- Los mal organizados Servidores de la Nación aún no finalizan el padrón para entrega de los apoyos del Gobierno Federal, de las visitas casa por casa pasan a las reuniones en tianguis
- No importa que no se haya concluido el Censo, López Obrador ya declaró que en enero se entregarán los programas sociales a quienes hayan sido contabilizados
A inicios de octubre del 2018, Olga Sánchez Cordero informó que 20 mil encuestadores voluntarios levantarían el Censo del Bienestar anunciado por Andrés Manuel López Obrador el 16 de septiembre. Este registro se realizaría en todo el país para seleccionar a los beneficiarios de los programas sociales; casa por casa, los brigadistas encuestadores, llamados Servidores de la Nación, levantarían la información necesaria para elaborar los nuevos padrones con que el Gobierno Federal promete evitar a los intermediarios y entregar directamente los apoyos. La administración de López Obrador ya cumplió su primer mes, se prometió que al iniciar 2019 se comenzarían a repartir los apoyos, sin embargo, el Censo no ha finalizado.
Los encargados del levantamiento del censo, los llamados Servidores de la Nación, estarían debidamente identificados, con playera y chalecos con las imágenes de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas del Río, además de portar un gafete y mochila, Sánchez Cordero indicó entonces que los voluntarios estarían recorriendo el país “casa por casa, familia por familia, recabando información de cuántos jóvenes, de cuántos adultos, de cuántos niños, de cuántas familias, de cuál es su problemática. Si tienen trabajo, si no tienen, si hay algún problema de algún integrante de su familia con algún tipo de discapacidad, van casa por casa, hogar por hogar”.
“Apúrense con el censo, nada de que: ‘Está muy difícil, se nos fue quedando, no estaba la gente en la casa, tenemos que regresar’. Nada de eso, hay que tener el censo, porque ese es el Censo del Bienestar”, dijo Andrés Manuel López Obrador en la visita que hiciera a la entidad en octubre del año pasado.
En la explanada del Templo de San Marcos, mezclados con el centenar de esperanzados votantes que acogieron con su cariño a López Obrador, varios Servidores de la Nación recibieron atentos la llamada de atención para lograr la meta de finalizar su censo, orgullosos de saber que el recorrido que hacían casa por casa es la materia prima que hará posible que los recursos lleguen a la población como prometió el candidato de Morena: “A mediados de noviembre ya debemos tener el censo de todos los que van a ser beneficiados con los programas, aquí en Aguascalientes, casa por casa, nada de que 8 horas, no, son 16 horas para sacar el censo, diario, y 8 horas para descansar. De eso va a depender el apoyo a mucha gente. Recuerden que están trabajando para el pueblo, no hay nada más bello que el amor al prójimo”.
También en octubre, Aldo Ruiz Sánchez, titular de la Delegación de Programas Integrales para el Desarrollo en Aguascalientes, explicó vía Facebook que los Servidores de la Nación en la entidad eran 150 personas y tendrían la responsabilidad de visitar 284 mil 145 viviendas. El llamado Censo del Bienestar se realizará a lo largo de un mes, con los voluntarios llenando los formatos impresos con que pretenden medir los niveles de pobreza en adultos mayores, personas con discapacidad, jóvenes, estudiantes y más; sin embargo, en diciembre del 2018, Jennifer Kristel Parra Salas, Coordinadora urbana de Programas Federales, confesó que los Servidores de la Nación apenas habían logrado recorrer el 60% de la entidad, por lo que aún no se tenían completos los padrones de programas sociales.
En entrevista con Animal Político, Gabriel García, coordinador de Programas Integrales de Desarrollo, declaró que para cada uno de los Servidores de la Nación se estableció “un contrato para que el gobierno les dé ese recurso, entiendo que son como 3 mil 500 pesos por persona, pero hasta donde sé, ninguno lo toma como un sueldo, lo toman como un apoyo, sólo que tienen que firmarlo porque se tiene que rendir cuentas. Eso lo tiene que informar Hacienda después en la parte de transición, cuánto se invirtió”, sin embargo, ese reconocimiento al trabajo voluntario no ha sido suficiente como para que los brigadistas dejen de quejarse de las cargas de trabajo, sobre todo en redes sociales, a ese reclamo se deben sumar las denuncias acerca del uso que el Movimiento de Regeneración Nacional está haciendo de la integración de esos padrones.
A pesar de que todo el tiempo se ha intentado deslindar a los Servidores de la Nación del Movimiento de Regeneración Nacional, en Aguascalientes, sobre todo desde el Partido Revolucionario Institucional, se quejan de que la información se utiliza para sumar militantes a Morena. Las acusaciones se basan en las propias imprudencias de Morena, por ejemplo, el Comité Estatal de ese partido, a través de su página de Facebook, convocó a quienes todavía no habían sido empadronados a ponerse en contacto con el partido: “Si aún no han tocado tu puerta y deseas inscribirte en los programas sociales del gobierno de México, manda inbox con tu nombre, domicilio y teléfono y un servidor de la nación te contactará para levantar el censo”.
Del tingo al tianguis
Dicen que Regaladas, hasta las puñaladas, la frase se emplea para caracterizar a quien es capaz de aceptar cualquier cosa, si no le cuesta dinero; aunque bien podría emplearse para explicar el éxito de las políticas asistencialistas con las que el régimen priista cimentó su hegemonía a lo largo de varias décadas. Producto de lo que el Partido Revolucionario Institucional estableció como eje de su política de desarrollo social, no es difícil entender las razones por las que cualquier vecino puede convocar a un grupo de personas con la simple promesa de que recibirán algo, lo que sea, del gobierno. A veces, ni siquiera es necesario el mandato de un líder, basta con una cartulina con la indicación de que ahí se está realizando un registro para “programas federales”.
Como la cartulina verde en la esquina de la calle José María Bocanegra y Ramírez Palos, bajo la que se agrupan varias personas, en el espacio que había entre el carrito de cocos, el puesto de frutas y verduras, sobre el piso lleno de la basura del lugar, agua sucia, pedazos de papel mojado, hojas de lechuga y restos de pulpa, todo pisado y mezclado por los propios vendedores que invitaban a gritos a comprar en su puesto, se instalara una veintena de personas, más mujeres que hombres, a esperar su turno, como las señoras con su monedero bajo el brazo y las bolsas del mandado o el hombre mayor con su propia bolsa pero de diálisis, quien era sostenido por el que parecía un familiar, muy joven y con una visible discapacidad motriz, todos de rostros ansiosos y ropa gastada, todos con su credencial de elector en la mano sin hacen fila para registrarse, aglutinados, algunos otros pidiendo información sobre los programas.
¿El dinero que nos manda López Obrador nos lo van a dar aquí, ahora?, o algo así creyó la anciana que cuestionaba a los Servidores de la Nación que se instalaron en el mercado sobre ruedas de los miércoles en el fraccionamiento López Portillo, casi en la esquina de la calle José María Bocanegra y Ramírez Palos, alrededor de las 3 de la tarde, brigadistas que pedían las credenciales de elector de todos los que quisieran inscribirse a los programas federales, sin stand ni mesas, de pie todos, yendo de una persona a otra, intercambiando fotocopias con los formatos.
Por encima del remolino de gente, la cartulina verde con un simple Registro de programas federales Aquí y una flecha mal hecha apuntando hacia abajo. Apenas se levanta el teléfono celular para tomar un par de fotos del cartel, aparece un hombre moreno, mal rasurado, con mucho gel en el cabello sucio, y comienza la perorata: está prohibido tomar fotos, quién eres, de dónde vienes, quién te manda, enséñame las fotos que acabas de tomar… Cuestionamientos que no permitían el simple: iba pasando por mera casualidad, pero el color rojo Morena, ese que ha visto tantísimas veces desde el inicio de la larga campaña electoral, llamó más la atención de entre toda la gente que estaba ahí.
El hombre sigue con la cantinela, se aproxima, ahora sí amenazador, Si no te identificas te quito el celular, voltea hacia los otros Servidores de la Nación, ellos sí identificados con gorra, gafete o chaleco con la leyenda impresa de “Equipo de transición”, para exigirles que no dijeran nada, ordenarles que no respondieran preguntas, que nadie estaba autorizado más que él a responder y así fue.
¿Por qué no puedo tomar fotos?, ¿por qué están aquí?, ¿por qué están pidiendo las credenciales para votar?, ¿y por qué me habla en ese tono?, ¿quién es usted? Los otros Servidores de la Nación siguen en lo suyo, mudos, apoyados en sus tablas y copiando el número de identificación de las credenciales para votar.
El hombre es un poco más alto que yo, lo que intimida es la agresividad con que impone su cercanía, no me queda más remedio y le muestro la credencial de La Jornada Aguascalientes como para establecer una línea que no debería cruzar, y todo cambió, el hombrecito comenzó a desmoronarse en disculpas, Usted comprenda, disculpe, pero es que uno no sabe ni con quién se pone, ayer nos sacaron una navaja…
Se atropella en las justificaciones, que el registro es para obtener los beneficios de los programas 68y+, para discapacitados y apoyo a jóvenes. No, no, lo de las becas para jóvenes es otra cosa, esto es de los programas, se ríe nervioso, ya ve que para todos hay, en este gobierno para todos va a haber de muchas formas. Y no, no, no somos de Morena, ¿eh? Nosotros somos del Equipo de Transición, bueno, o sea, sí, tiene razón, lo que pasa es que ya no somos de transición porque ya es el presidente, pero es que estuvimos desde la campaña.
-¿Entonces sí son de Morena?
-No, no, mire, fíjese bien, no hay logos de ningún partido político, no estamos con nadie, nosotros venimos del Gobierno Federal a levantar el censo para los programas, esos que ya le dije, de hecho Andrés Manuel viene el 19 de este a hacer la entrega simbólica a los beneficiarios de los programas, nosotros tenemos que terminar el censo 18.
-Yo ya le di mi nombre, ¿cuál es el suyo?
-No, mire, disculpe, eso sí no se lo puedo dar, pero mire, nos organizó Rafael de Lira, que es coordinador del equipo de levantamiento de censos, y Aldo Ruiz. Nosotros lo único que tenemos que anotar es su clave de elector y ya, no les sacamos copias a las credenciales y ya tenemos que acabar para ingresar al sistema a los beneficiarios.
-¿Pero no habían quedado que eso se haría casa por casa o en los Centros Crecer?
-Pues sí, pero es que sino no terminamos, por eso es más fácil juntar a la gente en los tianguis…
Los Servidores de la Nación han seguido con su tarea, hasta que se les acaban las fotocopias, uno de ellos intenta resolver a una señora mayor que insiste en ser registrada, se acercan al hombrecito que los coordina: Dile que mañana vamos con la brigada al tianguis de Las Flores, desde las 11 vamos a empezar, y así aprovecha para despedirse con un apretón de manos y nuevas disculpa: y ahí dispense, de veras, ahí dispense.
Al mediodía del día siguiente, los Servidores de la Nación aún no aparecían en el tianguis de Las Flores, ningún aviso, ninguna cartulina sobre las lonas de plástico o en el muro de alguna casa, la simple y enérgica actividad de un día de mercado normal… El Censo de Bienestar con que la Cuarta Transformación no tiene para cuando, pero no importa; a unos días de finalizar diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador se reunió con los superdelegados, en Palacio Nacional los urgió a redoblar esfuerzos en el levantamiento de su padrón, ninguno de los nuevos representantes del presidente en las entidades federativas entregó buenas cuentas, en el estado con mayor avance los brigadistas apenas llevaban el 60%… y al final, no importa, López Obrador ya declaró que a pesar de no estar concluido, en enero se entregarán los programas sociales a quienes ya hayan sido contabilizados.
Que divertido .. Pues no que eran mejor que el inegi … De lengua me como un taco