Washington, Unión Americana. 13 de febrero de 2019. El senador por la Florida, Marco Rubio, escribe, en su cuenta de Twitter, sobre las actividades de la empresa india del sector energético Reliance Petroleum, la cual ha estado comprando petróleo a la Venezuela chavista: “El régimen de Maduro busca que @reliancepetro compre el petróleo que está robando del pueblo de #Venezuela”. El pugnaz político conservador concluye su lapidario tuit: “Esto socavaría al gobierno legítimo de @jguaido y conduciría a sanciones secundarias para Reliance”.
Un día antes, el representante por Nueva Jersey, el cubano-americano Albio Sires, había escrito una misiva al embajador de la India para expresar su preocupación por los “esfuerzos de Venezuela para trabajar alrededor de los esfuerzos estadounidenses para que Maduro rinda cuentas”.
La escena arriba mencionada se relaciona con el presente artículo, el cual tiene por objetivo explicar la serie de acciones y declaraciones que demuestran que Donald Trump ha declarado la guerra comercial a la India y Turquía.
En 2015, la narrativa del entonces candidato Donald Trump se centró en la negociación de “pactos bilaterales justos”. El vitriolo del neoyorquino se concentró, en especial, en China, Japón, la Unión Europea y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De acuerdo a la visión trumpiana, esta tetrarquía era (es) responsable del deterioro del estándar de vida del pueblo estadounidense.
Sin embargo, los cuatro actores arriba mencionados no eran los únicos en la mira de la administración Trump: India, la tercer o sexta economía del mundo -dependiendo de la métrica utilizada- fue puesta bajo aviso en abril de 2018, pues los estadounidenses sometieron a revisión el Programa Sistema Generalizado de Preferencias (GSP, por sus siglas en inglés).
Este bosquejo permite al gobierno estadounidense que ciertos productos provenientes de países en desarrollo entren sin pagar aranceles. Siempre y cuando cumplan con los siguientes criterios: combate al uso de mano de obra infantil; respecto de los derechos de los obreros; protección adecuada y efectiva de los derechos de propiedad intelectual.
La revisión del GSP fue básicamente por el déficit comercial que los estadounidenses tienen con la India. Empero, la guerra comercial contra la India adquirió una nueva dimensión debido a la crisis en Venezuela. ¿El motivo? Compañías privadas de ese país continuaron con sus compras de petróleo venezolano. Este supuso un desafío directo a Trump. Los estadounidenses contratacaron el 4 de marzo de 2019 anunciando que terminarían la designación GSP para la India y Turquía1.
Luego, el domingo 10 de marzo, el enviado especial para Venezuela, Elliot Abrams, declaró sobre la India: “Les decimos que no debieran ayudar a este régimen. Ustedes deberían estar del lado del pueblo venezolano”. No obstante, las advertencias estadounidenses y del propio gobierno indio, las compras de petróleo venezolano por parte de compañías privadas indias no han mermado: en febrero se compraron diariamente 297 mil barriles de crudo, esto no incluye los barriles que se exportan a Singapur o Holanda para después ser enviados a la India2.
La mala relación entre Turquía y los Estados Unidos data de julio de 2016, cuando elementos del Ejército turco, presuntamente con el apoyo estadounidense, trataron de derrocar a Erdogan. Asimismo, el sostén de Washington al clérigo Fethullah Gülen, exiliado en la Unión Americana y rival político del presidente turco, no abona a la distensión.
Sin embargo, esto no fue suficiente para que Turquía perdiera su estatus GSP. Entonces, ¿cuáles fueron las razones? Primero, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha decidido comprar los sistemas antiaéreos S-400 de fabricación rusa. Segundo, en enero de 2019, Trump amenazó con “devastar” a la economía turca si atacaban a los kurdos, aliados estadounidenses, en el norte de Siria.
Una tercera razón tendría que ver con un país ubicado a 10 mil kilómetros de Turquía: Venezuela. Para Erdogan, Nicolás Maduro es también víctima de un complot estadounidense. De hecho, el líder turco ha declarado que “el hermano Maduro cuenta con el apoyo irrestricto de Turquía”.
Un ejemplo de lo anterior es que de los 137 mil tuits que usaron el hashtag #WeAreMaduro, más de la mitad fueron redactados en turco, según un análisis de la firma Spredfast3.
El escribano concluye: primero, Trump parece chivo en cristalería, pues todavía no termina de aprobar el T-MEC, concluir las negociaciones con China y con la Unión Europea y ya sumó a la India y Turquía a su guerra comercial; segundo, la lucha por controlar las reservas energéticas de Venezuela se ha convertido en el fulcro geopolítico de nuestro tiempo.
Aide-Mémoire. Al Reino Unido con el asunto del Brexit le quedan las coplas del inmortal José Alfredo Jiménez: “Y te vas, y te vas, y no te has ido”.
1.- United States will terminate GSP designation of India and Turkey https://bit.ly/2GYlmf7
2.- U.S. presses India to stop buying oil from Venezuela´s Maduro: envoy https://reut.rs/2EZm885
3.- Turks fire back as Trump ends preferential trade status https://bit.ly/2Chm3Mx