- Mario Bravo
Aguascalientes será uno de los estados donde en este 2019 se realizarán elecciones para elegir a los once Ayuntamientos que componen su geografía política. También, será la primera experiencia del electorado local respecto a la posibilidad de reelegir a sus presidentes municipales, algo que exigirá al elector, sobre todo al mayor, de hacer un ejercicio de reflexión más serio ante la opción, hoy por hoy, con mayores posibilidades de triunfar en la jornada electoral del 2 de junio próximo.
Un elemento adicional a este evento político, es la intensa etapa de transición por la que estamos atravesando cómo país desde el 1 de julio del año pasado, con el triunfo del Lic. López Obrador a la Presidencia de la República, y por supuesto, su toma de protesta de diciembre, fechas a partir de las cuales, México se ha visto inmerso en un torbellino de cambios estructurales en la forma y en el fondo de su gobierno. La visión que tiene el nuevo gobierno federal de lo significa para él lo correcto, lo prioritario, de una u otra forma ha colisionado con la, probablemente, anquilosada visión que se tenía en lo general, incluso por la sociedad misma, más allá de la clase política nacional, y que nos había instalado en una zona de ‘confort’ que nos impedía ver la necesidad de cambiar la inercia del desarrollo y la acción de políticas públicas ya enmohecidas.
Aguascalientes es, ciertamente, en lo político, una entidad inclinada más hacia lo conservador, hasta ahora, esa posición le ha representado la consolidación de los elementos necesarios para su actual desarrollo y estabilidad. Sí nos vamos a los números, observaremos, al contrastarlos con los números de otras entidades, que Aguascalientes está, en la mayoría de los indicadores, muy por arriba de la media. Esto es algo importante. La idiosincrasia local le ha permitido determinar el ritmo y el rumbo de la entidad, y particularmente, de la ciudad capital, que además representa el 67% de prácticamente toda la actividad económica, política, cultural, social del estado. Ciertamente, esto ha significado, por otra parte, la detención en el paso de algunos cambios que en Aguascalientes algunas minorías reclaman, muy probablemente con razón y derecho, pero que no transitan por las circunstancias legales, legislativas, políticas pues, que predominan localmente.
Todo lo anterior, constituye parte de las condiciones en las que se ha estado desarrollando el proceso electoral en Aguascalientes en este 2019. Definitivamente, existen otros factores que actúan de manera significativa en el ambiente electoral que ya se vive en cada municipio. Los partidos políticos son otros de los actores principales en este asunto que hoy tratamos. Su rol es fundamental para avanzar en la definición de los resultados de medio año, y hacia su interior viven una intensa actividad de acomodos y definiciones. Ellos mismos, los partidos políticos, han debido ajustar sus miras y prácticas internas ante la nueva realidad del país, del estado. La lectura de los nuevos hechos no es sencilla, sobre todo cuando la visión que impera en su análisis parte de ese pragmatismo político que deja poco espacio para la reflexión sistemática de las condiciones y nuevos escenarios que hoy imperan en la arena política.
Los partidos políticos en Aguascalientes prácticamente se encuentran en la última etapa de definición de sus candidatos. Los viejos partidos PRI y PAN, el pasado 10 de marzo concluyeron la determinación de sus candidatos al municipio capital y otros del interior. De ello destaca la elección de Tere Jiménez como candidata a la reelección en el municipio de Aguascalientes. Después de un proceso interno por demás observado y discutido, Acción Nacional optó por la actual alcaldesa de Aguascalientes, quien sin duda es la mejor carta para alcanzar el cometido de refrendar la principal alcaldía del estado.
El PRI trabajará en mucho por el orgullo y la necesidad de permanecer en el escenario político electoral del estado, sus posibilidades están muy agotadas por ese desgaste en el que sus antecedentes lo dejaron en el ánimo ciudadano local, basta con checar los resultados de los últimos procesos electorales. Habrá por ahí los partidos, eternos minoritarios, que buscarán afanosamente su permanencia en el circo electoral, sin mayores posibilidades de alcanzar algún espacio entre los destacados. Igualmente, harán su acto de presentación a nivel local unos partidos nuevos, y que lo harán con la audacia de los jóvenes, pero que todo su esfuerzo será cuesta arriba, ya que su propia novedad los aísla de los votos necesarios siquiera para mantener su registro posterior. En todo caso habrá que esperar si traen ideas nuevas y frescas.
Finalmente, el Movimiento de Regeneración Nacional es, después del 1 de julio pasado, el gran protagonista de esta lid electoral local, aunque es en los hechos un misterio su peso electoral por sí mismo, toda vez que su impacto en Aguascalientes obedeció a una ola llamada López Obrador. En ésta ocasión han debido construir una propuesta propia, que si bien va amarrada al lopezobradorismo, será su debut como fuerza política en el Estado; no hay duda que el efecto inercial será importante, pero ¿cuánto?.
Mientras tanto, el reacomodo del panismo de cara a la elección municipal en la capital del estado camina con discreción. La alcaldesa y candidata en ciernes prepara su participación electoral, consciente de que es la mejor posicionada y calificada entre los aspirantes, pero que no puede perder en la mesa lo que ya tiene en la calle.
