Los mecanismos de desplazamiento en las ciudades forman parte de sus historias y son componentes indispensables de sus comunidades, en muchas películas el verdadero protagonista es la red de movilidad, el churro de 1994 Speed (Máxima Velocidad, en México) tiene como eje vital a las enormes autopistas, pasos a desnivel y distribuidores viales de Los Angeles, Ca., El Héroe, el cortometraje animado de Carlos Carrera de 1994, al Sistema de Transporte Colectivo Metro; la trágica Ladri di Biciclette (1948) a la bicicleta como medio de trabajo. En todos los casos nos enfrentamos a los retos de la forma en que los vecinos se mueven por las calles de su urbe. Y Aguascalientes no es la excepción.
Cuando leí la Ley de Movilidad me pareció una buena norma, esta idea de consolidar en una sola estructura el transporte público que nos permitiera utilizar cualquier autobús y pagar con una tarjeta asociada a un bien servicio, suena por demás encantadora. A un año de que fue dictada, apenas comenzamos a ver resultados en nuevas unidades que circulan, estratégicamente, en las principales rutas de la metrópoli, autobuses que además de ser modernos funcionan con base en gas natural, por lo que son ecológicos. Me queda claro que la implementación será difícil y que habrá opositores, principalmente derivados de intereses privados que no quieren que las cosas cambien en perjuicio de sus ganancias. Frente a todo esto, la ciudadanía tenemos que apoyar definitivamente los esfuerzos gubernamentales en pro de la mejora, un reclamo de hace varias décadas y que, sexenio tras sexenio, ha llevado a enfrentarse a los empresarios del ramo con los distintos gobiernos.
Pero la movilidad va más allá, tiene que tomar en cuenta todos los aspectos, es decir, buscar soluciones integrales, que lo mismo incluya la modernización de las vías de comunicación tanto para vehículos automotores, peatones y bicicletas, entre otros. Por eso, soy partidario de que a la par de la nueva idea de transportes públicos, se actualicen y mejoren otros aspectos que me permito señalar, no desde una visión especializada, sino desde la perspectiva de quien todos los días deambula por las calles hidrocálidas.
Primero, es necesario que se permita un mayor y mejor uso de taxi, liberar más concesiones y fundamentalmente que el gobierno no interfiera con las plataformas digitales de enlace privado (léase Uber, Didi, etcétera) pues la experiencia nos demuestra que mientras no hubo intromisión, el servicio era de muy buena calidad y justo cuando se comenzó a regular, los cambios provocaron deficiencias. El caso más claro es el Uber en Aguascalientes, que ha disminuido la cantidad de vehículos disponibles y por ende a aumentado el precio, alejándonos de él a aquellos que en un tiempo limitamos el uso del automóvil personal por un servicio más rápido y de precio razonable. Hoy en día el tiempo de espera y los costos, nos han apartado a muchos de esta modalidad de desplazamiento.
Las ciclovías con estructuras formales de protección (no las pantomimas de pintar carriles exclusivos que nadie respeta) tienen que continuarse, las que existen hoy en día son pocas y están más asociadas al esparcimiento que a una opción real de movilidad a puntos de trabajo, el ejemplo más claro es Ciudad Industrial, basta pasar por la zona, para ver en las empresas los cientos de bicicletas que están ubicadas en los estacionamientos. A pesar de ello, no hay una sola ciclovía sobre las avenidas principales (Héroe de Nacozari, Tercer Anillo o salida a México) que permita llegar a los trabajadores de forma segura. Alguna vez, cuando trabajaba justo en esta zona, traté de llegar dos o tres veces en bicicleta experimentando en carne propia lo difícil que es la travesía (escribí sobre esto en una columna titulada El derecho de los ciclistas (https://bit.ly/2VRk6SP). Idem, para otros parques industriales en la zona metropolitana.
Atento a lo anterior, viene otro punto importante: el tamaño de la mancha urbana, exige vialidades modernas, luego, no se puede pensar en el futuro de la movilidad sin pasos a desnivel y distribuidores viales, no como solución absoluta, sino como parte de un proyecto integral, es decir, e insisto, vinculados a los aspectos que ya se han mencionado: transporte público moderno, ciclovías, más y mejores taxis y acceso libre a plataformas digitales de enlace privado.