- “Los signos de los tiempos necesariamente nos llevarán a abrir nuevos espacios para que dentro de ellos pueda florecer el libre desarrollo de la personalidad”
- “Los derechos humanos han llegado para quedarse y más nos vale que aprendamos a operar y a construir nuestro discurso desde la perspectiva antropocéntrica que ellos reclaman”
Presenta Asunción Gutiérrez Padilla su primer informe de actividades al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Aguascalientes (CDHEA), en el que destacó los mil 371 expedientes atendidos y de abatir el 70.89 por ciento del rezago y la emisión de 93 recomendaciones y siete generales, como criterios orientadores de la actividad gubernamental en diversos ámbitos.
Señaló que uno de los objetivos de la Comisión es convertir a los derechos humanos en una experiencia sensible en la vida de todas las personas, ya que no desaparecen ni dejan de hacer sentir sus efectos al cerrar las puertas de los hogares o los agentes de la autoridad cuelgan el uniforme en un perchero.
Destacó que, en esta visión de los derechos como bienes básicos derivados de la dignidad humana, ha llevado a que la Comisión emprenda su labor no únicamente cuando las lesiones a estos bienes se han consumado, a través de sus procedimientos investigadores y mediante la formulación de recomendaciones; pues si de verdad se desea que la sociedad sea un espacio de iguales oportunidades para todos, el efecto de los derechos ha de considerarse como un elemento ordenador previo, por eso la Comisión no ha centrado sus esfuerzos solamente en la formulación de recomendaciones y la atención de las quejas, sino que hemos querido llevar el discurso de los derechos precisamente al momento previo de su violación: “Hemos concentrado prioritariamente en enfatizar las ventajas de la educación y concientización en materia de derechos fundamentales, especialmente en los centros en donde desde la más tierna infancia formamos los hábitos que modelarán nuestra conducta. Cuando el lenguaje de los derechos humanos entra en las escuelas, las guarderías, los hogares y las plazas, entonces la semilla de la concordia está plantada en la fertilidad de lo más hondo de las conciencias. Es en evitar que se transgredan o que no se violen los derechos humanos”.
Entre las cifras que dio a conocer Asunción Gutiérrez destacan la atención a mil 371 expedientes, de los cuales mil 24 nos fueron heredados de administraciones anteriores. En el primer año de gestión se abatió el rezago en un 70.89%. Al cierre del informe quedan por resolver 365 expedientes: 67 del año 2018 y 298 de años anteriores. Se emitieron 93 recomendaciones; 230 acuerdos de no responsabilidad y 579 acuerdos de archivo; además de siete recomendaciones generales, como criterios orientadores de la actividad gubernamental en diversos ámbitos.
Del Dictamen Especializado Médico/Psicológico para Casos de Probable Tortura y/o Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes conocido socialmente como Protocolo de Estambul se realizaron 31, resultando 20 negativos.
Sólo nueve quejas fueron impugnadas, de ellas siete fueron resueltas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, compartiendo el criterio de esta Comisión, pendientes de resolver sólo dos.
Apuntó el defensor que, aunque las estadísticas son un elemento indispensable para la evaluación del desempeño, la Comisión ha tratado que los derechos se conviertan en una forma de vida y para eso se pretende asentar un nuevo paradigma en el ideario social de las formas más variadas y creativas.
Destacó que los derechos humanos no existen por el solo hecho de que estén reconocidos en las constituciones y los tratados internacionales, pues la existencia de los derechos deriva de la propia dignidad humana. De este modo, los derechos fundamentales que constituyen el objeto de tutela de la Comisión no son expectativas que estén expuestas a la negociación o al cabildeo político, ni cuya vigencia quede clausurada por pactos entre particulares, ni siquiera en circunstancias donde la mayoría pensaría que las cosas serían más fáciles: “Consciente estoy de que en opinión de algunos sectores sociales la defensa de los derechos fundamentales puede ser percibida como una licencia para que personas imputadas de cometer ciertos delitos recobren su libertad con relativa rapidez. En opinión de esos sectores, la existencia y actividad institucional de la Comisión no es un factor de cambio positivo, sino un obstáculo permanente para la sociedad”.
En lo presupuestal, Gutiérrez Padilla manifestó que este año se ha logrado hacer más con menos, y si bien los recursos siempre son un tema para tener en consideración, nunca ha sido un obstáculo para que la Comisión deje de cumplir las tareas que tiene asignadas.
Destacó que la Comisión ha enfocado sus esfuerzos para sensibilizar a la sociedad a fin de que se defienda la acción cotidiana de la vida común, cada una de las prerrogativas de la dignidad que nos son más cercanas y apremiantes; porque la cultura de los derechos comienza en la escuela, el hogar y los centros de trabajo: “Los tiempos que nos han tocado vivir no parecen ser los mejores para los derechos. Eso lo reconocemos todos, pues es precisamente en la coyuntura de inseguridad social y riesgos provenientes del exterior lo que otorga protagonismo al discurso jurídico fundamental (…) los signos de los tiempos necesariamente nos llevarán a abrir nuevos espacios para que dentro de ellos pueda florecer el libre desarrollo de la personalidad. Los derechos han llegado para quedarse y más nos vale que aprendamos a operar y a construir nuestro discurso desde la perspectiva antropocéntrica que ellos reclaman”.
Externó que en los años que restan de su gestión no habrá descanso en la tarea de difundir la cultura de los derechos hasta el confín del estado, pues la sociedad no espera más de la Comisión, pero tampoco aceptará menos, “eso es lo correcto”, dijo el ombudsman.
