- La ACNUR ha instalado una de sus oficinas en Aguascalientes al ser un sitio de interés para los refugiados
- México también se está convirtiendo en un país de asilo para personas refugiadas
- Niños en condiciones de refugio deben acceder a la educación y adultos al trabajo
María Isabel Remolina, asociada de la Atención a la Niñez del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) afirmó que Aguascalientes, por las condiciones idóneas y la buena recepción, se ha convertido en un punto de interés para las personas que buscan refugio en México, país que en los últimos años se está convirtiendo en un país de asilo.
Aguascalientes se ha convertido en una de las sedes que tiene el ACNUR en el país con una oficina que busca promover la integración local de personas refugiadas pues el estado, indicó Remolina, si bien no tiene un número muy grande de personas refugiadas, ha dado una buena recepción y cuenta con condiciones idóneas para la integración de las mismas, “No es que haya un número muy grande, no tengo el dato porque yo no soy la representante de la oficina de acá, yo estoy a cargo de temas de niñez, pero sí hemos visto que es un lugar que les ha dado buena recepción y hay condiciones idóneas para la integración local”.
Al estado, explicó la colaboradora de la ACNUR, no sólo llegan adultos en condición de refugiados, sino que también lo hacen menores de edad acompañados por familiares y no acompañados por nadie más que por desconocidos.
Remolina desconoció cuantos sean los menores que llegan normalmente a Aguascalientes en condición de refugiados o en búsqueda de ser categorizados de esta manera pues esas son cifra que maneja la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobierno de la Administración Federal, sin embargo se ha detectado que han llegado a Aguascalientes familias de Salvador y Venezuela y en general de ciudadanos de la región centroamericana.
Los menores no acompañados llegan a México al igual que lo hacen muchas personas, es decir en grupos, con conocidos o compañeros como detalló la colaboradora de ACNUR, “Nosotros no seguimos la ruta migratoria, simplemente acompañamos a los que están llegando a México para que tengan derecho al acceso de asilo cuando hay un riesgo para volver a su país”.
El trabajo de la ACNUR, explicó la experta, es acompañar al Gobierno para dar una respuesta adecuada a las necesidades específicas de esta población y en el caso de niños, buscar que se atienda la integralidad de sus derechos a la educación, a la participación, entre otros temas.
Se cuenta con distintos programas en varias ciudades del país, con oficinas en distintos puntos fronterizos, particularmente Tenosique, Tijuana y Tapachula; Acayucan en Veracruz; en la Ciudad de México y más recientemente en Monterrey, Saltillo y Aguascalientes.
Las personas refugiadas necesitan acceso al trabajo, a la educación, a cuentas bancarias y documentación, puntualizó Remolina; exactamente los mismos derechos que tiene cualquier persona al ser un residente permanente, “Nos encargamos un poco de asegurarnos de que el sistema que ya existe, en el caso de líneas de protección a la infancia, incluyan a niños, niñas y adolescentes refugiados”.
Las solicitudes de asilo en México, detalló la experta, se han incrementado de manera exponencial y claramente el país se está volviendo un país de asilo, habiendo cerca de 30 mil solicitudes de asilo en la Comisión de Refugiados, “A lo mejor suena mucho pero hay países que reciben millones, entonces para México es una cifra bastante pequeña, que si pudiera recibir”.