La lógica electoral de nuestro estado siempre ha estado centrada en la capital, cosa natural al albergar a más del 70 por ciento de la población. Quien sea presidente municipal de Aguascalientes después del próximo proceso electoral y quiera aspirar a gobernar el estado debe ser consciente de dos cosas que los anteriores no han tomado en cuenta, las comunidades rurales de la propia capital y, la más importante, la zona metropolitana. Quien alcance a tener la visión suficiente se podrá dar cuenta de la importancia que tienen crear un corredor electoral -electorero que asegure el triunfo en una elección de gobernador-.
Luego, entonces, de ahí la importancia política de voltear a ver a la zona conurbada de Aguascalientes (de verdad que existe, la integran Aguascalientes, Jesús María y San Francisco de los Romo) que ha sido olvidada por presidentes municipales y diputados de los tres municipios.
Jesús María Aguascalientes se ha convertido desde, por lo menos el último lustro, la opción de residencia para las familias recién creadas, que desean vivir al norte de Aguascalientes; la separación en algunos puntos de ambas ciudades es imperceptible, como lo es la diferencia entre comunidades rurales de ambos municipios, olvidadas.
Quienes han aspirado a hacer presidentes municipales se han encontrado con un problema en el electorado, la importancia de ser nacido en Jesús María es clave para ellos, lo que ha derivado en que grupos de caciques sean los que gobiernen, con descuido y sin visión de Estado.
Jesús María y su nueva realidad demográfica requieren de un gobierno convencido de que Jesús María deber ser en Aguascalientes, el Zapopan de la zona metropolitana de Guadalajara. Dejar de ser el rancho para consolidarse como la ciudad satélite de la capital, en ciudad en las que las jóvenes familias deseen formar una familia y arraigar su patrimonio. Jesús María, debe la ciudad en que los inversionistas tengan confianza de traer sus capitales y sus ejecutivos de vivir en ella. Que su industria mueblera sea ejemplo en el país y en el mundo.
Debemos, pues, empezar a poner a Jesús María en rumbo para el futuro, establecer una nueva y mejor forma de gestionar los asuntos públicos. Alcanzar el verdadero potencial de Jesús María, de la mano con los empresarios y los trabajadores, generándoles condiciones de vida digna. Proyectando un crecimiento ordenado y equitativo.
Jesús María debe ser un Municipio transparente en el que la participación de la sociedad acompañe a su gobierno en la toma de decisiones de manera constante, a través del presupuesto participativo y que sea eficaz en el manejo de los recursos públicos y en la aplicación de programas y proyectos, siempre entendiendo las necesidades de quienes habitamos Jesús María y de quienes lo visitan.
Jesús María, ciudad en Movimiento.
/FerLespron | @aguileralespron