- Aún no se comprende muy bien qué y cómo los genes determinan que la grasa se deposite en distintas partes del cuerpo, Ruth Loos
- Gracias a la tecnología que ha permitido hacer secuencias del genoma completo se han buscado genes “candidatos”, es decir, aquellos que jueguen un papel fundamental en la obesidad
Entre 40 y 70 por ciento de las diferencias entre las personas son de índole genética; el resto se debe a contrastes ambientales. Así, cuando hablamos de obesidad, los genes juegan un rol muy importante al momento de perder o ganar peso. No es sólo dieta y actividad física, informó la genetista Ruth Loos, experta en este campo y codirector del Instituto Charles Bronfman de Medicina Personalizada, en Estados Unidos.
En su conferencia La genética de la obesidad: de los genes a la biología y la clínica, llevada a cabo en la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), la doctora explicó que en la última década, gracias a la tecnología que ha permitido hacer secuencias del genoma completo se han buscado genes “candidatos”, es decir, aquellos que jueguen un papel fundamental en la obesidad: “Empezamos los estudios con una hipótesis muy clara y basada en la comprensión actual de la biología y fisiopatología del tratamiento y la enfermedad. La genética de epidemiologías trata de replicar esta biología en la población usando estudios de genes candidatos”.
En las pruebas de detección de obesidad en todo el genoma se han identificado cientos de variaciones genéticas que indican que el cerebro es órgano clave en el control de la regulación del peso corporal, lo cual es consistente con las observaciones de casos monogénicos (de un solo gen) de obesidad extrema y de aparición temprana.
A través de los estudios de genoma completo, la científica y su grupo de investigación han encontrado poco más de mil quinientos loci (una posición en un cromosoma) que podrían estar asociados al riesgo de obesidad, sin embargo, aunque los genes influyen el cerebro sobre el comportamiento alimenticio, aún no se comprende muy bien qué determina que la grasa se deposite en distintas partes del cuerpo y cuál es el papel de los genes en este caso preciso.
El desafío para el laboratorio, dijo, es la traducción de estos loci en genes “tangibles” que se pueden estudiar en entornos más experimentales para llegar al fondo de su biología.
Con información del FCCyT