Aborto y pederastia (4 y última) / Cátedra - LJA Aguascalientes
21/11/2024

  • En la presente entrega concluiremos -a manera de extra en atención a algunos cuestionamientos- nuestra serie sobre el aborto y la pederastia, pero antes permítame avisarle que al final tenemos una invitación para usted.

***

Es natural que surjan dudas o diferencias sobre estos temas tan complejos, sobre todo por el hecho de que se han considerado tabú durante tanto tiempo. Aprovechémoslos para tratar de aclarar unos aspectos y complementar otros.

Pregunta 1. ¿Porqué hay tantas mujeres que insisten en querer abortar?

Respuesta: Conviene recalcar que ninguna mujer en su sano juicio se provocaría un aborto por el gusto de hacerlo, porque por más seguras que sean las condiciones en que se le practique, es imposible evitar que le deje secuelas físicas, mentales y emocionales de por vida. Las razones por las cuales una mujer se somete a ese riesgo son muy variadas y sólo competen a la pareja o a ella sola si el hombre no es responsable, pero se concentran en una: el embarazo no fue planeado y ninguno de los progenitores pueden o quieren enfrentarse a las obligaciones que se contraen al traer un hijo al mundo. Aquí el problema que hay que resolver consiste en llegar a un acuerdo acerca del cómo detener la evolución del embarazo sin poner en riesgo la vida de la mujer ni afectar sus derechos humanos; es decir, sin prohibiciones, amenazas o condenas.

Pregunta 2: ¿Y por qué entonces no se abstienen de tener relaciones sexuales si no desean tener hijos?

Respuestas: En unos casos es por ignorancia, pues la pareja desconoce los métodos que le permiten evitar el embarazo, debido a la falta de orientación por parte de sus padres y al incumplimiento del Estado en cuanto a la aplicación de los programas de educación sexual que tiene la obligación de impartir en todos los niveles; en otros casos por irreflexivos, porque no utilizan los medios preventivos a pesar de conocerlos; y esto -que ocurre frecuentemente pues como decíamos la semana pasada es sumamente difícil dominar las hormonas- no le ocurre sólo a la gente común y corriente porque, por ejemplo, no son tan infrecuentes los casos de sacerdotes que tienen relaciones sexuales con mujeres con las que además no están casados con el pretexto del “voto de castidad” aunque hay otros en los que además son tan perversos que seducen y embarazan a menores de edad, lo cual es incurrir también en pederastia, que en este caso lleva el nombre de estupro (violación con engaños de menores de 18 años y mayores de 12). En otros casos es porque no podían saber que iban a resultar embarazadas, por ejemplo cuando son violadas; o bien, cuando el embarazo les produce un estado de salud crítico que puede provocarles la muerte. En los dos últimos casos, la ley autoriza el aborto; en los primeros es cuando la ley actual los castiga, con excepción del Código penal de la ciudad de México que lo autoriza en cualquier caso y cuyo ejemplo quieren las luchadoras feministas que se extienda a todos los demás estados de la República. Por lo pronto, lo que hacen muchas mujeres embarazadas de otros estados -incluido el de Aguascalientes- que desean abortar de manera segura, es acudir a la ciudad de México para practicárselo allá.

Pregunta 3. ¿A qué se debe la inclusión del tema sobre la prostitución?

Respuesta: Los tres temas: aborto, prostitución y pederastia están íntimamente relacionados por su carácter sexual y su tradición eclesiástica, pero sólo la prostitución tiene fecha aproximada de inicio porque se encuentra registrada en los primeros testimonios históricos después de la invención del dinero. El aborto seguramente es de origen más antiguo en el paleolítico y más aún la pederastia.

Prostitución. Pero de lo que se trata aquí no es tanto determinar la fecha precisa de su origen, sino de su adopción como institución social; y en ese orden, la primera fue la de la prostitución, no sólo inventada sino institucionalizada por las religiones politeístas de medio oriente y la cuenca del Mediterráneo que surgieron hace unos seis o siete mil años, al conjugar el culto a la fecundidad y la práctica del sexo a cambio de una ofrenda en forma de dinero. Todavía antes de nuestra era, la prostitución se separó de las religiones iniciales para convertirse en un negocio francamente mercantil de características esclavistas hasta la fecha, como lo vimos en la entrega anterior.


Pederastia. El primer testimonio de institucionalización de esta práctica lo encontramos en la Grecia clásica en forma de instrucción militar, cuando el adolescente era entregado a un preceptor durante un período establecido para que lo adiestrara en las artes de la guerra, que incluían las relaciones homosexuales. Persistió hasta finales del imperio romano, en que se empezó a desvanecer en parte por la influencia bienhechora del cristianismo.[1]

Aborto y pederastia. El problema resurgió cuando el cristianismo se convirtió en catolicismo, es decir, en la religión oficial del Imperio Romano y se empezaron a hacer ajustes a los evangelios mediante los concilios ecuménicos. Uno de esos ajustes consistió en establecer el “voto de castidad” en el Concilio de Nicea del año 787 que, como ya dijimos, ha provocado durante mil doscientos años, un conflicto explosivo entre el juramento antinatural impuesto a la clase sacerdotal y monástica de abstenerse de realizar actos sexuales, y sus glándulas de secreción interna que los impulsan a reproducirse, provocando en muchos casos la violación de la promesa con el lógico resultado, primero, del embarazo; después, del aborto provocado sobre todo en el caso de las monjas; en el de los sacerdotes, muchos tienen hijos con parroquianas pero otros, para no incurrir en concubinato o adulterio, se inclinan por la violación infantil o pederastia masculina, pues en el caso de su relación con monjas se entiende que es un acuerdo entre adultos, a menos que sea por violación; pero en el de los niños, aunque sea por acuerdo obtenido con engaños, es uno de los crímenes más nefandos. No incluyo la homosexualidad, que también se da, porque esta sí exige el acuerdo de las partes, generalmente adultas.

Iglesia persecutora. Se entiende pues, la ilación histórica que hay entre la prostitución, el aborto y la pederastia, como instituciones sociales íntimamente ligadas a la religión.

Pero lo incoherente del caso, por absurdo, es que en estos mil doscientos años haya sido la propia iglesia Católica, ocultando sus propias fallas, la que más ferozmente ha perseguido esos vicios; pero sólo entre los laicos, muchos de los cuales, aun siendo afectados en sus propias familias, arrastrados por el fanatismo se han comportado como sus encubridores. Basta recordar una de las más ignominiosas épocas de la historia, que es la de la “Santa Inquisición”, durante los siete siglos que van del XII al XIX.

El mundo cambia. Pero a partir del final de la Edad Media, el mundo se transforma radicalmente; las revoluciones científica e industrial, el descenso de las monarquías, el ascenso del estado laico con el progreso de los derechos humanos, etcétera, despiertan la conciencia ciudadana que cada vez gana más espacios.

Pederastas ante tribunales. Así es como en el siglo XX se empiezan a formular planteamientos antes impensados, como el de cuestionar e incluso denunciar los delitos cometidos por miembros del clero, logrando, por ejemplo, que solo en los Estados Unidos, de la década de los años 50’s del siglo XX -en que los ciudadanos se empezaron a atrever a demandar ante los tribunales a los sacerdotes pederastas- hasta el año 2014, la Iglesia Católica tuvo que pagar CUATRO MIL MILLONES DE DÓLARES por concepto de las sanciones impuestas por los tribunales de aquel país.[2]

El Papa, justiciero, responde. En México, hacia los años 80 se empezó a hacer difusión de demandas hechas por afectados del famoso padre Maciel y demás delincuentes; lucharon años contra el contubernio de dignatarios indignos y funcionarios civiles despreciables, pero su tesón, al igual que el de muchos otros luchadores de diversos países, han logrado conmover al Papa Francisco, quien acaba de girar instrucciones enérgicas a los cardenales, obispos y demás representantes suyos en todo el mundo, para “…prevenir, combatir y procesar judicialmente a quienes cometan abusos sexuales contra menores…”[3] para que el Estado se encargue de juzgar y aplicar el castigo que corresponda a los infractores sin privilegio alguno, como cualquier otro delincuente, puesto que como ciudadanos están sometidos a las leyes civiles.

Y las penas establecidas en el artículo 129 bis del Código Penal Federal mexicano para el delito de pederastia, es de 9 a 18 años de prisión.

Estoy seguro que todos los habitantes de nuestro planeta, creyentes o no, lo felicitamos y agradecemos su comprensión, valor y decisión.

Voto de castidad ¡a la basura! Ojalá que en sus planes esté el de cancelar ese “voto” infernal que jamás debió existir, para que en lugar de que haya más mujeres embarazadas por clérigos, estos puedan contraer matrimonio con toda libertad; ello les permitirá, también, adquirir equilibrio fisiológico, mental y emocional y con ello, además, autoridad moral para aconsejar tanto a personas solteras como casadas.

En resumen,

1.- No a los abortos provocados. Pero antes,

2.- No a los embarazos no deseados.

Para lograr el segundo propósito, es imprescindible que el Estado cumpla rigurosamente con su obligación de impartir la materia de

3.- Educación sexual para todas las edades.

***

La atenta invitación es para asistir a la actividad mensual de la Agrupación Cívica y Cultural Amigos de Jesús Terán”, que se llevará a cabo en la Casa Terán con la participación de la cantante Gladys Oriandi Vite Ramírez con su guitarra y su ukulele, seguida del coloquio sobre el tema “Análisis sobre el fracturamiento reciente en el valle de Aguascalientes”, a cargo del ingeniero geólogo Arturo Sotelo Rodríguez. La cita es de 5:30 a 8:00 p.m. Le esperamos.

 

Por la unidad en la diversidad

Aguascalientes, México, América Latina

 

[email protected]

 

[1] Sáez Martínez, Gil José. Aproximación histórica a los abusos sexuales a menores. Juez eclesiástico, Murcia. Eguzkilore, número 29, San Sebastián, España, 2015. https://bit.ly/2TWZtif.

[2] Iglesia ha pagado casi 4,000 millones de dólares por abusos sexuales. Agencia EFE, Washington, 03-11-2015.

[3] Anuncia el Papa sanciones a quien no denuncie abusos en la Iglesia. Europa Press. Periódico La Jornada, México, 30-03-2019.

 


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