- Cronista del municipio de Aguascalientes
“Y sigue la tala dando”… Tocó turno ahora a una serie de, por lo menos, siete cipreses plantados en el camellón de la Avenida Colosio, entre Independencia y la salida a Zacatecas.
Los árboles fueron talados -dejémonos de eufemismos- como parte de las obras de construcción de un nuevo centro comercial, en el terreno del norte de ésta, que es la avenida más chic de Aguascalientes, en la cuadra citada.
Nomás de ver el lugar de los hechos se me ocurre que los árboles fueron talados -perdón por la reiteración-, para instalar un semáforo y un retorno para que los conductores que circulan de poniente a oriente puedan ingresar al centro comercial más fácilmente, más cómodamente, sin tener que dar vuelta unos cuantos metros adelante. ¿Para qué provocar semejante molestia?
De ser así, será el segundo retorno -el segundo semáforo- que se instale en esa avenida desde su diseño y construcción, hacia principios y mediados de los años noventa, que aparte del supuesto servicio que prestan, hacen más lenta la circulación por la avenida.
Supe que los árboles fueron talados como se realiza la lidia de toros, con permiso de la autoridad. ¿Y qué diferencia hace a haberlos erradicado por la libre? ¿Cuántos años tarda un árbol de esos en alcanzar semejante altura? ¿15, 20? ¿Qué mensaje se envía a la sociedad; a los niños a los que supuestamente se enseña a querer a los árboles, a cuidarlos?
Esos gigantes vegetales habían sobrevivido a las sequías, al abandono, a los posibles borrachazos, pero no pudieron contra la ciega voracidad del capital.
Por cierto que los cipreses retirados fueron colocados en un costado de la obra en cuestión, para que no se sequen y encuentren ahí una nueva vida; ya veremos. Por lo pronto, un nuevo centro comercial… Menos tierra, menos árboles, más asfalto y/o concreto, más calor. El progreso al 100.
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