- Las personas en edad adulta son llamados “generación sándwich”, porque atienden tanto a sus hijos como a sus padres, lo que les impone una fuerte presión económica y social
- Este 15 de junio se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez
En la actualidad las familias mexicanas asumen la responsabilidad de cuidar y proteger a las personas mayores, cuando debe ser competencia del Estado; sus responsabilidades las han depositado en la familia, porque piensa que en su seno se pueden resolver los problemas, afirmó Verónica Montes de Oca Zavala, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (Suiev) de la UNAM.
En el Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora este 15 de junio, indicó que las personas en edad adulta son conocidas como “generación sándwich”, porque atienden tanto a su descendencia como a sus padres ancianos, lo que les impone una fuerte presión económica y social.
“Uno de los orígenes del maltrato es la omisión gubernamental, y la situación es más compleja por la pobreza y desempleo que se vive en el país, la poca seguridad social y, lo más importante, el desconocimiento de la atención que requieren las personas envejecidas”, dijo.
Se asume que los hijos tienen la obligación moral y legal de brindar cuidado y manutención a sus padres cuando no puedan valerse por sí mismos, pero esta disposición del Código Civil implica tensión y desgaste si no se tiene la capacidad para cumplirla, remarcó.
Maltrato y abuso
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las personas mayores constituyen un grupo en situación de vulnerabilidad, en diversas sociedades. El maltrato sicológico es el más importante, seguido del abuso económico y patrimonial, la desatención, el maltrato físico y el abuso sexual.
En tanto, datos de la Agencia Especializada para la Atención de Personas Adultas Mayores en la Ciudad de México apuntan que a la fecha se han atendido más de 65 mil casos de abuso y maltrato, y en la mayoría las personas envejecidas son víctimas de sus propios descendientes.
Montes de Oca alertó que esta situación se complica cuando la víctima es mujer o tiene una discapacidad. Además, las personas mayores no denuncian el maltrato por afecto o por no querer perjudicar a sus hijos.
Las personas mayores también son maltratadas por las instituciones: “la ausencia de servicios médicos, de primer nivel y especializados, es una forma de violencia”.
La universitaria recomendó realizar una campaña para crear conciencia entre la población para comprender qué significa envejecer, pues “no tener conciencia propicia ejercer maltrato hacia los demás”.
Hizo un llamado a las autoridades para generen políticas públicas encaminadas a mejorar las condiciones de este grupo social.
“Los Estados que no tienen políticas dirigidas a las personas mayores cometen omisión, negligencia y, por lo tanto, discriminación”. Aludió la necesidad de que el gobierno actual ratifique la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Con información de la UNAM