Una de las grandes incógnitas que deberá despejarse lo antes posible es cuál será realmente la política laboral del Gobierno Federal en manos de Andrés Manuel López Obrador.
Por lo que pudimos darnos cuenta a lo largo de su campaña, no sólo para esta elección, sino en las anteriores, fue su postura humanista, de cara a la atención de los más desprotegidos. Habló en reiteradas ocasiones de elevar la calidad de vida de los trabajadores y de la población en general, sin embargo, como bien apunta la sabiduría popular: Del dicho al hecho hay largo trecho.
Por lo pronto, las centrales obreras en el país estamos a la expectativa de los pasos que dé en este terreno, cuyas necesidades son puntuales y muy sentidas.
Hay un reconocimiento expreso del detrimento en el poder adquisitivo del salario estimado en el 60% en los últimos 30 años.
Sin embargo, la precariedad salarial llega a tal extremo que, de todos es sabido que un salario no es suficiente para el sostén de una familia; se hace necesario que la pareja de cónyuges trabajen y en algunos casos, también los hijos, en aras de tener un nivel de vida que satisfaga únicamente lo estrictamente necesario para vivir.
Entonces, hay una promesa de mejorar los salarios, de generar nuevas fuentes de empleo, de otorgar becas a jóvenes que no estudian ni trabajan, aunque no se sabe los detalles de montos, plazos y el periodo por el cual una persona en estas circunstancias podrá beneficiarse de este programa destinado a los ninis.
En materia laboral, ha prometido garantizar la libertad sindical, esto es, acabar con los dañinos monopolios de sindicatos adheridos a la CTM, quienes son los que han ostentado la mayor parte de los contratos colectivos de trabajo en el país.
Ahora los trabajadores deberán tener la oportunidad y sobre todo, se les deberá garantizar de que podrán elegir libremente al sindicato que los trabajadores elijan, sin ningún tipo de represión o consecuencias al hacer uso de esa libertad sindical que pretende instaurar López Obrador en el país.
Una sociedad que se precie de ser democrática, deberá también poner en práctica el sistema de libertades en diversos ámbitos, y para el caso que nos ocupa, libertad sindical.
Han transcurrido pocos días del nuevo gobierno, por tanto la sociedad deberá tener la paciencia suficiente para que el nuevo gobierno se instale, haga los ajustes institucionales necesarios para que pueda dar cumplimiento a sus promesas de campaña, que por cierto son muchos compromisos, que pareciera que no habrá presupuesto que alcance para cumplir.
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