La Navidad pasada llegó a nuestras manos un ejemplar de la segunda edición de Rius en Proceso, la primera salió a la luz en 1983.
Rius fue cofundador de la revista Proceso y, en 2017 Proceso editó 10 volúmenes donde post mortem se da tributo a su obra.
Debemos reconocer que las caricaturas de Don Eduardo del Río (Rius) son el resultado de un gran observador social, en cada una de sus publicaciones podemos apreciar, sin palabras, lo que en ese momento aquejaba al país.
Su capacidad de síntesis lograba llevarnos al punto exacto de la crítica. No le temía al gobierno ni a las repercusiones, como él lo comentó, cuando inició era sólo un joven aventurero que fingía no tener ese maravilloso cerebro con un pensamiento crítico que, hasta el día de hoy, en la caricatura, es insuperable.
La semana pasada encontré en casa, y sin estar preso de otro lector, la segunda edición de Rius en Proceso. Así que, dejé a un lado la lectura que hacía en esos días y lo empecé a leer de inmediato.
En esta ocasión la lectura fue diferente, observé la relación que existía entre los personajes y diálogos y títulos, en algunos casos tuve que investigar el suceso del que hacía referencia pues no los recordaba o desconocía.
El humor negro y pícaro de Rius logra hacernos sonreír y reflexionar al mismo tiempo pues, además de que pocas personas logran fusionar de esa manera con la crítica certera e inteligente.
Comencé la lectura del libro y de pronto, en sus páginas encontré justo lo que padecemos el día hoy, problemas con la gasolina. La caricatura se llama “Salvador Mixto” y en él se ve a un expresidente al centro de la imagen con las manos ocupadas, la derecha apunto de hacer un trato con el gobierno americano y la otra sirviendo combustible en una cubeta a un militar, lo interesante aquí es que la manguera rodea el pie del expresidente como si fuera una serpiente y en ella se lee la sigla Pemex.
Las interpretaciones que podemos hacer de esta caricatura son infinitas, lo cierto es, sobre todo no se puede negar, que la gasolina ha sido durante décadas un líquido codiciado y por el que se han involucrado personalidades de todos los ámbitos y donde los únicos perjudicados somos los ciudadanos, en la actualidad por el desabasto y desde hace varios años por el precio.
Esta caricatura me hace pensar en el absurdo spot del Gobierno Federal donde se asegura que se redujo el robo de combustible en un 96%. No podría ser de otra forma pues los ductos permanecen cerrados, ya veremos si el resultado es el mismo cuando los abran todos.
A la vuelta encontramos un paraje lleno de torres petroleras titulado “México, 1981” donde apreciamos en primer plano a un hombre delgado y con mal semblante, ropa rota y sombrero en la mano, sentado sobre una tierra negra mientras las torres producen petróleo.
En algún momento de la historia, México decidió ver como propuesta económica el petróleo y olvidó el campo. En la actualidad los países buscan energías renovables para satisfacer las necesidades ciudadanas y reducir costos, realizan planes para que éstas sean accesibles tanto para el pueblo como para la industria, aquí aún se ve el petróleo como el oro que nos sacará de pobres, una muy mala decisión.
Así pues, las caricaturas de Rius nos demuestran que lo ocurrido antes y durante 1981 no es tan diferente a lo que vivimos en 2019.
Imagine usted cómo ilustraría el desabasto nuestro caricaturista estrella o la explosión de la semana pasada por causa de la falta de conciencia social y la escasez.
Actualmente los periodistas, caricaturistas o no, han perdido la libertad de expresión o la vida, por ello es importante el hacer una crítica inteligente de y sobre lo que ocurre el país para no poner en riesgo la vida o bien denunciar que si algo llegara pasar fue responsabilidad de “ya sabe quién”.
Afortunadamente, aunque Rius ya falleció su sabiduría de la crítica social nos acompaña todos los días y podemos encontrarlo en la red y las librerías.
Los libros de Rius son de esos que se pueden leer en medio hora y producen conversaciones durante años gracias a la agilidad de su lápiz y su estilo así que son buenísimos para aumentar la lista de libros leídos durante 2019.
Anímese a leer un libro recopilatorio de la obra de Rius o alguno de los que escribió por el simple gusto de ser creativo, verá que después de él la caricatura ya no será lo mismo y en lugar de recordar un meme vendrá a su memoria una imagen creada por un caricaturista que nutrió la crítica social en nuestro país durante afortunadas décadas.
Tendré que darme una vuelta a la librería a ver que me encuentro de Rius para nuestra pequeña colección de libros, mientras tanto tendré que leer por tercera vez, en el mismo mes, Rius en Proceso.
La reflexión que me queda sobre esta fantástica obra es que México sigue siendo políticamente el mismo, cambian los actores sin embargo los conflictos y los escenarios se repiten como en una espiral de incoherencia sin fin. Así pues, andemos mientras tengamos gasolina.
Laus Deo
@paulanajber