And you, and your sweet desire, you took me higher and higher, baby.
It’s a livin’ thing, it’s a terrible thing to lose…
Livin’ thing – Electric Light Orchestra
Carlos Salinas de Gortari, expresidente de México, ha pasado a la historia como protagonista de mitos y leyendas que le han caricaturizado como el villano favorito para generaciones de mexicanos y, en las últimas décadas, como el presunto némesis de AMLO, quien incluso le acuñó un mote de “malo de ficción”: El Innombrable. Durante el sexenio de Salinas, nuestro país entró de lleno al neoliberalismo económico, en el que el estado se hubo adelgazado en detrimento del modelo de bienestar y de intervención pública regulatoria en el mercado privado. Con la promesa de llevarnos al “primer mundo”, en su administración se terminó de corromper el aparato gubernamental, se hicieron millonarios negocios con los bienes del estado, y se utilizó un modelo de control social basado en símbolos y prácticas propias de cualquier distopía, desde la manipulación de los medios de comunicación, hasta los grandes mitos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, o el asesinato de su sucesor en la candidatura presidencial.
Uno de los grandes mitos del salinato fue el rumor de sus intenciones reeleccionistas. Durante el inicio de la década de 1990, cundían versiones sobre un plan de cambios constitucionales para permitir la eventual reelección del entonces presidente. Y aunque esto, evidentemente, no sucedió; sí es posible hablar de una transmutación de una parte de la clase política, rastreable hasta la década de los sesenta del siglo pasado, y coronada ahora por Andrés Manuel López Obrador. En este mito, Salinas (lo que implica su proyecto) sí se reeligió simbólicamente de manera transexenal y AMLO, con su “cuarta transformación”, es la continuación del salinato.
Reproduzco un fragmento de la entrevista que Proceso realizara a Porfirio Muñoz Ledo publicada el 19 de diciembre de 1987, justo cuando el ahora diputado presidente de la cámara baja recién había renunciado al PRI: “No sabemos si la candidatura de Salinas constituye un proyecto de reelección de De la Madrid o si se trata de una reelección de Salinas” gracias a la acción de un grupo financiero (el de Antonio Ortiz Mena, secretario de hacienda con López Mateos y con Díaz Ordaz) que se “había ido infiltrando gradualmente en el gobierno, primero en posiciones administrativas subordinadas y, después, como agentes indispensables en las decisiones económicas”, a quienes Muñoz Ledo responsabiliza de las crisis económicas de 1976 y de 1982. De acuerdo a Muñoz Ledo, en el inicio del sexenio de Miguel de la Madrid, “este grupo financiero dio un golpe de partido, tomó por asalto al PRI y luego dio un golpe de Estado silencioso. Un grupo de personajes, algunos salidos de iconografías reaccionarias, se adueñó de los mandos del partido… Y ahora (1987), no sabemos si el candidato presidencial del PRI constituye un proyecto de reelección de De la Madrid, o si se trata de una reelección de Salinas A tal punto ha llegado la simbiosis entre el gobierno y el grupo financiero que pretende perpetuarse en el poder”. La entrevista completa puede consultarse aquí: https://bit.ly/2WcDEOa
Miguel de la Madrid fue secretario de Programación y Presupuesto en el sexenio de José López Portillo, en esa secretaría se designó a Carlos Salinas como director de Política Económica y Social. Luego, De la Madrid sucedería a López Portillo en la presidencia, y pondría a Salinas en Programación y Presupuesto, para -posteriormente- ungirlo como sucesor en la presidencia de la república, causando una fractura irreparable en el PRI, ya que esto le arrebató la candidatura a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, lo que provocaría el cisma que dio génesis -primero- al Frente Democrático Nacional, y luego al PRD, lo que implicó un importante éxodo de priístas hacia “la izquierda”, entre ellos el propio Muñoz Ledo.
Carlos Salinas propició la ascensión de varios personajes que ahora figuran entre los beneficiarios de Andrés Manuel López Obrador. Va una breve lista:
*Manuel Bartlett, quien pasó de la Comisión Federal Electoral (responsable de la caída del sistema de cómputo de votos que sospechosamente llevó a Salinas al poder) a ocupar ahora otra CFE, la federal de electricidad en la cuarta transmutación.
*Otro oscuro personaje auspiciado por Salinas es Elba Esther Gordillo, a quien el expresidente promovió en el sindicato de maestros luego de defenestrar al entonces dirigente Carlos Jonguitud Barrios; ahora la maestra Gordillo -luego de su periplo penal- prepara la creación de una nueva fuerza política al amparo de los acuerdos con Morena.
*Quizá más oscuro que Elba Esther, sea Carlos Romero Deschamps, fortalecido por Carlos Salinas luego de que éste operara el golpe contra Joaquín “La Quina” Hernández Galicia para tumbarlo del sindicato petrolero; y que ahora -Romero Deschamps- se mantiene intocado con AMLO a pesar de la grave crisis del huachicol y el robo de combustibles en el que -francamente- se incrimina al sindicato de PEMEX.
*También Carlos Slim fue beneficiario de Salinas, con el desmantelamiento de las empresas del estado mexicano adquiridas a precios de remate por el empresario, quien también ha sido beneficiario de AMLO con los contratos del proyecto de mejora al centro histórico de la CDMX cuando López Obrador era jefe de gobierno.
*Caso similar es el de Ricardo Salinas Pliego, beneficiario de Salinas de Gortari con el desmantelamiento de Imevisión (ahora TV Azteca), y ahora encargado financiero de la distribución de apoyos sociales del gobierno de AMLO mediante el aparato económico de Banco Azteca que -por cierto- se adjudicó de manera directa.
*Esteban Moctezuma Barragán fue secretario de Gobernación con Ernesto Zedillo -sucesor de Salinas de Gortari-, luego fue presidente de Fundación Azteca –de Salinas Pliego-, y ahora despacha como Secretario de Educación Pública en la administración de Morena.
*Un personaje más que funge de puente entre Salinas y AMLO es Manuel Camacho. De éste, el periodista Carlos Ramírez hizo la siguiente descripción en su libro El regreso del PRI y de Carlos Salinas de Gortari (2009): “Manuel Camacho, un intelectual molusco que se adaptaba a la forma del envase… negociador con Miguel de la Madrid, neoliberal con Carlos Salinas, demócrata con los zapatistas, plural con su Partido de Centro Democrático y neopopulista con López Obrador”. La muerte segó la trayectoria de Camacho Solís, quien durante el ascenso de AMLO fue un activo operador para el proyecto del actual presidente.
*Otro más: Marcelo Ebrard Casaubón, quien fuera subsecretario de Relaciones Exteriores con Salinas (y co responsable de la firma del TLC, principal protesta del EZLN), y ahora despacha como Secretario de Relaciones Exteriores para la cuarta trastornación.
*Hay más: Ignacio Ovalle Fernández fue director de Conasupo (uno de los casos más emblemáticos de la corrupción de los hermanos Carlos y Raúl Salinas), y ahora con AMLO, se encarga de la oficina de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), con lo que podemos esperar el regreso de los famosos “tortivlaes” con los que se cambiaban cupones por tortilla durante los noventa del siglo pasado. AMLO no sólo resucita a la Conasupo de Salinas, sino también al que fuera su operador.
*Ahí no paran los puentes históricos entre la clase política. Josefa González Ortiz Mena, actual titular de la Semarnat con AMLO, es de rancio linaje priísta. Tomo parte de una semblanza publicada en El Economista, durante septiembre de 2018: “hija de Patrocinio González Blanco Garrido -por lo tanto, es bisnieta de Tomás Garrido Canabal, exgobernador de Tabasco, y nieta de Salomón González Blanco, gobernador de Chiapas- y de Patricia Ortiz Mena Salinas, hija de Antonio Ortiz Mena y de una hermana de Raúl Salinas Lozano”. Es decir, prima de Carlos Salinas y, además, vecina de La Chingada, una quinta que AMLO tiene en Palenque (y a donde se iba a ir -según él mismo decía- si no ganaba la elección del año pasado); pero quizá a Josefa se le recuerde más por ser la activista ecologista que hablaba con los Aluxes en Chiapas.
Durante la pasada campaña presidencial, AMLO hizo pública su admiración por el modelo económico del “Desarrollo Estabilizador” que impulsó Antonio Ortiz Mena (Sí, el abuelo de la titular de Semarnat, y jefe del grupo que encumbró a De la Madrid y a Salinas de Gortari para que ambos llegaran a la presidencia de México) en los tiempos dorados del Estado Benefactor mexicano. En marzo de 2018, en entrevista a medios, AMLO afirmó “Me voy a guiar en materia de política económica en el libro que se llama Desarrollo estabilizador de Antonio Ortiz Mena, que fue secretario de Hacienda en dos sexenios y fue cuando mejor crecimiento económico hubo en el país”, declaración por la que se calificó a su proyecto económico como un regreso al populismo de la década de los setenta.
El sábado primero de diciembre de 2018, Porfirio Muñoz Ledo, en su calidad de Presidente de la Cámara de Diputados, impuso la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador. Tres décadas antes, el mismo Muñoz Ledo acusó a un grupo político y financiero de haber infiltrado a la clase política y partidista para hacerse del poder. Este grupo (el espíritu de ese grupo), originado por el exsecretario de Hacienda Antonio Ortiz Mena en la década de 1960, y continuado por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, ahora (a casi sesenta años de distancia) se reinstala en el poder gracias a que Andrés Manuel López Obrador tuvo la habilidad de continuar un linaje, y de colocar a los herederos de esa cofradía en espacios privilegiados del poder político mexicano.
La votación legislativa en Puebla para elegir al priista Guillermo Pacheco Pulido (operador del ex gobernador poblano Manuel Bartlett) como mandatario interino luego de la muerte de Erika Alonso, es una muestra de cómo podría operar sin pudores la alianza entre PRI y Morena para llegar a decisiones más amplias, como la de la Guardia Nacional, u otras que impliquen cambios trascendentes en la constitución federal. Esa alianza es algo natural, coherente con la huella genética de ambos partidos. Esa alianza podría ser no más que la continuación en el tiempo del linaje expuesto líneas arriba. La forma más genial para hacer efectiva esta transmutación es crear en el imaginario colectivo la idea de que hay una ruptura cuando en realidad hay una continuidad. Visto así, la idea de la cuarta transformación de México adquiere otro sentido. Keyser Söze, en Usual Suspects, afirmaba que el truco más grande del diablo había sido convencer al mundo de su inexistencia. Quien no quiera ver, que no vea; pero que nadie se llame a sorpresa.
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