- Integrar carne y leche a la canasta básica sólo provocará especulación del producto
- Bajar precios sólo es posible con la oferta y demanda, no por decreto
Integrar a la leche y carne a la canasta básica, como lo mandató el gobierno federal, lo único que traerá como consecuencia es la especulación en el precio del producto, señaló José de Jesús Guzmán de Alba, presidente de la Unión Ganadera Regional (UGRH).
El también productor expuso que en realidad el costo del litro de leche en fresco no es de 8.20 pesos, sino de 7.50 pesos, y el hecho de que Liconsa, ahora integrada al organismo Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), da ese precio por litro para los pequeños productores, pero como no les compran lo suficiente a los productores grandes, éstos acaban vendiéndola hasta por siete pesos.
El líder ganadero manifestó: “Es una navaja de dos filos, no hay que irse con la finta: por un lado puede beneficiar pero por otro perjudicar. Si vemos el programa, el precio controlado de 8.20 es para los productores que den hasta 200 litros diarios, ¿pero qué pasa con los que producen a mayor escala?”.
En cuanto a la carne integrada también entre los artículos de la canasta básica, la pregunta es, ¿quién va a pagar lo que vale realmente el producir este producto?, se cuestionó Guzmán de Alba, ya que se mantiene a precio bajo por parte de los productores, pero eso no indica aún que sea accesible para muchos.
Destacó que a fin de bajar aún más de precio la carne, sería necesario que el de los granos también fuera a la baja, lo cual es imposible porque el 80 por ciento lo traen de los Estados Unidos y no se ofrece por debajo de los 7.50 por kilo del precio de garantía que marca la federación para los que producen hasta 20 toneladas.
“Algo tiene que pasar porque esto es artificial. Al ganadero y al carnicero no nos benéfica, los perjudica tremendamente; el miedo que tenemos es que le pongan precio oficial a la carne, eso desaparecería la producción, pues no podemos bajar el precio de la carne con un grano más caro”, expuso el productor, al considerar que no es posible bajar costos por decreto y lo único que vale es la ley de la oferta y la demanda.
Expuso que hace 20 años la gente consumía carne de tres veces por semana, ahora lo hace sólo una vez, lo que indica que la gente adquiere proteína más barata, en este caso el pollo.
Recordó que hace 30 años, en el gobierno de Luis Echeverría Álvarez, se pretendió una situación similar, y lo único que se logró fue inhibir la producción de carne a tal grado que fue necesario importarla de Estados Unidos.