Nos remontamos al México de 1983, cuando Miguel de la Madrid Hurtado era el presidente de la nación y Miguel Mateos era estrella del rocanrol, como siempre y para no variar nos encontrábamos dando tumbos para salir adelante de las crisis económicas, políticas y sociales que nos persiguen desde el principio de los tiempos, tal vez diez mil años atrás cuando México se fundó, según datos de don Andrés; ya sabe, sus cifras son las buenas y yo ya las estoy tomando en serio, de lo contrario me quedo fuera de la jugada. Regresando al tema y para contextualizar mi de vuelta al pasado, la situación estaba color de hormiga y entonces don Miguel, así como ahora don Andrés pensó en un plan que nos pudiera hacer reflexionar sobre la importancia de no ser corruptos, es así como pone en marcha la “Renovación moral de la sociedad”, pero no alcanzamos a librarla, días muy difíciles para todos nosotros, dos años antes de los sismos que terminaron con buena parte de la estructura urbana de la ciudad de los palacios, don Miguel intentó un Plan Global de Desarrollo, una apertura económica más planeada, privatizó empresas estatales, los pactos de crecimiento económicos, es decir el incremento a los subsidios, por ejemplo, al precio del transporte colectivo, en especial al Metro, a la tortilla, frijol, arroz, entre otros, y en el 86 junto con el Mundial de Futbol también entramos al GATT. Y mientras eso pasaba de manera general, nacía algo que yo denomino red pública de medios de información y difusión, tal vez con el fin de reforzar los ya existentes, el 25 de marzo 1983 nace el Instituto Mexicano de Televisión Imevisión, el Instituto Mexicano de Cinematografía Imcine y por supuesto el Instituto Mexicano de la Radio IMER. Como ya sabemos, el primero en desaparecer fue Imevisión. Diez años después de su creación el Gobierno Federal anuncia que la subasta de los canales 13 y 7 son asignadas al empresario Ricardo Salinas Pliego. Por su parte, el Instituto Mexicano de Cinematografía Imcine ahora perteneciente a la Secretaría de Cultura de México sigue en operaciones, apoyando a la producción nacional de películas en su modalidad largometraje y cortometraje. El Instituto Mexicano de la Radio IMER antes perteneciente a la Secretaría de Gobernación ahora a la Secretaría de Educación Pública SEP sigue al aire, continúa, sin embargo, en este inicio de sexenio se ha visto amenazado en sus finanzas.
Cuando Aleida Calleja Gutiérrez asumió la dirección de este instituto se encontró con un IMER que necesita ser reestructurado a fondo, si bien antes el puesto de director general era un trampolín político para funcionarios menores que buscaban un peldaño más alto dentro de la Secretaría de Gobernación, o al revés, el salvavidas de los políticos mal aventurados que buscaban su último hueso aunque fuera en el IMER, la radiodifusión, el quehacer radiofónico, quedó en manos de los gerentes y productores de las estaciones que conforman el instituto que mire, estoy seguro que fue lo mejor que pudo pasar, pues son gente de radio que le saben bien, sin embargo, aun y con toda la buena intensión y disposición, sin recursos económicos cualquier medio de cualquier país no puede funcionar.
Aleida Calleja abordó el tema claramente en una entrevista que le hizo Nicolás Lucas el 31 de marzo de este año para El Economista, donde la directora respondió sobre los recortes de personal en el IMER: “El recorte de diciembre ya nos obligó a cancelar algunos servicios profesionales y el tema aquí está en que la mayor parte del personal es freelance y si nos recortan más prácticamente nos quedamos sin nada para hacer. Con las adecuaciones que ya hicimos, tenemos la solvencia para terminar el año. Eso significa, en términos llanos, que después del 31 de marzo no habrá más recortes. Sí hay servicios profesionales ya previstos que van a terminar este 31 de marzo; que ya no tendremos su permanencia acá, pero para el resto que se queda el mensaje es que sí los vamos a poder sostener con los recursos que nos quedan”.
Sin embargo, el pasado martes, el IMER anunció que derivado de la tremenda crisis financiera por la que atraviesa se verán obligados a despedir al 35% de su plantilla actual lo que equivale aproximadamente a 200 personas, además de que se espera el cierre de algunas emisoras; de entrada “Reactor 107.5 solamente transmitirá música continua a partir del 1 de julio”. Sumado a esto, el conocido periodista Ricardo Raphael en plena transmisión de su programa Réplicas, que se transmitía por Jazz Digital dio a conocer su renuncia a IMER como protesta ante la crisis por la que atraviesa dicho instituto, se especula que puedan cerrar de manera definitiva cuatro emisoras.
Dentro de la vorágine de acontecimientos que sacuden diariamente a este país, no es caso menor lo que pasa en el IMER; si por el personal directo que está siendo afectado, si por la oferta de contenido que convidan las estaciones de radio del Instituto, si por la salud financiera de los medios de información públicos; qué mensaje es el que está mandando la 4T, no deberían recortar presupuesto para medios públicos, no creo que con las mañaneras le alcance a don Andrés para cubrir lo que la estructura mediática gubernamental le ofrece en penetración. Los medios públicos deben ser el equilibrio con los monopolios privados, el esquema está cambiando, no podemos seguir pensando en un Instituto Mexicano de la Radio como en aquel 1983, el desarrollo tecnológico nos abre puertas nunca antes contempladas.
Qué tendrían que hacer todos los medios tradicionales para subsistir, los públicos y privados, no sólo es voltear hacia la red de redes; cuando llegó la televisión a las casas de los mexicanos muchos pensaron que la radio iba a desaparecer, ahora muchos creen que con las redes y plataformas digitales de entretenimiento los medios tradicionales están condenados a su extinción, yo no lo creo, IMER debe evolucionar, con un presupuesto mínimo para operar y creatividad como estandarte la consigna esta en el aire.
Lo que sí es un hecho es el que nadie de los cercanos a don Andrés se dé cuenta que mientras más medios de difusión tengan a su alcance es más fácil de convencer y vender sus locas ideas progresistas.
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