Sería un error desaparecer los organismos autónomos. Hay una vieja aspiración democrática con la idea de que deben de ofrecer garantías de defensa a los ciudadanos de que las instituciones estatales no se van a desbordar. Existe la vieja aspiración de fraccionar y vigilar al poder de equilibrar los poderes y para todo ello existen los Organismos Autónomos.
José Woldenberg
Estimados amigos invisibles, como han escuchado a lo largo de estos tres meses que lleva el actual Gobierno Federal uno de los temas que ha ganado gran relevancia es: la autonomía de los organismos constitucionales y su papel de contrapeso ante el Poder Ejecutivo. Recordemos la cantidad de facultades y tareas que ejercía el Poder Ejecutivo antes de su creación. Con la creación de estos entes públicos que no se encuentran adscritos ni al poder ejecutivo, ni al poder legislativo, ni al poder judicial y además cuentan con un rango similar respecto a los otros poderes, motivo por el cual habían generado un fortalecimiento del sistema de pesos y contrapesos.
En este sentido, los organismos autónomos pertenecen al gobierno, por ende, su funcionamiento se debe sustentar y fortalecer a través de recursos públicos administrados a través de un presupuesto anual. De ahí que estos entes públicos se ven sujetos a condicionamientos por parte del gobierno al utilizar el condicionamiento en la asignación de recursos presupuestales como un instrumento de presión. De lo anterior, podemos afirmar que existe esta limitante en la autonomía de estos organismos; si bien el gobierno está obligado a proporcionar presupuesto para cumplir con las funciones que les han sido encomendadas a estos entes públicos, de no contar con mecanismos efectivos que eviten este condicionamiento se puede incurrir en el riesgo moral de la entrega de los recursos esté vinculada a una vulneración de la autonomía, para el ejercicio de sus funciones y sus decisiones.
En el pasado sexenio, los organismos autónomos cobraron una elevada relevancia, sin embargo, en los noventa días del gobierno actual han traído una serie de cambios que tendrán una evidente repercusión en la reingeniería tanto de los organismos autónomos como del gobierno, esto se presenta por un lado en la limitación del presupuesto, y por los nombramientos de bajo nivel o perfil que no cumplen para integrar estos entes.
Desafortunadamente, nos ha tocado ser observadores de las decisiones que ha tomado el los Senado en la designación de nombramientos de organismos autónomos, el ejemplo claro fueron las entrevistas que realizaron a candidatos para ocupar cuatro vacantes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), no dejemos de lado, la designación del Comisionado del INAI, o la del Comisionado de la Cofece.
Comparto en su totalidad la tesis de Marco Antonio Zeind Chávez cuando señala que: “Debe tomarse en cuenta para la consolidación de estos organismos autónomos, los cuales deben propugnar por hacer valer de manera efectiva esa autonomía constitucional y guiar su actuar por criterios técnicos que doten a los resultados de su trabajo, para construir la confiabilidad y la validez por la que la Constitución los dotó de naturaleza jurídica. Asimismo, la mejora de sus procesos y sus esquemas de rendición de cuentas ayudará a brindar la legitimidad para que su trabajo sea conocido y reconocido o, incluso cuestionado, por la sociedad para la cual trabajan”.
A lo anterior, se suman las declaraciones de varios intelectuales y exintegrantes de organismos autónomos los cuales señalan: “Me parece que hay un acoso a varios de estos organismos desde hace meses. [El presidente] ha sido muy claro al tildar a estos organismos de Fifís, neoliberales y corruptos. Hay amenaza real, en el caso del INEE existe una iniciativa para desaparecerlo, y para otros, como el INE se ha reducido su presupuesto, en algunos se ha forzado la renuncia de sus titulares y en unos casos más se ha enviado perfiles incompetentes para sustituirlos. Hay acciones concretas que los están debilitando” (Luis Carlos Ugalde, expresidente del INE y titular de Integralia).
Se puede afirmar que la independencia con la que se desempeñen los entes autónomos, respecto a las estructuras gubernamentales relacionadas con su actuación, representa un indicador claro de su grado real de autonomía. La manera en que manifiesten su independencia corresponderá a su naturaleza y funciones.
Todo lo anterior está ocurriendo en Aguascalientes, se están reproduciendo estas mismas acciones para debilitar a los organismos autónomos. Nosotros los ciudadanos debemos exigir que existan contrapesos al Poder Ejecutivo, y que éste doté de recursos públicos para que los entes autónomos cuenten con lo necesario para el ejercicio de sus atribuciones, por un lado, y la designación de perfiles idóneos para ser integrante de cualquier ente público, por el otro.
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