revisando que en efecto se cumpla lo que se dijo que se iba a hacer y además que siga coproduciendo los cambios que se consideren necesarios.
Alianza para el Desarrollo del Occidente, Bajío, Centro
ABACO
Alianza Bajío-Centro-Occidente