Estimado lector, espero que tenga un excelente jueves y que los sobresaltos que está dando este país le permitan disfrutar de una vida tranquila, de primer mundo, como si viviéramos en Noruega o en cualquier país de esos que tienen un servicio de salud que dentro de unos meses sin duda alcanzaremos. Afortunadamente, vamos por buen camino, no nos metemos en problemas ni dejamos que países como Estados Unidos nos metan calambres de a gratis, así es, estimado lector, se ha encontrado la ruta para la prosperidad, la salud, el crecimiento económico, la vida perfecta, pronto quedará erradicado el desempleo, el crimen organizado, los delincuentes de cuello blanco, escalaremos en los peldaños del aprovechamiento escolar en el ámbito mundial, en el deporte también seremos potencia y ni se diga en el área de la ciencia y la tecnología, becas para el extranjero, ya no tendremos el problema de los migrantes mexicanos, pues nadie, nadie de los nadie se querrá ir a trabajar con los gringos pues las chambas acá estarán mejor pagadas que por aquellos lados de la frontera, estamos listos, por fin se llegó la hora y sabe cuál fue la fórmula que se está aplicando para lograr todo esto, acertó, la frase mas dicha y más vendida por el actual gobierno, “no más corrupción”.
Y cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí, no irá al G20.
Gracias, Tito Monterroso, por recordármelo, me perdí en el sueño etéreo y ya andaba perdiendo piso hasta que alguien me dijo, los dinosaurios en México, cambian de piel, fue ahí cuando el alma me regresó al cuerpo y me di cuenta que era lunes 3 de julio de 2019, veinticuatro horas después del día “D”, la mañana de resaca para los triunfadores y la frustración para los perdedores, sí, señor, de vuelta a la realidad con la novedad que la mayoría de los habitantes de nuestra aldea prefirió quedarse lejos de las urnas y no creo que haya sido por temor a actos vandálicos durante la jornada electoral; los motivos, supongo multifactoriales. Y cuando le digo que la mayoría de los habitantes de la aldea, no sólo me refiero a nosotros los que vivimos por estas latitudes, no, señor, digamos que este fenómeno se presentó a nivel aldea nacional, los números del promedio indican que solamente el 33% del padrón se presentó a cumplir con cabalidad, dignidad y libertad su derecho al voto. Ya sabe cuál fue el encabezado de algunos diarios impresos y digitales, “ganó el abstencionismo”. Por estos rumbos el porcentaje de participación fue del 38.9% poco arriba de la media nacional pero nada que enorgullezca, 38.9225% para ser exactos, a mí, desde mi muy humilde y neófita perspectiva, me parece que debería existir una regla del juego donde se estipulara que, en caso de no alcanzar el 50% +1 de participación ciudadana las elecciones debería declararse inválidas; entiendo perfectamente lo que esto implicaría, logística, recursos humanos y financieros, pero es que con estos resultados, la decisión de la sociedad no está representada, y no necesariamente se puede culpar al ciudadano por no ejercer su derecho, pueden ser muchos factores los que hacen tomar la decisión de abstenerse, uno de ellos son los candidatos, estamos claros que la tendencia actual es votar por la persona más que por el partido, entonces esos entes políticos deberían construir toda una estructura en torno a la persona, tomar verdaderamente en cuenta las necesidades, avalar su experiencia y trabajo con hechos reales que le permitan al candidato tener ese respaldo “social” para poder trabajar para la entidad en disputa. Sigue siendo un negocio, vayamos por el registro dijeron los pequeños, conservemos lo que tenemos pensaron los grandes, no dejemos que el partido de “ya sabes quién” se apodere de la entidad, no hubo nuevos discursos, ni mucho menos propuestas que verdaderamente enamoraran a los mexicanos en edad para votar.
En lo nacional, los reflectores los atrajo Baja California y Puebla, el primero porque después de 30 años de hegemonía blanquiazul esa entidad decide irse con el partido en el poder, le digo que por eso a veces pienso que en México los dinosaurios tienen la capacidad de cambiar de piel; la participación fue más baja que acá, 29.63%, se imagina, no es nada y conste que no quiero hacer menos a los mexicanos que acudieron a las urnas en Baja California, lo interesante será saber por qué el 70.37% decidió hacer otras cosas y no ejercer su derecho al voto, y mire que las respuestas serán muchas y estoy seguro que los expertos las tienen bien ubicadas, por eso la reflexión es, sí ya sabemos la causa, qué están o estamos haciendo para revertir el número.
Mismo caso en Puebla, alto abstencionismo, 33.4%, muchos factores en esa entidad, me llama la atención que en el proceso anterior el que ganó Martha Erika Alonso la participación ciudadana fue del 66%, ¿qué quiere decir eso?, los números legitimaban la elección de manera informal o cómo, Barbosa gana con el 33.4% de participación ciudadana contra el 66% de la vez anterior.
En Quintana Roo para renovar Congreso Local tan sólo el 22% de participación, supongo que ni siquiera el gasto del Instituto Estatal Electoral de la entidad para la organización del proceso electoral, ni el gasto de los partidos para “vender” a sus candidatos.
Y mire que con estos números lo de menos es identificar a los ganadores o perdedores con relación a los partidos políticos, si el PAN perdió y Morena ganó es una simple percepción mediática que pudiera convertirse en tendenciosa de acuerdo a la manipulación que se le aplique, en todo caso Aguascalientes con todo y su 38.9% de participación pudiera venderse como una entidad plural y democrática donde no sólo el PAN tiene candidatos electos, también el PRI, el mismo PRD, el PT, el Verde ecologista y Morena. Sí quisiéramos pudiéramos presumir que vivimos en una entidad plural donde a pesar de la baja participación ciudadana, está garantizada la democracia, seis institutos políticos tendrá representantes sentados en las oficinas de las presidencias municipales.
No está demás citar a Lorenzo Córdova con relación a la participación ciudadana del pasado proceso electora: “Lástima de los que no fueron a votar, no es que hayan impedido el proceso de designación de quienes los gobernarán, sino simple y sencillamente dejaron eso en manos de los otros. Es algo que hay que reflexionar”.
Pero está mejor leer a Clemente Ramos Mendoza, consejero presidente del IEEBC: “La participación ciudadana es más baja que en 2013 (38%), lo que nos habla de que no tuvimos la capacidad para motivar a la gente; también como dijimos, es responsabilidad de todos los actores políticos y los medios sociales que no pudimos motivar a la sociedad para votar”. Más sensato, menos arrogante.
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