- Cronista del municipio de Aguascalientes
Me resisto a pensar que sólo los niños y los políticos aman quieren respetan aprecian a la bandera, en tanto símbolo nacional. Los primeros por inocentes y limpios, y los segundos por hipócritas y cínicos -hasta que se demuestre lo contrario-. México está lleno de gente valiosa, que cotidianamente; de manera silenciosa, hace la grandeza del país, personas que a su manera honran la historia que se desliza entre los tres colores donde habitan el águila y la serpiente.
Me gusta pensar, imaginar, que esto también es México, y no sólo la violencia y la rispidez que nos ahogan, la corrupción y su combate, la degradación de nuestra vida comunitaria, etc. También esto es México, la bandera que flamea; se revuelve en el viento loco de febrero, enmarcada por el paisaje monumental de las sierras de Jesús María y de Guajolotes, contrastando con el paisaje invernal, entre verde y café, y el cielo más o menos claro.
Esta bandera se ubica en las instalaciones deportivas de la UAA, y la imagen fue tomada desde el edificio de idiomas de la universidad, en el costado norponiente del edificio administrativo.
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