- Zeolox, nombre del producto, consta de un material poroso impregnado de un catalizador
- El costo de producción del producto lo hace considerablemente más económico que los importados
Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), crearon un producto que puede utilizarse en los hogares para remoción de arsénico del agua para consumo humano. La ingestión del semimetal puede afectar seriamente a los riñones.
Zeolox, nombre del producto, consta de un material poroso impregnado de un catalizador, en este caso un compuesto de hierro transformado por medio de reacciones químicas y tratamientos térmicos. Entre sus propiedades se encuentra atrapar el arsénico en un soporte poroso, de modo que el líquido penetra el material y el agua sale libre del contaminante.
El trabajo de investigación fue encabezado por el doctor Marco García Guadarrama, quien explica que hay en el mercado productos similares eficientes para remover arsénico, algunos provienen de Alemania, EU y Reino Unido, pero son costosos, entre 80 mil pesos a 600 mil pesos la tonelada. Zeolox tiene un costo de producción de entre cinco mil y 10 mil pesos una tonelada.
Por lo pronto únicamente se puede producir de medio y hasta un kilo diario de Zeolox para pruebas experimentales, y está en trámite de patente por parte de la UdeG, declaró el académico.
El periodo de vida útil del producto es de acuerdo con cálculos del investigador. Aclaró que para determinar con exactitud el tiempo de utilidad son necesarias más pruebas.
El producto está contenido en cartuchos plásticos o filtros de un litro que se colocan por donde pasa el agua para consumo humano y se pueden obtener por cartucho 10 mil litros de agua limpia para beber o cocinar. Después de la vida útil del producto, de dos a cinco años, se saca del filtro se puede volver a rellenar con un costo de 10 pesos.
Zeolox está siendo probado para determinar qué efectividad tiene para limpiar agua con cromo, plomo, cadmio y mercurio, presentes en los sedimentos del lago de Chapala, y que también son dañinos para la salud humana. Los resultados podrían obtenerse en unos seis meses.
García Guadarrama explicó que, a simple vista, el consumidor no puede comprobar que el agua que llega a su casa contiene arsénico, porque es incoloro y no tiene sabor.