- Está casi paralizada la actividad económica en Aguascalientes
- Predominaron las compras de pánico de gasolinas
Mientras que hoteleros y agentes de viajes afirmaron la cancelación tanto de apartados de cuarto de hotel como de paseos de otras entidades a esta entidad, los restauranteros también mostraron su desconcierto ante el fenómeno de compras de pánico de gasolinas que se tuvo en Aguascalientes durante el fin de semana.
Claudio Innes Peniche, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), manifestó que si bien esperaban una reducción de comensales, no habían previsto que fuera tanto como lo que se tuvo durante el viernes y sábado, lo que deja de manifiesto la preocupación del grueso de la población.
Y se trata de una situación entendible, dado que, dijo, la gente lo que busca es tener tranquilidad durante la semana laboral que iniciará y no tener que padecer por falta de gasolina para poder movilizarse
Hay que ver que la gente además de ir a trabajar, tiene que llevar a los hijos a las escuelas y recogerlos, y por las distancias que imperan en esta capital, resulta imposible para muchos utilizar el transporte alternativo como el transporte público que enfrenta serias deficiencias, sobre todo en el tiempo de paso de las rutas y cumplimiento de recorridos, y la bicicleta tampoco es alternativa todavía para muchos.
Así pues, los restauranteros mantendrán la esperanza de que en el transcurso de estos días se logre estabilizar el abasto de combustible y no llegar al fin de semana en que los establecimientos de alimentos estén otra vez semivacíos, pues hay que recordar que de estos dependen también infinidad de familias, “y la economía es de ida y vuelta”.
En tanto el presidente de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco), Rubén Ángel Berumen de la Cerda, lamentó que en Aguascalientes y la región se enfrente esta crisis que a todos tomó desprevenidos, pues si bien los grandes cargamentos de productos y alimentos llegan en camiones que utilizan diésel, en la ciudad y los municipios por lo general se utilizan camionetas de menor dimensión que sí hacen uso de gasolina y es allí “donde nos pega”.
Hubo casos, comentó, en que los proveedores de pequeños establecimientos tanto de abarrotes, fruterías, cafeterías o restaurantes, primero se comunicaron con el cliente para saber si tenía insumos en sus almacenes, sino para ni dar la vuelta y tener ahorro en el combustible, y en caso de requerir ser surtidos, trazar una ruta que les permitiera satisfacer a sus compradores.
Más que enojo o molestia, lo que impera entre comerciantes y prestadores de servicios es impotencia ante la imposibilidad de poder cumplir sus compromisos oportunamente, y “hay que mencionar que nuestras ventas sostienen la nómina de nuestros trabajadores y gastos de operación de los negocios, y cuando algo se detiene en la cadena, es cuando se presentan los problemas”.
Por lo pronto, ante la actividad limitada que se tiene en comercios, principalmente a repartidores, cargadores y despachadores -en el caso de las gasolineras-, se les han asignado tareas alternas para que aprovechen su horario laboral en tanto se restablece el abasto del combustible que ha puesto en jaque al estado.