El ideal y perfil de ciudad, en la que hoy vivimos, nos movemos y somos ha tenido un largo proceso de formación, en el tiempo y en el espacio. Modernamente, esas aspiraciones e ideas base se han venido aglutinando en los llamados “planes y programas de desarrollo urbano”, a cargo principalmente de los gobiernos sexenales o municipales. El antecedente más cercano de este tipo de planeación, para Aguascalientes, quedó plasmado en el Programa elaborado para el periodo 2000-2020.
Lo que implicó una visión a dos décadas de distancia, a sabiendas que el crecimiento y expansión de una ciudad supera con mucho una visión cortoplacista de tres años -administración municipal- o seis años -administración estatal; requiere una visión de largo aliento. Al inicio de las presentes administraciones estatales y municipales, este precedente estaba ya a punto de agotarse. Y, por ello, hubo necesidad de reeditar sus hipótesis y tesis de desarrollo hacia una década por delante, a lo menos. De ahí surgió el actual Programa 2030 que deja en claro cuáles son las responsabilidades de la administración municipal y señala las participaciones necesarias de los otros ámbitos gubernamentales, del estado y la federación, para saber cuándo resulta indispensable intervenir conjuntamente. Este concurso de los tres niveles de gobierno se hace patente frente a problemas como: La inseguridad pública, la educación, el fomento de empleos de calidad y bien remunerados, por ejemplo. (Fuente: Programa de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Aguascalientes 2030, Instituto municipal de Planeación, 2017. IMPLAN. www.implan-ags.gob.mx).
Por consiguiente, para elaborar el Programa de Desarrollo Urbano 2030, se procedió así: – Una vez hechas las consultas a los ciudadanos y a los expertos y conjuntadas con los resultados de los estudios técnicos del IMPLAN y de la UAA, se procedió a formular el Programa, bajo las directrices que postulan una ciudad que se ajuste a los criterios de: • Sustentabilidad y ordenamiento del territorio. • Cohesión, seguridad y participación ciudadana. • Competitividad y oportunidades de empleo y desarrollo. • Inclusión, compacidad y diversidad. Lineamientos bajo los cuales queda claro que la ciudad futura de Aguascalientes debe ser una ciudad que crezca en forma sustentable y bien ordenada territorialmente; que favorezca la cohesión social, la seguridad pública y la capacidad participativa de sus ciudadanos; que sea competitiva y creadora de
empleos dignos; que sea incluyente, compacta y diversa.
En términos de compromiso institucional, se quiere una ciudad que considere a los seres humanos como sus
protagonistas más importantes; una ciudad en donde lo verdaderamente significativo sea la gratitud de la convivencia humana. Si este postulado se hace verdad, entonces el “desarrollo urbano” no dice referencia inmediata a desarrollos inmobiliarios, vialidades, movilidad, infraestructura, equipamiento, expansión, etc., sino -en primer lugar- a posibilitar un espacio de encuentro y convivencialidad del tamaño y proporciones humanas. En donde la jerarquización de los elementos físicos parten de la dimensión humana y, por tanto, de la interacción social.
Un segundo aspecto rector depende de la formulación de diagnóstico sobre el crecimiento de la ciudad, con el propósito de determinar si el crecimiento observado hasta 2006, así como sus tendencias, se ajusta a las directrices establecidas para el futuro deseable de la ciudad, todo ello de acuerdo a los procedimientos de participación ciudadana.
El tercer elemento consiste en elaborar un conjunto de lineamientos sobre la noción de la ciudad que queremos, de acuerdo a las concordancias o discrepancias entre el crecimiento previsible y las directrices establecidas para el escenario 2030: se trata, así, de revertir las tendencias no deseables y reorientar el crecimiento de la ciudad, ajustándolo a las nuevas directrices adoptadas para este Programa. Lo que nos indica la exigencia de ser coherentes con el tamaño y modo de desarrollo que habrá de tener la ciudad, en los próximos diez años.
Dicha línea rectora enmarca una imagen-blanco claramente caracterizada: La densificación y compactación de la ciudad al interior de Avenida Aguascalientes (segundo anillo de circunvalación), mediante el aprovechamiento de los lotes baldíos. • La consolidación y acotamiento de la urbanización incipiente en el Poniente y Sur de la ciudad. • El impulso y detonación de polos alternos de desarrollo, consistentes en cuatro localidades alternas: Cañada Honda y Peñuelas en una primera etapa y Calvillito y Salto de los Salado en una segunda. • Se prevé un conjunto de acciones complementarias que fortalecen los alcances de las líneas de acción principales. Se procede así para infundirles un mayor alcance y la eficacia indispensable que permita disponer de elementos precisos que contribuyan a delinear la ciudad que queremos. (Cfr.- Programa de Desarrollo Urbano… Opus cit. Pp. 14ss).
Para darnos una idea de lo que, a nivel mundial, implica el desarrollo urbano, tenemos la visión global siguiente (Cfr.- Programa de Desarrollo Urbano… O. cit., p.17): La población urbana alcanzará los 4.98 billones (miles de millones) en el año 2030. Los habitantes urbanos en condiciones de marginación llegarán, según estimaciones generalmente aceptadas, a 1.4 billones. Para actuar en contra de esta realidad dramática es necesario establecer objetivos que fortalezcan la justicia social, el medio ambiente sustentable, la economía creadora de empleos dignos y una política participativa, abierta y plural, ya que si no se mejoran las condiciones de vida de esos potenciales marginados sería de hecho sumamente difícil mantener la estabilidad social a nivel mundial.
Sabemos que Aguascalientes se encuentra entre las ciudades del país con mayor polarización del ingreso: “Tenemos que Aguascalientes se ubica, luego de Sinaloa, como segundo lugar nacional en polarización del ingreso, calculado a partir de dividir el ingreso del decil de mayores rentas, que gana cerca de 70 mil pesos (el año anterior sólo 55 mil); entre el decil de menores rentas, que alcanzó los 2,726 (antes 2 mil 450). A nivel nacional logró ubicarse en 20 a uno pero en Aguascalientes subió a 25 por uno. El índice de Gini aguascalentense es de los más altos y nadie puede garantizar la gobernabilidad de un estado o nación donde la distribución del ingreso sea tan polarizada”, (Ver: Medición de los ingresos en Aguascalientes, Eugenio Herrera Nuño. Opinión, martes 3 de agosto de 2016, LJA).
Datos duros que son corroborados por el ya famoso módulo de medición, el connotado Módulo de Condiciones Socioeconómicas de México (MCS), que fuera re-modulado por el Inegi. A la pregunta de si el porcentaje de la pobreza de hogares mexicanos se incrementó, se mantuvo igual o bajó, la opinión es que, para Aguascalientes, el Módulo reporta que, del total de ingresos de los hogares, el 67.1% provino de ingresos del trabajo, el 14.8% de transferencias; el 10.9% de la estimación del alquiler de la vivienda, el 7.1% de la renta de la propiedad y el 0.1% restante, de otros ingresos corrientes. Lo que hace suponer que el 15% de ingreso menor en Aguascalientes por la vía de los salarios terminó siendo compensado por las familias con el 15% de las transferencias y con ello ubicarse entre los cuatro primeros lugares entre los estados en materia de ingresos; aunque habría que partir de que los demás estados, en mayor o menor medida también tienen transferencias. (Ver: Medición de los ingresos…, ut supra, LJA. Opinión, martes 3 de agosto de 2016).
De manera que, el reto verdadero, para cualquier aspirante a gobernar el municipio de Aguascalientes consiste en programarse, sin ideologías partidistas, para abatir ese enorme diferencial de ingreso, pues si como está dicho, en el ámbito global aproximadamente un quinto de la población urbana del mundo vive en situación de pobreza; aquí el diferencial de pobreza -en razón del ingreso- se cuenta por el decil de menores rentas, que a nivel nacional alcanzó los 2,726 (antes 2 mil 450) y se fijó en 20 a uno, pero en Aguascalientes subió de 25 a uno. Lo que abre la brecha social entre ricos y pobres. Lo que nos presenta el imperativo de tratamiento diferencial a los polígonos de mayor/menor desarrollo y se corrobora por una de las estrategias del Programa 2030, en materia ingreso: una de cuyas considera opciones de desarrollo apegados al perfil de la población que percibe bajos ingresos y que es la mayoría. Como está dicho, el 36% de la población ocupada percibía un ingreso de hasta 2 salarios mínimos equivalente a 2,856 pesos mensuales, o bien, el 78% de la población ocupada percibe un ingreso de hasta 5 salarios mínimos equivalente a 7,140 pesos mensuales. (Programa de Desarrollo Urbano… Opus cit.… ut supra, p. 137).
Por lo tanto, ese ideal de “ciudad equitativa”/“ciudad competitiva”/ o en el otro fraseo: “1. Ciudad Humana. 2. Ciudad Inteligente e Innovadora. 3. Ciudad Ordenada…” encuentran su reto más desafiante en la reducción de esa desigualdad fundamental que separa a su población ciudadana. Lo que debiera traducirse en el abordaje diferencial –en razón de su desemejanza- de esas 9,998 unidades territoriales actuales, correspondientes a igual número de manzanas dentro de la delimitación virtual constituida como frontera de planificación plasmada dentro del Plan 2030. Lo que viene a tomar un perfil más particular y específico en la mencionada “regionalización” de la ciudad: – 9 Macroregiones: 1.- Centro; 2.- Circunvalación; 3.- Ferrocarril; 4.- Línea Verde; 5.- Oriente; 6.- Insurgentes; 7.- Poniente; 8.- Norte; 9.- Industrial; y una Macro Región Rural (José María Morelos y Pavón/ Cañada Honda; Villa Lic. Jesús Terán/Calvillito; Peñuelas/El Cenegal; El Salto de los Salado; Santa Cruz de la Presa/La Tlacuacha).
Para ser una ciudad incluyente, hay que afrontar estos problemas: • Hogares con jefatura femenina; • Población de 15 años o más con primaria incompleta; • Población ocupada que recibe menos de un salario mínimo; • Población no derecho-habiente de servicios de salud; • Viviendas con paredes de materiales ligeros; • Niños por mujer. (En razón de aplicar la metodología con base en la medición de la marginación, proceso que, por el contrario, indicaría el comportamiento de una ciudad excluyente. El ICCMA, elaborado por la Oficina de Coordinación de Asesores del Municipio (2003)).
Temas reales que debieran ser materia del debate partidista e informar debidamente a la ciudadanía.