En el país de los símbolos, se la dejamos demasiado fácil a AMLO/ Bocadillo - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Ya me pegó la edad. Los treinta. Ubico a gente más joven a la cual trato como igual y le llevo diez años. Me pregunto si de morro estaba igual de puñeto. Me pasa como en la canción de LCD Soundsystem, esa de I’m losing my edge to better-looking people with better ideas and more talent. And they’re actually really, really nice.

En realidad no padezco síndrome de impostor, cómo pudiera sugerir la letra, pero me veo en el rol del señorcito joven irritado por los veinteañeros que sí gastan su dinero en estupideces, porque pueden, porque la edad, porque eso es una hoverboard. Y esto va de la mano con gente que su recién adquirida memoria política sólo tiene de memoria un presidente ausente que ni para los memes servía (Peña Nieto) y el actual, una especie de abuelito cranqui que dice frases jocosas cuando la prensa lo pone incómodo.

Obviamente a muchos les fascina tener esta figura que da la nota a diario luego de un presidente que sólo salía a hablar en público cada que sucedía una tragedia como el tema de Ayotzinapa. Yo, y por eso era importante decir que comienzo con las mañas de señorcito, digo eso ya se había visto antes. Viví a Fox y AMLO al mismo tiempo en los dosmiles temprano, cuando se daban en la madre en los noticieros de la mañana. Incluso Felipe Calderón era un tipo más presente en el imaginario colectivo que Peña Nieto, quien en sus últimos meses trató de enterrar cinco años de solemnidad y lerdez en un extreme makeover mediático que pretendía convertirlo en Barack Obama junto a Jerry Seinfeld en un coche de lujo hablando de comedia. Obvio no funcionó. Los emojis y respuestas en Instagram acerca de sus hábitos de mensajería y los permisos de sus hijas, plantados cual photo-op fueron graciosos, pero no se podía olvidar que era el mismo sujeto que nos entregó el dólar a 20 pesotes o el negligente mandatorio de las verdades históricas.

Es así como el acto diario de AMLO me da recuerdos dosmileros. Y la verdad no soy muy feliz, como ciudadano o redactor, con un presidente que ama el conflicto o que más bien lo abraza como su estado natural. Me recuerda mucho un perfil sobre Trump en la Vanity Fair gringa, donde hablaban que su estilo gerencial (no muy exitoso y construído sobre una herencia, por cierto) lo llevó a la Casa Blanca: el famoso divide y vencerás. Se hablaba de equipos compitiendo por la atención y migajas, con posturas contradictorias e incluso antagonistas, con filtraciones incluídas. ¿Te suena a lo que pasa en México?

Lo cierto es que, como bien han apuntado compañeros en LJA y Tercera Vía, AMLO vive de los símbolos. Me sorprende que el memo haya llegado tan tarde a la clase política de siempre. O a los asesores, que siguen hablando de camisas carísimas, bufandas de marca y relojes enormes. Una teoría es que colocan al candidato o funcionario como una figura aspiracional y protectora, lógica que siempre me ha parecido -para resumirlo- super pendeja o propia de los ochenta. Si bien hay gente joven que opta por opciones más de avanzada y/o coloridas, el AMLO de guayabera sigue siendo una clase maestra en relación a cómo ser cercano a tu audiencia. Y no es que tampoco tuviera mucha competencia con los priistas o líderes sindicales comiendo en restaurantes de lujo. ¿Por qué es tan difícil comprender que la política mirrey va de salida? Hay anomalías como Guanajuato o Aguascalientes puede que haya excepciones, siempre aspiracionales y hasta con dejo de trauma de la infancia, o que simplemente la sociedad no es tan avanzada y todavía quiere papás o mamás.

Yo no quiero un abuelito que sólo ama el sonido de su voz, pero tampoco un papá que escucha boleros, tiene rancho y hace comilonas de tradición con los diez únicos apellidos de la ciudad. Más bien, mis candidatos serían un él o ella que busque lo mismo que uno. Por supuesto, la felicidad.

 

Bocadillo: Succession es la mejor serie del año pasado que pasó desapercibida en las pantallas mexicanas, por no estar en Netflix. Es un drama absurdamente serio para los fanáticos de Billions, Veeo y Arrested Development.

[email protected] / @masterq



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Francisco Trejo Corona

Coordinador en LJA.MX y Tercera Vía // @gonodropio en Twitter

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1 thought on “En el país de los símbolos, se la dejamos demasiado fácil a AMLO/ Bocadillo

  1. Parece que t gusta hablar a lo tonto, lei tu artículo y no encontré nada sustancioso

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