La Organización Mundial de la Salud establece que debe haber un médico por cada 333 habitantes. En el estado de Aguascalientes con el reciente censo de un millón cuatrocientos quince mil pobladores, deberíamos tener 4,250 médicos. No los tenemos. En el mejor de los casos nuestra entidad cuenta con unos 2,500. No existen estadísticas oficiales sobre la distribución de estos profesionales de la salud. No sabemos con certeza cuántos de los galenos trabajan para las instituciones oficiales y cuantos viven de la medicina privada. Lo cierto es que en estos momentos las instituciones oficiales como el ISEA, el IMSS y el Issste son insuficientes para dar una debida atención a los enfermos y por ello los médicos que ejercen en sus hospitales y consultorios particulares son indispensables. Sin la medicina privada, la salud de nuestros coterráneos sería un desastre. Sólo que este servicio tiene un costo que puede ser muy elevado o muy barato y no hay manera de establecer un parámetro. Existen en nuestro estado varios hospitales particulares de gran calidad, casi todos ellos en la ciudad capital, donde se cuenta con toda la innovación tecnológica que requiera la medicina actual y prestan un servicio de medicina general y especialidades de muy alto nivel. El problema es que también tiene un elevado costo. Y existe la medicina privada barata. Las Farmacias de Descuento y hasta Supermercados de cadena tienen adjunto a la venta de medicamentos un consultorio médico a bajo costo o en muchas ocasiones gratuito. Para poder funcionar no se le llaman consultorios sino “Asesoría Médica” ¿Cómo se sostienen, si no cobran la consulta? Obviamente se le pide al profesionista que todo paciente que entre, salga con una receta que al surtirse en la misma farmacia, genere un pago al médico, el cual no es registrado como sueldo, ni honorarios sino como “donativo”. El resultado final es una medicina de mala calidad, con un costo que de cualquier manera es oneroso, si se toma en cuenta que la receta puede llevar una buena cantidad de medicamentos innecesarios como vitaminas, aditivos nutricionales, complementos alimentarios y con mucha frecuencia duplicación de fármacos, o sea dos analgésicos o dos antibióticos para el mismo diagnóstico. Esto plantea un grave problema de fondo porque la 4T en Salud en palabras del Señor Presidente ha ofrecido que pronto tendremos medicina pública de buena calidad y gratuita, incluyendo los medicamentos. No debemos olvidar que lo más costoso de un tratamiento médico no son las medicinas, sino los servicios. Los estudios de laboratorio, rayos x, imagen magnética, ultrasonido y sobre todo el material quirúrgico es una mercancía a muy altos precios y que además sube constantemente porque la tecnología en salud evoluciona cada día. Es bueno recordar que en Aguascalientes, la innovación tecnológica en Medicina siempre ha sido iniciada por el sector privado. El primer electrocardiograma, el primer electroencefalograma, tomógrafo y equipo de resonancia magnética estuvieron en gabinetes particulares. Gracias a la Salud Pública se puede hacer medicina de elevada calidad como la cirugía de trasplantes, la radioterapia y las campañas de prevención. Pero es precisamente su elevado costo lo que tiene a las instituciones en situación precaria. Es alentador escuchar las propuestas del Presidente López Obrador en cuanto al abaratamiento o gratuidad de la medicina pública. Hace falta que se aclare cuál será el enfoque que se tendrá sobre la Medicina Privada que, como dijimos anteriormente, en estos momentos es indispensable y tal parece que lo será por mucho tiempo o por siempre.