- Aviario y Bosque Negro, una instalación en la Ex escuela de Cristo, y una intervención en la Galería de la Ciudad de la Casa de la Cultura Víctor Sandoval, respectivamente, estarán exhibiéndose hasta el 13 de enero.
En Aviario encontramos obra gráfica, escultórica y audiovisual con un tema en particular: aves. Con trazos libres que juegan siempre con un contraste del blanco y el negro, Patricia muestra una propuesta que define de la siguiente manera: “El dibujo expandido como herramienta principal y línea interdisciplinaria experimental, que convive en diversas formas de expresión, ya sea libros de artistas como croquis de imágenes secuenciado extendido a lo largo como un paisaje panorámico, animación experimental dibujo que se mueve y se escucha, intervención escultórica de primera intención con arcilla…
“Un microcosmos en un macrocosmos… formas orgánicas, elementos entretejidos como redes que respiran, se extienden y transforman en eterno devenir.
“Por medio del dibujo establezco registros de formas orgánicas naturales que no pueden ser descriptivas verbalmente, apelando a la propia memoria.
“Los ojos y las manos que apelas a la memoria de lo que no se puede tocar ni detener…
“El universo secreto y siempre cambiante de las aves.
“La cercanía de la mirada del espectador proporciona detalles de cada ave y el espectador siente que entra en el espacio personal y privado de los pájaros, cada ave cuenta su historia…”
Bosque Negro es una experiencia sensorial, es una “intervención efímera sonora in situ con dibujos que trastocan e invaden el espacio arquitectónico”, vinílica sobre el piso el techo y los muros que dejan sin luz alguna la Galería de la Ciudad y a la cual hay que entrar con una lámpara, a las espaldas se cierran las puertas y el espectador queda inmerso en una total oscuridad, con el sonido de grillos ambientando, pueden adentrarse y descubrir con la luz focalizada los dibujos de árboles y aves. A la entrada puede leerse “Vemos pero no miramos, oímos pero no escuchamos, tocamos sin sentir, vivimos sin percibir nuestro mundo. Percibimos la realidad en veloces flujos de información a través de la pantalla, y a partir de la percepción del otro.
La vida contemporánea y los convencionalismos sociales nos han acostumbrado a tener aturdidos o casi dormidos los sentidos.
En otros tiempos la percepción sensorial fue de importancia vital para la sobrevivencia de los animales y del hombre.
Por medio de dibujos efímeros en muros, techos y pisos que trastocan e invaden el espacio arquitectónico se crea un espacio envolvente con juegos sonoros que apelan a la memoria y provocan en el espectador diferentes percepciones y sensaciones que interactúan como una experiencia directa (situaciones de reconocimiento y amnesia)”.