A los maestros por vocación,
forjadores de las nuevas generaciones.
Antes de iniciar permítame recordarle la atenta invitación sobre el coloquio organizado por los Amigos de Jesús Terán sobre el tema “¿Qué significa la compra de votos?” que presentará el ciudadano Ing. Ignacio Ruelas Olvera, Consejero Presidente de la Junta Local Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral, el próximo martes 14 a las 6 p.m. en la Casa Terán, al término del recital de canción romántica de Juanita González García, que iniciará a las 5:30 p.m.
Cómo nacen y mueren los imperios
Como los seres humanos y como todo cuanto existe, una vez nacidos los imperios tienen la posibilidad de desarrollarse en una curva ascendente hasta alcanzar su máximo esplendor, después de lo cual la curva iniciará el descenso inexorable hasta llegar al colapso final para ser sustituido por un imperio nuevo, mientras exista el sistema de explotación de unos seres humanos por otros.
El ascenso se debe a la sólida integración familiar y el acuerdo social amalgamado por el concepto de nación, en esforzada competencia con otros pueblos que pretenden la conquista hegemónica en una región determinada, época caracterizada por el acostarse y levantarse temprano. Los imperios antiguos utilizaban de manera preponderante símbolos religiosos que consideraban superiores a los de los pueblos cuyas almas pretendían salvar; por su parte, los imperios modernos, con cada vez menos posesiones territoriales pero cada vez mayor dominio sobre sus mercados -especialmente el del dinero- utilizan símbolos políticos como la libertad, la democracia y la civilización de los habitantes autóctonos, que también consideran inferiores. En ambos casos son solo pretextos para saquear sus riquezas.
El descenso lo provoca el exceso de riqueza que fomenta la molicie, los vicios y la desintegración familiar; es la época caracterizada por acostarse y levantarse tarde.
Propiedad patriarcal. El origen de los primeros imperios en la Revolución Agrícola de hace diez mil años, está sustentado en la invención de esta forma de propiedad que podríamos describir rudimentariamente empezando por la familia como propiedad paterna mediante el matrimonio para la mujer -es decir, entendida la fidelidad como una obligación básica de la esposa para asegurarse de que los hijos son de su marido- de donde se deriva la heredad unitaria garantizada por medio del hijo varón mayor al que todos los demás le deben obediencia, razón por la cual se llama “mayorazgo”; de esa forma la propiedad no se divide a la muerte del padre y el feudo o hacienda continúa creciendo).
Imperios antiguos. Con la propiedad patriarcal aparecieron otros inventos concomitantes: el trueque es sustituido por el comercio que estimula la invención del dinero como valor de cambio; las armas, los ejércitos, la guerra para apoderarse de la mayor cantidad de extensiones; en fin, el coloniaje territorial. Sus habitantes son sometidos a esclavitud primero y a servidumbre después.
Imperios modernos. El primero fue España que al descubrir para Europa un nuevo continente desencadenó la Revolución Científica, pero se quedó en un intento de transición pues no logró traspasar el concepto territorial debido a la gran influencia oscurantista de la Iglesia; su duración fue de tres siglos: XVI, XVII y XVIII.
El segundo fue el Reino Unido de la Gran Bretaña que empezó como territorial, continuó como mercantil y terminó como capitalista, ajustándose la corona imperial durante 130 años (del triunfo contra España y Francia entre 1805 y 1815, al fin de la II gran guerra en 1945).
El imperio estadounidense fue el tercero, cuyo ascenso y decadencia veremos en nuestra próxima entrega.
Por la unidad en la diversidad
Aguascalientes, México, América Latina