- Necesaria una política de Estado y un plan estratégico y no decisiones desarticuladas
- Sin reglas del juego definidas en este gobierno, no se detonará la inversión privada
Las expectativas de crecimiento económico para el país en este año están situadas alrededor del 1.5 por ciento, por lo que se puede pronosticar que no será especialmente benévolo en materia económica, pues tiene que ver de manera particular en la limitada inversión pública y privada.
Eduardo Sojo Garza-Aldape, director general del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económica, manifestó que el crecimiento promedio anual para México ha sido mediocre, al no ir más allá del dos por ciento durante la última década, mientras que la expectativa para los próximos diez años, por parte de los especialistas en economía, sitúan el crecimiento en 2.3 por ciento, lo cual sigue siendo muy bajo, “lo que quiere decir que si no hacemos algo diferente, el país seguirá con esos crecimientos realmente mediocre”.
La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador es que en su gobierno la meta crezca al cuatro por ciento de promedio anual, lo cual significaría que el país en su conjunto avance al mismo ritmo que lo hacen estados como Aguascalientes, Querétaro y Guanajuato, lo cual consideró muy improbable dado que no se ven esos motores de crecimiento existentes en dichas entidades.
Explicó que en cuanto a la inversión pública resulta compleja la inversión, dado que las finanzas están muy comprometidas, particularmente ahora que se hizo una gran reasignación de gasto, pero mucha de ese recurso se destinó a gasto corriente y no a infraestructura.
“El escenario de crecimiento para este sexenio es de un crecimiento aún más bajo que el de la infraestructura del país, ya que además se va concentrar en los estado del sur con el tren maya, la refinería, el nuevo aeropuerto; por lo cual el reto importante es para el resto de los estados”, señaló Eduardo Sojo al destacar el proyecto que arrancaron cuatro entidades de la República como Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí con una mirada regional, y con el objetivo de conjuntar fuerzas con una visión a largo plazo, y ser el motor de crecimiento de la economía del país.
Observó que en México hay dos actividades con un importante crecimiento: el motor de turismo en Quintana Roo, Baja California Sur, Nayarit y Colima, además de la que se realiza en las cuatro entidades mencionadas con vocación industrial; por ello, mientras que la Federación impulsa otros proyectos, es necesario asegurar la continuación de este dinamismo: “Eso es seguir haciendo lo que hacemos bien, pero buscar nuevos motores de crecimiento, asegurar la energía para el futuro, un crecimiento sustentable, preocuparnos por el agua, el medio ambiente; buscar cómo introducirnos a la industria 4.0. Todo eso estamos discutiendo entre los cuatro estados”.
Respecto al nuevo Gobierno Federal, consideró que es necesaria una política de Estado y un plan estratégico, pues lo que se ven son decisiones desarticuladas y ocurrencias de todos los días, que no tienen un planteamiento claro de futuro; en donde no se perciben las reglas y la certidumbre que incentive la inversión privada.
Señaló como importante que en los próximos meses se vayan analizando los resultados de la inversión pública y privada, de las exportaciones, del empleo y del desempleo; de tal manera que si los datos señalan que no se va por buen camino, entonces habrá que corregir a tiempo para no llegar a estado de crisis y tener un planteamiento que incentive la inversión privada y modificar el gasto que actualmente se destina a programas sociales, pero que no se transforma en inversión.