El 14 de enero de 1514, el rey de España Fernando el Católico promulgó la ley que autorizaba los matrimonios entre españoles e indias. Un documento importante porque con ello quedaba legalizado el mestizaje, aunque bastante tardíamente, porque desde que los primeros marinos españoles pusieron pie en tierras americanas, una de las primeras cosas que hicieron fue perseguir a las mujeres taínas y copular con ellas, con o sin su voluntad. El italiano Miguel de Cuneo viajó con Cristóbal Colón en su segundo viaje y describió en su diario, la fiera resistencia que una mujer indígena le rasguñó el rostro cuando intentaba violarla y entonces él la golpeó con una correa de tal manera que ella lanzaba gritos inauditos. Y este escrito se convirtió en el primer documento de abuso sexual y violencia de género en la historia de nuestro continente. Cuneo también relata que la mujer le había sido regalada por el almirante Colón. El asunto tiene mucha sustancia. Si bien es cierto que los invasores ibéricos se apropiaron de las mujeres y las tierras, al tiempo que esclavizaban a los hombres para que trabajasen en los sembradíos; también es verdad que los caciques de las tribus locales entregaron a sus hijas, esposas y otras doncellas a los conquistadores, como prueba de alianza o sumisión. Toda la legislación que proclamaron los Reyes Católicos salió sobrando. La reina Isabel decretó en 1595 que quedaba prohibida la esclavitud y además le prohibió a Colón que vendiera a los cuatro indígenas que llevó al regreso de su primer viaje. El descubridor se los entregó a un obispo, que por supuesto los vendió. En los viajes subsecuentes, muchos de los navegantes del Siglo XVI llevaron indios (que ya para entonces las nuevas tierras se llamaban Indias Occidentales) a Europa en calidad de esclavos. Allá también las indias tuvieron hijos de los propietarios que las adquirían. O sea que los matrimonios mixtos, o ayuntamientos mixtos y sus resultantes, los mestizos, existieron desde el primer momento del encuentro, hubiese o no permiso. La violencia hacia la mujer también existe desde el primer momento. Y no hay que olvidar que la violencia nunca fue exclusiva del maltrato a las damas. Los varones fueron exterminados, esclavizados y por supuesto discriminados en su capacidad matrimonial o de tener descendencia, porque el rey Fernando se olvidó de permitir que los indios se casaran con españolas. Octavio Paz en su brillante ensayo El Laberinto de la Soledad (1950) describe el tortuoso camino que el mestizaje ha tenido que recorrer en México y de la misma manera en toda América. Reflejo de lo que ya había ocurrido en todos los pueblos del viejo continente y que hasta la fecha se sigue observando. Los matrimonios mixtos siempre han generado complicados problemas sociales. Ya sean entre individuos de diferentes razas, credos, situación económica y todavía actualmente hasta de clase social. La búsqueda de la equidad avanza con lentitud. Y poco a poco algo se ha ido consiguiendo.