Como secretario de Asuntos Internacionales del Comité Central de la CROM nacional, me tomo el atrevimiento de hablar un poco del caso Venezuela con el único objeto de llamar al diálogo respetuoso y poner en la mesa la neutralidad que en ocasiones las naciones debemos tener para evitar más afectaciones a la población.
Si bien creemos que es importante mantener la política de no intervención, como lo indica nuestra Constitución, también comprendemos que es razonable el enojo de un sector de la población, ante la decisión de México de abstenerse a suscribir la declaración del Grupo de Lima, donde se pide a Nicolás Maduro no asumir su segundo mandato como presidente de dicho país.
El presidente de México ha mantenido su postura de no intervención en busca de una solución pacífica, tomando en cuenta que el papel de las naciones unidas no es de quitar o poner gobiernos, sino de que en conjunto, se garanticen elecciones justas y legales; razón por la cual considero que lo mejor es esperar a que todo se resuelva conforme al Derecho y en estricto apego a los derechos del pueblo venezolano.
Andrés Manuel López Obrador ha señalado que México está en condiciones de recibir un diálogo entre las dos partes en conflicto (Nicolás Maduro y Juan Guaidó); planteando como primer paso el diálogo razonado. El presidente indicó que como nación no tienen el derecho alguno de imponer las cosas, sino de ser un apoyo para sentar las bases de una solución pacífica que no afecte (todavía más) a la población.
Para ello, tanto México como Uruguay convocaron a una conferencia internacional para el próximo 7 de febrero en Montevideo, en la cual se espera la presencia de más de 10 países y organismos internacionales, con el objetivo de sentar las bases para un nuevo mecanismo de diálogo con la inclusión de las fuerzas venezolanas, para “devolver la estabilidad y la paz a Venezuela”, según se especificó en un comunicado conjunto de México y Uruguay, en el que también se convoca a los organismos y naciones que han optado por una posición neutral sobre el conflicto venezolano.
Por la historia y características de nuestro país, México tiene un papel más favorable para tomar el rol de neutralidad y fungir como puente de diálogo, sin embargo el gobierno mexicano debe andar con precaución no dejar de lado la latente preocupación por la situación de los derechos humanos en la nación sudamericana.
Ahora bien, no podemos perder de vista que la diplomacia de México presentada en momentos difíciles, ha sido reconocida mundialmente pues siempre se ha mantenido bajo el diálogo y la mediación, basándose en su mayoría de las veces en algunos de los principios básicos pactados en nuestra Carta Magna, que son: La no intervención, la autodeterminación de los pueblos, la solución pacífica de las controversias y el pleno respeto a los derechos humanos. Nuestro actual presidente se ha reforzado en estos para salir bien librados de este conflicto que ha causado la migración masiva de la población venezolana.
Consideremos que el papel que debe tener nuestro país es esta, la mediación, justo para evitar un enfrentamiento internacional sumado a la violencia política; recordemos que América Latina siempre ha buscado trabajar en conjunto de manera pacífica y de mediación, por eso esperamos que este próximo 7 de febrero, la conferencia internacional tenga efecto positivo en el diálogo para la solución del conflicto, bajo el estricto apego a los derechos del pueblo venezolano.
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