Gea o Gaya es mi objeto de referencia, para indicar la Tierra madre como concepto envolvente de todas las realidades y vitalidad que surgen de su amplio pecho, y nos remite a la Teogonía de Hesíodo. Este nombre mitológico fue rescatado en 1979 por James Lovelock para su hipótesis Gaia. La hipótesis propone que los organismos vivos y las materias inorgánicas forman parte de un sistema dinámico que da forma a la biosfera de la Tierra. La propia Tierra se considera un organismo con funciones autorregulatorias.
La importancia de este concepto todoabarcante o todoenvolvente, como usted prefiera, consiste en su idea de integralidad. Regresamos a los fundamentos, nada está separado, todo está unido; las explicaciones no consisten en la fragmentación de elementos, sino precisamente en lo contrario, su fusión, su interdependencia, su ser con el otro, su ser para el otro, su razón de ser desde el otro. Curiosamente, la palabra misma de Economía, tiene raíz en Oïcos = Casa, la unidad básica de la sociedad. Y Nomos = el orden fundamental que cohesiona a un todo regulado, dentro de sí.
En mi pasada entrega, referí la centralidad de la Economía Política para un estado nacional, y cuya más acabada norma está constituida por la Política Fiscal. A nivel de Derecho Positivo, esta Norma normante queda expresada cíclicamente por la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos que aprueba el Congreso de la Unión, en sus dos Cámaras, el Senado y la Diputación Federal, cuya emisión en tiempo y forma es indispensable e inexcusable, so pena de paralizar el funcionamiento y dinamismo del Gobierno mismo.
En fuerza de ello, el presidente en turno Lic. Andrés Manuel López Obrador debe presentar y someter al Poder Legislativo el proyecto de ambas piezas legislativas, que al final norman y mandatan el ejercicio constitucional del Gobierno Federal para el año en turno. De ahí su crucial importancia. De manera que aunque existan, para decirlo en breve, 10 proyectos de desarrollo social prioritarios, al igual que 100 acciones a ser ejecutadas durante la totalidad de su mandato; y aunque se discutan como de alta prioridad los compromisos de anular proyectos relevantes de reforma administrativa, como son el Nuevo Aeropuerto de la CDMX en Texcoco, o la Reforma Educativa, o las leyes de remuneraciones del sector público, o cualquier otro asunto de la agenda presidencial programada o programable, lo único de central importancia y prioridad es la definición y construcción jurídica de la Ley Fiscal mandante para el Ejercicio Constitucional 2019.
Todo lo demás se subsume o queda dentro de, las hipótesis y normas de dicha Norma Normante y No Normada a su vez, que es el orden constitucional vigente, del cual emanan todas las obligaciones y facultades que habrá de acatar el Ejecutivo del Estado mexicano.
Es verdad que, cuando existe un debate exacerbado por las controversias acerca de una y mil cabezas que asuelan la vida pública nacional, no es fácil separar lo esencial de lo accidental, lo fundamental de lo accesorio, lo relevante de lo irrelevante. Y por ello se hace necesario hacer abstracción de todos los distractores de la imagenología y pirotecnia de la opinión pública, de los nuevos “trendings” de las redes, para concentrar la mirada y la observación participante en lo que sí es de interés para el buen y normal funcionamiento del orden público.
Dicho sea enfáticamente, hoy por hoy debemos atender qué está siendo definido por el Poder Legislativo, en este preciso fin de semana, como Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal Constitucional 2019.
Estamos conscientes de que leer y entender a cabalidad ambos proyectos legislativos, de la mayor importancia para la vida nacional, ni es fácil, ni es simple, ni siquiera es tragable o digerible para todos los gustos, pero lo que sí implica y conlleva es trascendente para el todo social que formamos los mexicanos, pues de ello dependen nuestras posibilidades de crecimiento, desarrollo, bienestar y viabilidad de futuro. Y por estas mismas razones ameritan nuestro interés e involucramiento en aquellos ámbitos o esferas que sí están a nuestro alcance.
Efectivamente, aquí están siendo definidas nuestras expectativas de desarrollo para los próximos 12 meses del año por venir. De manera que por fríos que sean los números, complejos los conceptos, o difíciles de entender los argumentos que se proponen para sustentar tales medidas o decisiones, se hace inexcusable nuestro interés y participación. So pena de que permitamos que ocurra lo de siempre, la llana y simple manipulación de nuestras conciencias y voluntades; debido al desinterés, franco desconocimiento, o irresponsable indolencia.
Ser ciudadanos emancipados es un ideal nada ingenuo. Es quizá el imperativo más desafiante para cualquier poder político existente. Si optamos por ser una masa informe en las manos muy hábiles de los arribistas y oportunistas, es nuestra responsabilidad, que sin duda nos será imputable, por negligencia, es igual a perder por “default”, por ausencia, por vencimiento de nuestra obligación o responsabilidad.
En este contexto, me parece oportuno hacernos de instrumentos o imágenes comprensibles que nos ayuden a entender mejor esa realidad muchas veces espinosa, inasible, que fácilmente se nos va de las manos como el agua. Y por esta razón me parece útil y plausible recurrir a ejercicios de imaginación e intuición, que es otra avenida para llegar a la comprensión intelectual y racional del mundo que nos rodea.
Refiero, de nueva cuenta, mi idea de un mapa mental, para poder imaginar eso tan abstracto que es la Política Fiscal. Aparte de la idea central de este artículo, la Gea – Política, es decir la madre tierra que alberga las esferas que en su juego de relaciones construyen el ser y el todo del poder político. Retomemos.
No necesitamos recetas instantáneas, ni de “fast track”, que caigan como fórmulas mágicas, de un horóscopo en la modorra de una mañana invernal. Necesitamos activar nuestro más poderoso potencial que reside en el cerebro y que es el pensamiento. Sí, necesitamos de un mapa, imaginario mental, que nos conduzca metódicamente al encuentro de alternativas viables, con él tenemos una solución y la base segura de una decisión exitosa. Para ello, ofrezco un esquema que basta revestirlo con datos concretos, darle “carne y hueso”, y tendremos al final un instrumento seguro que encienda una luz en esa obscuridad anticipada.
Un primer esbozo del esquema que propongo, se daría como sigue: Imagine que visualiza el planeta Tierra. Un gran círculo del que abstraemos continentes y océanos. Nos quedamos con su silueta, el Norte, el Sur, el Occidente y el Oriente. Arriba y al centro, en el Polo Norte, ubicamos un gran círculo que llamaremos Economía Política, dentro de él y como un círculo concéntrico pintamos otro círculo más pequeño que señalamos como Política Fiscal (y la ubicamos como la gran Madre/Gea de todas las Políticas), otro concéntrico un poco más ampliado designaremos como Políticas Económicas. Esto va para imaginar la Ley de Ingresos. ¿Qué decisiones centrales están inscritas aquí adentro?
Vamos ahora a la Micro-Política, las Políticas de Desarrollo Social. Ese gran campo planetario, se ubica al Occidente, pero conectado con el círculo central. Aquí se ubican las llamadas Políticas de Desarrollo, y que se conviene en llamar Micro-Políticas, para diferenciarlas del centro Hegemónico que define todo lo que es Macro-Social, tanto a nivel de poder político propiamente dicho como económico. Queda conformada, por ahora, por los 10 compromisos que el presidente Andrés Manuel sometió a la 2ª Consulta ciudadana y que da cuerpo y carne a su política social. Sin demérito de lo que vaya pudiendo avanzar de sus 100 compromisos/acciones históricos para el resto del sexenio. Y esto va por el Presupuesto de Egresos.
Otra gran esfera, en este mismo hemisferio, al Occidente, es la de las Relaciones de Cultura de la Sociedad, esta enorme esfera está habitada por la gran diversidad de expresiones simbólicas de la nación: la lengua, la raza, el arte en su multiforme diversidad, los mitos de origen, los tipos de agregación familiar, las creencias religiosas, las tradiciones gastronómicas, del vestido, de la recreación, del hábitat, de interacción con el medio ambiente, es el mundo del Folklore. En fin aquí nos ubicamos en el mundo simbólico como un gran continente, como manifestación de las relaciones sociales de paz y de la guerra.
Regresando al sistema o esfera Central, de la Macroeconomía. Está circundada por una franja interna que constituye la última zona concéntrica, está formada por las Relaciones Políticas propiamente dichas, es decir las Relaciones de Poder Estatal. En sus relaciones cotidianas y al uso con el resto de los actores políticos de peso social: Partidos Políticos, Sindicatos, Cámaras y Organismos Empresariales, Banca, Organizaciones No-Gubernamentales, o ASC’s, Entidades extranjeras, sean financieras, de desarrollo o de interés sectorial.
Aquí se juegan los téte a téte, entre los inversionistas del NAICM y el estado; los maestros y la derogación de la Reforma Educativa; las disonancias en materia salarial del Poder Judicial y el Poder Ejecutivo; las discrepancias locales de gobernadores versus nuevos “superdelegados” de la Federación; implantación situacional de los mandos coordinados de seguridad pública en las entidades del país, grado de intervención gubernamental sobre el crimen organizado, etc., etc.
Este mapeo mental, imaginativo de origen, puede probar su aplicabilidad práctica y, por ende, como un instrumento hábil a favor de una mejor comprensión de las políticas públicas que están siendo instrumentadas. ¡Ensáyelo, por usted mismo!