El día 27 de abril de 1998, murió el escritor Carlos Castaneda famoso mundialmente por su libro Las Enseñanzas de Don Juan. Dos días después cinco de sus discípulas y amantes se perdieron intencionalmente en el desierto de California para morir calcinadas en un suicidio colectivo y ritual. Los hechos tienen todo el carácter de una película de ciencia ficción, mística y alucinatoria. La vida del autor es una farsa completa. El mismo se encargó de modificar su biografía en varias ocasiones cambiando el lugar de nacimiento, la fecha y la ocupación de sus padres. Finalmente su ubicó el la ciudad de Los Ángeles a donde fue a estudiar antropología. Después de muchos estudios diversos en artes y humanidades, así como de aventuras galantes finalmente su tesis de maestría le fue aprobada en 1968 por el libro Las Enseñanzas de Don Juan, en el que supuestamente narra los diálogos con el chamán yaqui don Juan Matus en el desierto de Sonora. El escrito tuvo un éxito enorme, lo lanzó a la fama y se hizo millonario. A partir de entonces creó una secta místico-científico-mágica con sesiones de la onda hippie muy de moda por entonces, con sexo libre, consumo de hongos alucinógenos, LSD y toloache. Desde un principio, los científicos de la antropología y la psicología descubrieron graves errores. El autor menciona la cultura tolteca y el nagualismo. Resulta que los yaquis no son toltecas, ni viven en el desierto. Nunca se comprobó la existencia del tal don Juan, al que en su primer libro menciona que lo conoció en Nogales Arizona. En 1973 publica su libro Viaje a Ixtlán por el cual de una manera sorprendente la UCLA (University of California Los Angeles) le concede el doctorado. El texto es una novela de ciencia ficción, con elementos de realismo mágico. No existe ni se encuentra nunca el mencionado Ixtlán, ya que supuestamente lo guía don Juan y en el estado de Sonora no existe ningún pueblo con ese nombre. Lo que ocurre es que por las expediciones hippies a Oaxaca para probar los hongos de María Sabina ya eran muy populares entre mexicanos y norteamericanos los nombre de Huautla, Ixtlán y otros. Aún así los libros se siguieron vendiendo y por supuesto escribió muchos más, todos con la misma temática. Norteamericanos y europeos viajaron a Sonora a intentar encontrar a don Juan y por supuesto que aparecieron varios sujetos que se hicieron pasar por el inexistente brujo. Algunos de ellos incluso fueron presentados en la televisión de Alemania, Francia y España. Ningún escritor serio de las ramas de la sicología, la antropología o la filosofía ha tenido tanto éxito editorial. O sea que el fraude sí se vende y los autores novelescos y fantasiosos pueden hacerse millonarios. La ciencia seria no es negocio. Resulta claro que al lector mundial y al comprador de libros, les fascina que les tomen el pelo. Están dispuestos a pagar lo que sea con tal de creer en sus propias fantasías, antes de buscar la verdad. Lo que hemos comentado en otras ocasiones: “Es más fácil inventar una leyenda que buscar la verdad”.
Claro, somos todos estúpidos menos el autor de la nota (llena de tantas falsedades como las de Castaneda) la Ucla, millones de lectores, etc.
Castaneda cuando menos fue un escritor con un talento que nadie discute, pero claro, eso implica leer y es más fácil ganarse unos pesos sin saber de lo que se habla…
Saludos.